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Si se atiende a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), poner la mesa estas Navidades costará solo un poco más que el año pasado, exactamente un 1,1%, que es la variación anual que han sufrido los precios de los alimentos en Cantabria. ... Siendo más precisos, esa es la subida que afrontarán los cántabros más previsores, que son los que comienzan ya a hacer sus compras, sin esperar al último momento.
Sabedor de que, como cada año, el tique de la compra empezará a dar sustos conforme se acerquen las fechas más señaladas, ese perfil de consumidor se acerca ya a los mostradores para hacer acopio de marisco, pescado fino y carne de calidad, que aguardará pacientemente en arcones y congeladores hasta que suenen los primeros villancicos.
«La gente ya está, desde el mes de octubre, congelando. Son los temas de siempre: pescados grandes –con el besugo siempre metido en la cabeza–, con lubinas, machotes, doradas...», explica Unai Martín, de Pescados Unai, en el Mercado de la Esperanza de Santander. Dice que la evolución de los precios en las próximas semanas dependerá, en buena parte, de lo que se capture: de momento, lubinas y machotes se mantienen en precios similares a los del año pasado, mientras otros pescados, como el rape negro, van subiendo poco a poco. «¿Que cuánto va a subir? Pues depende. El año pasado fue un año raro, entró pescado la misma semana de Navidad y se estabilizó; no fue una locura, como otros años con besugos a 70 euros. Pero si escasea el pescado, irá para arriba, como todo».
Hace ahora un año, El Diario Montañés hizo otra visita a esta misma plaza: el besugo, que entonces estaba a 31,50 euros el kilo, costaba ayer 46 euros –las piezas de 2 kilos–; la lubina, que en noviembre de 2023 estaba al mismo precio, sale ahora a 33 euros el kilo para las piezas más grandes; el rodaballo ha pasado de 25 a 28,50. Y, claro, no todos los puestos del mercado tienen los mismos precios. Según el INE, el coste del pescado fresco ha subido en un año el 4,6%, y el marisco, el 3,2%.
Son porcentajes que no siempre se corresponden con el panorama que se encuentra el comprador. De los percebes de Cedeira que el año pasado se podían adquirir a 29,90 el kilo no queda ya ni rastro. Los pequeños estaban esta semana a 42 euros, y los más hermosos, del grosor de un dedo meñique, a 59,90. En las cigalas, el cambio no ha sido tan drástico: han pasado de 60 euros el kilo a 65, y los que dispongan de menos presupuesto pueden consolarse con cigalitas a 25, para darle un poco de alegría al arroz. El mundo de la almeja es mucho más variado: en aquel reportaje se contaba que los precios oscilaban entre los 48 y los 25 euros por kilo, siempre según el tipo. La lista de precios en esta visita más reciente es también más completa: almeja semi pequeña, a 24; semi de más tamaño, 28; el kilo de almeja babosa cuesta 42; la fina, 48, y la fina más grande, 50. El bogavante de aquí costaba 39,90, y ahora 44 (no había ninguno de un tamaño monstruoso). El pulpo resulta más difícil de comparar: en noviembre de 2023 se vendía a 16,90. Ayer no aparecía por los mostradores: solo un establecimiento lo ofrecía fresco y en oferta, a 15,98. Lo demás, cocido.
«El marisco está todavía a un precio razonable –opina Visi Bedia, de Los Tesoros del Mar–: el bogavante está esta semana a 44-46 euros, y de aquí en adelante irá subiendo hasta que igual se ponga a 65, como el año pasado». Ella nota «un poco de miedo» en la clientela. «El año pasado por estas fechas se vendía mucho más para congelar para Navidad, y este parece que la gente está aguantándose». Lo que sí recoge son muchos encargos. «El centollo gallego se demanda mucho, la cigala viva... Las almejas van a ser el producto estrella de Navidad. Y el bogavante. También se vende mucho el centollo francés... Bueno, es que, la verdad, hay demanda de todo tipo de marisco».
Marisco es lo que estaba comprando allí Maricruz Fernández, sin fijarse mucho en el precio ni pensar en la Navidad. «Lo compro para cualquier sábado, que viene mi hija de Madrid y le gusta el marisco. Amí cuando me interesa una cosa no miro el precio: quiero que sea buena y punto». Tampoco echa cuentas de cómo ha subido la vida. «No me acuerdo ya del año pasado: yo pago y me olvido. Lo único que puedo decir es que aquí está todo muy bien».
En la planta de arriba, Ismael Gil (Carnicería Ismael) insiste en que el lechazo no está sujeto a tanto vaivén –«el año pasado, la diferencia de este mes respecto a la Navidad fue de un euro»–, aunque reconoce que el producto hay que pagarlo. «Vendemos producto de primera calidad –cordero pascual y lechazo de Castilla–, y siempre es un poquito más caro». En su tabla de precios, las chuletillas de lechazo están a 35,90 euros; la pierna, a 20,90; paletilla, a 18,90. Medios o enteros, a 25,90 euros el kilo.
«No creo que el lechazo suba mucho más –confiaba Rocío Callejo, al frente de la carnicería que lleva su nombre–, y el solomillo, pues ahí está (a 39,90 euros el kilo). La gente empieza a mirar y hay quien ya se lo lleva para congelar, pero lo fuerte será dentro de quince días o así, cuando empiezan a coger miedo por si suben mucho los precios. Luego, al final, hay para todo».
Esta misma semana podía encontrarse el turrón de chocolate Suchard más barato que el año pasado en una de las más populares cadenas de supermercados: a 3,49 en oferta, 50 céntimos más económico. El precio habitual sigue siendo de 3,99. El turrón Delaviuda -duro y blando-, que se tomó como referencia en 2023, mantiene idéntico precio, 4,79 en ambas variedades.
Tampoco se registran grandes diferencias en otros productos muy típicos de estas fechas tan señaladas: por ejemplo, la sidra El Gaitero sigue rondando los 3 euros y el cava Codorniú más sencillo anda sobre 7 euros. Para los aficionados a las bebidas más fuertes, las ginebras Seagram's y Tanqueray tampoco cuestan mucho más: son 22,40 euros (botella de litro) y 16,49 (70 cl), respectivamente, prácticamente lo mismo. Hay un producto indispensable en las cocinas que sí ha experimentado una clara variación y sorprendentemente, para abajo, que no es lo habitual: el litro de aceite de oliva virgen extra de la marca Carbonell costaba 14,25 el año pasado, y este no llega a 13. Otras marcas no alcanzan siquiera los 8 euros por litro.
En cuanto a otros alimentos de consumo más común, el INE, con datos del pasado mes de octubre, indica que la leche entera ha subido un 0,7% en los últimos doce meses; los yogures, en cambio, bajan un 0,9%. También son más caros la mantequilla (0,5%), las patatas (8,8%), el pan (2,2%) y el café (5,3%). Llama especialmente la atención el caso del chocolate, por el que se paga un 21% más, según los cálculos del INE.
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