Científicos de la Universidad de Cantabria elogian su «calidad humana» y su «mente privilegiada»

«Era una gran persona, con mucha fuerza. En mis visitas a Cambridge llegué a comer en el mismo comedor en que estaba él con otros colegas», relata Gómez Sal. «No era una persona que se escondiera en su torre de marfil. Se esforzaba en hacer vida universitaria como cualquier otro, pese a su enfermedad».

El comunicado oficial ha llegado desde el Vicerrectorado de Doctorado y Relaciones Institucionales, donde se ha calificado al investigador británico de «icono» en la divulgación de la física. El vicerrector del área y catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear, Alberto Ruiz Jimeno, asegura que «Stephen Hawking ha sido un icono principalmente por su faceta como físico, pero también como gran divulgador que ha sido capaz de conseguir que a mucha gente le guste la física».

Su figura trascendía a la persona. Era un símbolo, un icono, casi como una marca: «Hawking siempre llenaba los auditorios a los que asistía. Despertaba fascinación como estrella de la física que era tanto por su trabajo científico como por la lucha vital que tuvo para superar sus dificultades, algo con lo que todos nos hemos identificado», confiesa Rocío Vilar, vicedirectora del Instituto de Física de Cantabria (IFCA). «Hawking era un gran divulgador, véanse sus libros sobre ciencia que han sido superventas: 'La breve historia del tiempo' esta entre los libros mas vendidos. Pero además le gustaba participar en actividades de divulgación como documentales, programas y series de televisión (siendo un héroe en la popular 'The Big Bang Theory' donde hizo cameos».

Sus libros han llenado bibliotecas no solo científicas. «Supo acercar a la gente conceptos que en principio son complicados incluso para quienes trabajan con ellos», valora el decano de la Facultad de Ciencias, Francisco Matorras. Sobre el primer libro divulgativo de Hawking existe una anécdota. Su editor le advirtió que por cada fórmula que incluyera perdería a la mitad de sus lectores. «Cuentan que él se resistió y terminó poniendo la famosa de la relatividad. Energía igual a la masa por la velocidad de la luz elevada al cuadrado (e=m.c2)», remarca Matorras.

Hawking se enfrentó conjuntamente a los dos temas más importantes de la Física Moderna, que son la Gravitación Universal y la Física Cuántica y lo hizo de manera comprensible. Alejado de los tecnicismos propios de ese campo. Un ámbito que el investigador del IFCA, Francisco Carrera, conoce bien. «Yo he investigado toda mi vida en núcleos activos de galaxias y todo núcleo tiene un agujero negro supermasivo en el centro. Por eso todo lo que él avanzó en el ámbito de los agujeros negros me ha resultado siempre tan interesante y útil», esgrime el experto.

«En Física, uno de los problemas importantes ahora mismo es que la teoría de la relatividad general es irreconciliable con la física cuántica, que describe con mucho éxito el funcionamiento de lo más pequeño, los átomos y las partículas. Ahora mismo no hay teoría que pueda compatibilizar ambas y él trabajó mucho por lograrlo», explica Carrera. «Pero además está esa vertiente en que ironizaba sobre cualquier cosa, sobre su enfermedad, y sobre la misma ciencia. No hay más que ver cómo aparecía en la famosa serie Big Bang Theory o en los Simpson. Es elogiable esa actitud en un científico como él»

Para quienes no cuentan con una base sólida de física, es complicado adentrarse en el significado de sus investigaciones, pero una aproximación divulgativa puede ayudar a salvar ese muro. «Podemos resumir mucho las cosas diciendo que tuvo tres contribuciones que realizó en el marco de la relatividad general y de la mecánica cuántica», detalla Enrique Martínez, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del IFCA. «Por un lado la llamada temperatura de Hawking, que se refiere al descubrimiento de que los agujeros negros emiten energía, una energía que puede llegar incluso a provocar la evaporación de un fenómeno de estas características, si es pequeño», detalla el investigador.

«También estudió la singularidad del Big Bang y cómo eso se relaciona con el concepto de espacio y tiempo». «Además, y esto también es muy importante, profundizó en cómo ese fenómeno que originó el universo provocó una serie de fluctuaciones cuánticas que fueron las que dieron lugar a que el cosmos evolucionara tal y como hoy lo conocemos».

Tal es la aportación del británico que algunas grandes mentes de este tiempo lo elevan a un espacio reservado solo a los grandes: «Ha sido una figura tan popular como el mismísimo Einstein», acredita Teresa Rodrigo, catedrática de Física Atómica en la UC y un referente mundial en la materia. «Ha vendido millones de ejemplares con sus libros de divulgación y esa aportación a la ciencia es fundamental. Esta aportación, de hecho, no va a terminar nunca porque su poder como referente siempre nos va a acompañar».