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El último dato oficial de viviendas de uso turístico en Cantabria -es del Instituto Nacional de Estadística (INE)- es de agosto de 2022. Del verano pasado. Eran 6.281. Cotejando esa cifra con el registro de la Dirección General de Turismo donde se inscriben para ... poder ejercer legalmente la actividad, el resultado llama la atención. Por entonces, menos de un 10% estaba apuntado en esa lista. O sea, que miles de pisos o casas se alquilan por toda la región para un uso turístico sin cumplir la legislación. Una cifra que, todo apunta, ha seguido incrementándose en los últimos meses, como en todo el país. Pues bien, ese dato contrasta con el número de multas que se han impuesto en los últimos años. En concreto, desde la entrada en vigor del Decreto de Viviendas de Uso Turístico, el 10 de marzo de 2020, han sido cien sanciones. El dato es actual. Tanto, que se puede decir que en lo que va de año han sido 22. ¿Y a cuánto ascienden estas multas? Las aplicables para las infracciones «muy graves» (es como están consideradas) oscilan entre 6.000 y 30.000 euros, pero desde el Gobierno regional no han concretado la cuantía exacta de las cien que se han puesto aquí.
«Está inundado», resumía Jesús Blanco esta semana para hablar de lo que considera el «principal problema» para su sector. El responsable de la Asociación de Turismo Rural -también desde la de Hostelería han hablado con frecuencia del tema- hablaba de competencia «desleal». Incluso, de las viviendas que están inscritas legalmente, a las que, según su criterio, se les exige menos requisitos y normas que a los establecimientos (también habla de un distinto tratamiento desde el punto de vista fiscal). Todo, tras dejar atrás ya la Semana Santa y el puente de mayo y con el verano, la época clave para la cuenta de resultados de los negocios, a la vuelta de la esquina.
«La oferta de prestación de servicios y/o realización de actividades turísticas, sin haber realizado la declaración responsable o existiendo inexactitudes, falsedades u omisiones de carácter esencial en la misma o en la documentación que se acompañe, o sin haber obtenido la autorización administrativa necesaria para el inicio de la actividad, de ser esta necesaria, de conformidad con lo previsto en los artículos 17 y 18 de esta norma», define la norma como «infracción muy grave». Básicamente, alquilar sin estar registrado, que es el requisito. En base a este artículo se han impuesto esas cien sanciones en Cantabria. A lo largo de 2020 (desde marzo), 21. En todo 2021, 31, y durante el año siguiente (hasta noviembre, la última vez que este periódico solicitó los datos), 26. Y desde entonces, otras 22 hasta llegar al centenar que se suma hoy en día.
6.281 viviendas de uso turístico había en Cantabria, según el INE, en agosto del año pasado.
9,4% de ese total de viviendas aparecía inscrito el verano pasado en el registro.
1.444 viviendas aparecen hoy en día registradas en Turismo (las que están legalmente).
675 están pendientes de terminar con la tramitación de su registro para poder alquilarse.
Desde la Consejería de Turismo, indican, se ha contratado «una herramienta digital a través de Cantur que georreferencia las viviendas de uso turístico, lo que permite diferenciar las legales de las ilegales». «Además -añaden en este departamento-, también distingue las plataformas en las que están ofreciéndolas, lo que va a permitir facilitar la labor de inspección». Este último paso es importante, puesto que una de las críticas de los empresarios del sector es que sus casas rurales, posadas u hoteles aparecen en las mismas plataforma de promoción y venta que las viviendas, legales o ilegales.
«Es importante la colaboración estrecha con la Agencia Tributaria, la Delegación del Gobierno, la Policía Nacional y la Guardia Civil, entre los que se actualiza y se remite el censo de Viviendas de Uso Turístico, para mejorar la colaboración interadministrativa y detectar viviendas de uso turístico ilegales», señalan en Turismo, que ofrece también el dato del número de viviendas que figura actualmente en su registro. Las legales. Son, en concreto, 1.444, con otras 675 pendientes de finalizar la tramitación correspondiente y 348 a las que se denegó la petición.
De ahí se puede deducir también una evolución muy rápida en pocos meses. A finales de 2020, las inscritas eran 665 y dos años después (diciembre de 2022), se llegó a las 1.003. El crecimiento, salta a la vista, es llamativo (más de cuatrocientas en lo que va de año), aunque habrá que esperar a la próxima actualización de los datos del INE sobre vivienda de uso turístico en general para conocer qué porcentaje del total está ejerciendo legalmente la actividad. Para saber si los inscritos siguen por debajo del 10% del total (como en agosto de 2022) y también para conocer, de verdad, hasta qué punto hay cada vez más viviendas que se están dedicando a estas prácticas.
La polémica de las viviendas de uso turístico y su impacto en el turismo tendrá cabida en el IV Foro Nacional de Turismo y Despoblamiento Rural que se va a celebrar la próxima semana (días 12 y 13de mayo) en la Casa de Cultura de Colindres . Entre las actividades previstas figura una mesa redonda sobre este asunto en la que participarán Jesús Blanco (presidente de la Asociación de Turismo Rural), Jesús Collado (decano de la Facultad de Económicas de la Universidad de Cantabria), Javier Bedia (presidente de la Asociación de Hostelería) y Javier de la Hoz (del Colegio de Administradores de Fincas). A eso se sumarán las reflexiones en otras mesas de debate en torno al paisaje en el turismo o el patrimonio y el turismo cultural, entre otras actividades.
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