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El primer tema de conversación es la dificultad para cubrir las vacantes de los secretarios e interventores municipales. También las trabas que ponen algunos funcionarios para que pueda salir adelante su trabajo diario en los ayuntamientos. Los que llevan más años en el cargo recuerdan lo importante que fueron las inversiones en materia de saneamiento y abastecimiento durante las etapas de Francisco Martín –entonces en el PSOE y ahora en el PRC– y Javier Fernández (PP) como consejeros de Medio Ambiente. Escuchándoles se entiende que asuntos aparentemente pequeños como los fallos en un repetidor de televisión o telefonía pueden ser todo un drama y que, entre los actuales consejeros, si tienen que elegir a uno como el que mejor comprende los problemas del día a día es el de Obras Públicas, José Luis Gochicoa. En más de una hora de conversación, ni una vez hablan de los turbulentos procesos internos y las guerras de familias que viven los partidos políticos de Cantabria. No emplean ni un segundo porque son ajenos a ellos. El tiempo que se ahorran en conspiraciones lo dedican a sobrellevar con imaginación y esfuerzo adicional las dificultades añadidas que supone para un alcalde ser independiente. Gobernar sin el respaldo de ninguna de las grandes siglas.
«Nosotros somos muy simples. Solo queremos lo mejor para nuestros vecinos. Lo demás nos da igual», afirma Lorenzo González. El regidor de Valdáliga comparte coche para llegar al encuentro con El Diario Montañés con su homólogo de Alfoz de Lloredo. «Te va a sorprender hablar con políticos que vienen sin argumentario», advierte Enrique Bretones, que cumple con las expectativas. Su carrera es similar. Ambos tienen a sus espaldas una larga trayectoria y ambos rompieron con sus respectivas formaciones antes de convertirse en alcaldes sin ataduras. González con el PP –dos veces– y Bretones primero con el PRC y después con el PP. Acertaron, porque sus vecinos les han dado sendas mayorías absolutas.
«Los partidos tenían terror a que proliferáramos. Que estén tranquilos porque esto es muy difícil»
«Si los partidos regionales se portan con el pueblo y hacen las obras, yo pido el voto para ellos. Y lo saco»
«Somos muy simples. Solo queremos lo mejor para nuestros vecinos. Lo demás nos da igual»
«Tenemos muy difícil conseguir recursos públicos. El puerta a puerta es la clave»
«En la etapa de Ignacio Diego no me recibían en ninguna consejería, salvo la de Ganadería»
Santiago Rego se hizo un hueco con su agrupación de electores aprovechando los problemas internos que tenían las formaciones tradicionales en Liérganes y Rubén Ruiz porque él y sus compañeros no veían con buenos ojos los candidatos que ya tenían PP y PRC en su momento en Pesquera y preferían intentar un proyecto propio. El caso de Penagos es quizás el más curioso. En 1995, los concejales del PRC y del PSOE acordaron una coalición municipal, pero sus respectivas cúpulas en Santander no lo apoyaron y los ediles decidieron ir por libre. «Entonces nos dijeron que era impensable que el PSOE y el PRC gobernarán juntos en ningún lado y mira todo lo que ha pasado después», ironiza Carlos Lavín, que llegó a la Alcaldía en 2006 con el mismo partido independiente que tiene el bastón de mando en el pueblo desde hace tres décadas.
Los cinco están plenamente asentados en sus municipios y con buenas perspectivas electorales. Con unos apoyos que atraerían a cualquier secretario de Organización de las formaciones tradicionales. González no es el único al que le han tentado en muchas ocasiones: «Yo estoy cansado de que los partidos me digan que vaya con ellos. Me llaman todas las legislaturas. El PSOE, el PRC... El PP no. ¿Cómo voy a ir yo con el PSOE si no soy de izquierdas», dice el alcalde de Valdáliga. «¡Pues como si el PSOE fuera de izquierdas!», bromea Lavín, que como Rego afirma que las conversaciones con ellos han sido siempre más sutiles. Se les escapa a los consejeros cuando visitan el municipio o en las reuniones en Santander... «Vienen con eso de que solo se está muy mal. Que es mejor tener respaldo», relata el de Penagos.
Y reconocen que tienen dificultades añadidas, pero también que seguirán haciendo su guerra sin bandera. ¿Qué dificultades? Para empezar, las económicas. Las agrupaciones de electores independientes tienen casi imposible conseguir ayudas públicas. Por eso en Penagos el alcalde no pone carteles con su cara, porque no le llega el dinero. El regidor de Valdáliga cuenta que él y sus concejales piden un crédito para hacer su campaña y lo pagan a lo largo de cuatro años con el dinero de las asistencias a plenos, que va directamente a esa hucha que también utilizan para ayudar a algunos vecinos. Rego cree que «el puerta a puerta es lo más efectivo. Eso es clave». Y Bretones, con la ayuda de un sobrino, ha conseguido llegar a todos los vecinos a través de vídeos en las redes sociales.
Más cosas en la lista de contraindicaciones:los primeros pasos. Convencer a la gente para que se sume a la causa. Encontrar candidatos también para las pedanías. Sin ser de un partido, también pueden hacer uso de los recursos comunes como los servicios jurídicos y tienen que contratar los propios.
«¿Cómo vas a volver donde no te querían?», se pregunta Bretones en voz alta para descartar la vuelta al PP. El alcalde de Valdáliga, que vivió una situación similar, piensa lo mismo. Ambos repetirán como independientes y también su compañero de Penagos. Más dudas tienen en Liérganes y Pesquera. Están seguros de que no se irán con un partido de los grandes, pero sí se plantean ceder el testigo a otro vecino para dedicar más tiempo a la familia.
No se sienten discriminados a la hora de llamar a las puertas del Gobierno de Cantabria, como sí ocurrió en otros momentos. «En la etapa de Ignacio Diego no me recibían en ninguna consejería, salvo Blanca Martínez en Ganadería», lamenta Ruiz. Ahora, la relación es fluida. En Liérganes han tenido varios encontronazos con Guillermo Blanco y en Alfoz con Pablo Zuloaga. Vicepresidencia les prometió 40.000 euros para mejorar un polideportivo y llevan dos años esperando. «Van a salir perdiendo ellos. A los partidos grandes les sacamos más votos para las autonómicas los independientes que un candidato a alcalde paracaidista que pongan. Si se portan bien con el municipio y hacen las obras, yo pido el voto para ellos a muerte. Y lo sacamos», apunta Bretones, que afirma que a él en su municipio 'roba' tres concejales al PP, pero también tiene mucho voto de izquierdas y regionalista. En Valdáliga pasa lo mismo:«En las regionales pedí el voto al PRC y ganó y en las locales salieron por los pelos».
Si en los pequeños municipios importa más el partido que la persona, mucho más para los políticos independientes, que también coinciden en el buen trabajo que está haciendo Pablo Diestro en la Federación de Municipios y que es muy difícil que partidos locales como los suyos proliferen. «Hubo un momento que existía terror en los partidos, pero que estén tranquilos, que esto es muy complicado», concluye Lavín.
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Guillermo Balbona | Santander
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