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Una vez concluidos los exámenes de la EBAU, los cinco jóvenes que protagonizan este reportaje no guardaron los apuntes ni aparcaron los libros de texto inmediatamente. Hicieron un último «esfuerzo» antes de dar por finalizada su etapa como bachilleres. ¿Por qué? Porque decidieron presentarse a ... los Premios Extraordinarios de Bachillerato de Cantabria, unas pruebas que este año se han celebrado en junio –meses antes de lo habitual para favorecer la participación del alumnado– y cuyos diplomas acreditativos han acabado en manos de Miguel Antón González (IES Santa Clara), Violeta Díez de la Cuesta (IES Villajunco), Celia Elizalde Rodríguez (IES José Hierro) y Lucía López-Alonso Isla (Colegio Esclavas). La consejera de Educación y FP, Marina Lombó, encargada de entregarles los galardones, destacó el «carácter motivador» de un certamen que muestra el «alto nivel educativo» de los centros cántabros.
El quinto alumno premiado es Jorge Martín (IES Marqués de Manzanedo), que obtuvo el galardón en el curso 2017-18 y que ha tenido que esperar hasta ahora para recogerlo a causa del parón pandémico. Ayer lo hizo con la perspectiva que le da estar ya en quinto curso del doble grado de Física y Matemáticas de la Universidad de Cantabria. «Además del talento para resolver problemas, este premio también reconoce la constancia y la responsabilidad», apuntó a modo de reflexión.
Jorge Martín
IES Marqués de Manzanedo (Santoña)
Violeta Díez
IES Villajunco (Santander)
Celia Elizalde
IES José Hierro (San Vicente)
Él y sus compañeros de certamen ya obtuvieron un mínimo de 8,75 puntos en el expediente global de Bachillerato. Y después pasaron de los 32 en los ejercicios que les han conducido a ganar este Premio Extraordinario, dotado con 500 euros. Para ello, se examinaron nuevamente de Lengua Castellana, Lengua Extranjera, Historia de España y de una materia extra que quedó a su elección.
A día de hoy, los cinco son ya universitarios. Lo cuentan entre la timidez y la satisfacción de verse reconocidos. Siguen cumpliendo objetivos, algo que achacan al «sacrificio personal», a la capacidad de organizarse, al apoyo familiar o al empuje de sus docentes. Miguel Antón, por ejemplo, agradece al director del IES Santa Clara que le pusiera sobre la pista del certamen, y tiene también palabras de gratitud para sus docentes, «que se han implicado más allá de su trabajo», revela este estudiante de Física y de Enseñanzas Profesionales de Música –especialidad en tuba–, que ha conseguido aunar dos de sus «pasiones» en sus estudios superiores.
Lucía López-Alonso
Colegio Esclavas (Santander)
Miguel Antón
IES Santa Clara (Santander)
Lucía López-Alonso coincide. Sus profesores han espoleado su interés por materias bien diferentes, y el apoyo de su familia, bisabuela –a la que adora– incluida, ha sido «incondicional». «Tener ese apoyo te hace sentir que puedes superar nuevos retos», indica esta alumna de Enfermería. Violeta Díez, «encantada» de cursar ya un doble grado de Estudios Internacionales y Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid, también destaca el apoyo de su entorno: «La educación en casa ha influido mucho» en lo que es y en lo que puede convertirse, asegura. Y, como sus compañeros, Celia Elizalde, que estudia Filología Hispánica en Salamanca, está ahora donde quiere estar. Lo ha logrado a base de «disciplina y sacrificio», y el premio, dice, es una forma de reflejarlo.
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