Cinco detenidos en Penagos en una macrooperación contra las drogas sintéticas en el norte de España

La operación 'Butterfly' ha sido tan importante que merece el nombre de macro, porque ha servido para «desabastecer los depósitos de este tipo de estupefacientes» en la cornisa. De Penagos la policía no solo se llevó a cinco personas, también incautó 30 bolsas envasadas al vacío -cada una pesaba un kilo- con sulfato de anfetamina, útiles destinados a la distribución de la droga, cinco armas cortas de diversos calibres, un arma larga, un inmovilizador electrónico, más de 200 cartuchos, cargadores y armas blancas.

Esta pata cántabra de la red tenía la base en una casa alquilada que se encuentra en el pueblo pero no demasiado cerca de otras y tiene una antigua cuadra adosada. Y, según la Policía, presuntamente estaba liderada por un varón apoyado por tres mujeres, dos de ellas familiares y encargadas de mover los estupefacientes que les llegaban desde Alcalá de Henares.

En todo el operativo se han intervenido 150.000 pastillas de éxtasis, 135 kilogramos de speed, 25 kilos de ketamina, cuatro de cocaína rosa, 900 viales de anabolizantes y más de 10.000 litros de precursores. Para hacerse con todo este botín, los agentes efectuaron 11 registros en tres provincias más (Burgos, Barcelona y Madrid) y han intervenido 12 vehículos, algunos de ellos con habitáculos ocultos, tipo 'caleta' especialmente diseñados para el transporte de drogas y dinero, así como casi 40.000 euros en metálico.

El número de arrestados, por el momento, es de 13 personas, de las cuales 11 han ingresado en prisión. Según ha informado el Ministerio del Interior, entre ellos se encuentra el líder de la organización delictiva, conocido como 'el químico', encargado de la transformación de los productos sintéticos. 'El químico' es un estudiante de Farmacia de 32 años. El resto de la estructura criminal se dedicaba a la colocar la droga en el norte de España, sur de Francia, Barcelona, Ibiza y Madrid. Además, se ha desmantelado un complejo laboratorio de procesamiento de aceite de speed en Alcalá de Henares y otro de producción y distribución de anabolizantes en Barcelona que, de forma paralela, regentaban 'el químico' y su madre.

La investigación -con la que también se ha desmantelado un complejo laboratorio de procesamiento de speed y otro de producción y distribución de anabolizantes- ha estado coordinada por el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcalá. Pero fueron la Policía Nacional española y la Policía Nacional francesa las que desarrollaron las pesquisas sobre el terreno al tener conocimiento de que una organización dedicada al tráfico de drogas sintéticas se estaba expandiendo tanto en el norte de España como en el sur del país vecino.

Enseguida se vio que operaba en Cantabria, Burgos, Barcelona, Ibiza y Madrid. Los agentes detectaron que, al frente, estaba un español conocido como 'el jefe', que presuntamente se encargaba de transportar la droga desde los Países Bajos y que también es un treintañero. Esta persona coordinaba desde Barcelona todas las actividades necesarias para la importación, transformación y distribución de sulfato de anfetamina. La red disponía de un lugar de almacenamiento, conocido como 'guardería', donde ocultaban y «enfriaban» la droga bajo la supervisión de otro responsable de la estructura que se encargaba de la ocultación.

Las pesquisas permitieron averiguar que, una vez recibida la droga en Barcelona, era trasladada hasta la localidad madrileña de Alcalá de Henares, donde se encontró un laboratorio regentado por 'el químico' que, presuntamente, era el responsable de la transformación de los productos sintéticos en sulfato de anfetamina (speed).

Esta sustancia era distribuida por el norte del territorio nacional, donde se han podido reconocer tres importantes ramas de distribución, una de ellas en Cantabria. En otra, la de Burgos, el distribuidor se servía de dos miembros más del grupo que cubrían los desplazamientos para trasladar la droga en vehículos especialmente preparados. Las sustancias, una vez en sus lugares de destino, «se entregaban a una tercera persona ajena al mundo criminal que las movía en bolsas de la compra con el fin de no llamar la atención», ha explicado la Policía.

Esta rama de la organización operaba todo el Norte, sobre todo en el País Vasco, y trasladaba la droga hasta una guardería ubicada en Penagos «empleando extremas medidas de seguridad». En todas las provincias en las que se hicieron registros, los investigadores se han incautado de grandes cantidades de sustancias ilegales en varios formatos. En el laboratorio de Alcalá de Henares había materiales suficientes para producir 72 kilos semanales de este tipo de productos.