El PRC viaja a Bilbao para demostrar que en 60 años el «tren bala» sólo ha reducido el viaje en 10 segundos

La idea es cronometrar lo que tarda para comparar con lo que duraba el viaje en los albores de los años sesenta, cuando el propio Revilla cogió ese tren con su «maleta de madera» para ir a estudiar la carrera de Económicas a Bilbao. Dice que aquel día tardó «tres horas y un minuto». Que se acordaba bien del dato, igual que del periódico que compró, 'El Hierro', para buscar una pensión en la que quedarse (...). Luego el hombre llegó a la Luna, Internet vino a cambiar el mundo, las maletas tienen ruedas, y el teléfono móvil... Antes de que sigan leyendo, va un spoiler: esta mañana el tren tardó en llegar a Bilbao 3 horas y 40 segundos. «Diez segundos mejor que en 1961», celebró con ironía el secretario de los regionalistas.

Era de noche todavía cuando la expedición regionalista ocupaba el andén de la estación de Santander. El PRC indica que el objetivo de este viaje es hacer hincapié en que «Cantabria precisa del apoyo del Estado para contar con una conexión ferroviaria competitiva para las mercancías y los pasajeros». Y compara lo que tarda el «tren bala» con el autobús: este último recorre la distancia entre Santander y Bilbao en hora y media (la mitad que el tren) y además es dos euros más barato. Un billete de tren cuesta 8,90.

El PRC reclama un tren que una Santander con Bilbao en 40 minutos y que tenga paradas en Laredo y en Castro Urdiales, por lo que fue uno de los compromisos recogidos en el acuerdo firmado con el ministro en funciones de Fomento, José Luis Ábalos, para que el PSOE tuviera el apoyo del diputado nacional del PRC en la investidura de Pedro Sánchez. Fruto de este acuerdo, ya está licitado el estudio informativo para la realización de esta conexión ferroviaria, que los regionalistas incluirán en las negociaciones que se puedan abrir a partir del 10 noviembre.

Con los políticos del PRC, y la decena de periodistas convocados a este acto de campaña electoral, han subido al tren en Santander unos treinta estudiantes, que se apearon en Heras para ir al instituto. Y también se ha subido la exdiputada de Podemos Rosana Alonso. Ha contado que toma este tren en Santander todos los días y se ha bajado en Hoz de Anero. Avanza el convoy. Van subiendo alcaldes, concejales...

Entre tanto, los protagonistas van actualizando sus redes sociales.

A las 09.20, hora y media después de salir de Santander, el tren penetra en territorio vasco. Cuentan viajeros habituales que «parece que hoy han puesto un tren mejor al normal, por si acaso». Y destacan que «hasta tiene cuarto de baño», dotación básica que, según dicen, «no siempre hay». Este viaje reivindicativo, por tanto, está discurriendo más cómodo y tranquilo.

Pero los pasajeros que usan habitualmente esta línea tienen bien claro que el relativo buen funcionamiento de hoy es un espejismo. Que a diario les ocurren situaciones no deseadas. «Tarda mucho, y muchas veces no viene a la hora, ese es el problema», cuenta una mujer que normalmente realiza el trayecto Beranga-Carranza, que dice que este tren «va normalmente medio vacío». Por pedir: «que llegue a su hora» es lo más importante, además de que se minimicen imprevistos como «tener que coger un autobús».

«Yo hago Gibaja-Bilbao todas las semanas. Tarda muchísimo, y menos mal que no pincha (risas)», comenta otra pasajera, que dice que «se me hace muy largo. Hoy será porque viene Revilla (risas)». «Sería estupendo, para toda la gente que vive en la zona oriental de Cantabria, seguro que la gente utilizaría más el tren. Más directo, más puntual...».

«Voy todos los miércoles de Gibaja a Mézola, por lo menos un 30% de las veces que vengo tengo que hacer en autobús parte del trayecto. Venimos a Aranguren en bus, de allí en tren otra vez...», cuenta un hombre que a menudo utiliza este tren para ir a cuidar a sus nietos por las tardes. Y observa que «hace siete años el horario de salida era el mismo y la llegada era a las 10.40. Ahora jamás llega antes de las 11. Desastroso. Es una necesidad». Habla la voz de la experiencia, porque este viajero lleva usando esta línea medio siglo: «Hace 50 años yo era soltero y lo usaba, era de carbón y tardaba menos que ahora», y comenta que en el recorrido se ven muchas señales que limitan la velocidad a 30 km/hora, «eso indica cómo está la vía». «He visto grupos que van en este tren a pasar el día a Bilbao, o al revés, a Santander. Y ya no vuelven a utilizarlo más porque se pasan la mitad del día en el viaje».

Admite Revilla que el acto de hoy puede parecer «un tanto folclórico», pero que el resultado deja lugar a pocas dudas sobre la necesidad de mejorar la conexión ferroviaria de Cantabria. Porque desde 1961 hasta 2019 el viaje a Bilbao se ha reducido «en 10 segundos», y eso que hoy era un día especial, estaba anunciado el acto del presidente de Cantabria, «y hasta nos pusieron un vagón nuevo, todo tapizado». Más cómodo, igual de lento. «Esto no puede seguir así. Tenemos que tener un tren a Madrid y otro a Bilbao, no podemos ir a 33 km/h de media, necesitamos trenes. A Oviedo, tardamos cinco horas; a Madrid, a saber porque siempre para por el camino...».

Esta volverá a ser la reivindicación del PRC a la hora de dar su apoyo al partido que gane las elecciones el 10-N. «Vamos a hacer fuerza en Madrid (...) Que hable Cantabria», dijo Revilla. Y espera que en el País Vasco tomen como propia esta misma reivindicación, «porque un tren que tarde solo 40 minutos entre Santander y Bilbao sería una revolución. Es el futuro: dos puertos, dos comunidades hermanas... Si los fines de semana aquí hay más vascos que cántabros».

La evocación del pasado se ha colado en el discurso electoral del de Polaciones. Aquel viaje de 1961, su maleta de madera, la pensión de la calle de la Cruz en la que vivió dos años.... y 'La Concordia', el bar en el que siendo estudiante veía a corredores de bolsa en los descansos comiendo bandejas de ostras con champán. «Yo les miraba, nunca había comido una ostra... Un día tocaron el timbre y esos hombres salieron corriendo. En una bandeja quedó una costra. Me la comí. Y me encantó», rememoró. Así que hoy, al llegar a Bilbao, su intención era volver a La Concordia y pedirse media docena de ostras con chacolí. «Porque quiero y puedo. Porque la primera me la comí al robo».

Tanto periodista a su alrededor dio para hablar de otras cosas. Se puso enigmático al asegurar que después de las del domingo «no va a haber nuevas elecciones. Ahí me quedo. Otro día diré por qué. Pase lo que pase, y aunque el domingo parezca imposible casar el puzle, no habrá otras elecciones». Por más que le insistieron, no contó la razón de tanta seguridad. «No voy a llegar a Bilbao y soltarlo todo». Sobre posibles resultados, cree Revilla que el PSOE será el partido más votado, «aunque no por mucho», y ha hablado de Vox, y de la gente «muy rara y muy ultra que hay en este país», en referencia a los que simpatizan con Vox. «Cuando oigo a este señor decir que si gano meto a Torra en la cárcel me pongo a temblar. ¡Y dicen que son constitucionalistas! ¡Y se queda tan tranquilo! Eso lo hacía Stalin (...)».

El cabeza de lista del PRC al Congreso añadió razones de sostenibilidad y medioambientales al alegato de Revilla en favor del tren a Bilbao. «Miles de personas van a diario de Bilbao a Santander. Si hubiera un tren en condiciones irían en tren (...)». De ahí, que José María Mazón espere que el PNV también lo reivindique y se haga más fuerza. «Porque también es parte de un eje, el del Cantábrico, que debe figurar en el futuro del ferrocarril (...)». Con un doble objetivo: «Mirar hacia Europa y enlazar con la Y vasca y con el Mediterráneo. Que todo el Mediterráneo conecte con el acto del Cantábrico».