El cine de verano de Cayón con el covid

Igual que no es lo mismo ver una película ambientada en el lejano Oeste, en un castillo, en la Galaxia o en un navío de piratas, la sensación que produce el escenario desde el que el público disfruta la sesión al otro lado de la pantalla no es la misma dependiendo de cuál sea. En el caso del cine al aire libre, se trata de un ambiente más distendido, incluso hay quienes no se quedan a ver toda la película. «Algunos entran, están un rato, se van y vienen otros», dice Alejandro Mansilla, coordinador de la Asociación de Protección Civil de Cayón, que estuvo al cargo de la seguridad de la primera sesión en Cayón, en la que se pudo disfrutar 'Jumanji, siguiente nivel'.

El protocolo es sencillo, pero eficaz. A la llegada: toma de temperatura y datos, y desde la organización se acompaña al público a sus respectivos asientos para evitar que se deambule por el espacio. Además, dice Mansilla, «aunque hay distancia entre unos y otros procuramos que nadie se quite la mascarilla, con la cepa Delta tenemos que tener mucho cuidado». Parece que el protocolo funciona porque «el verano pasado no tuvimos constancia de que se produjera ningún contagio en las sesiones», apostilla el coordinador.

Pese a todas esas medidas, todavía hay quienes tienen sus reticencias para asistir. Es el caso de Jaime García, vecino de Sarón. Él aún no se siente preparado para ese tipo de salidas, además no se ha podido vacunar. Sin embargo, su hija, Claudia, de seis años, vio la «pantalla grande» ya instalada cerca de su casa y, claro, fue imposible negárselo. «Es muy poco casera, todo lo que sea salir de casa le encanta», dice él. Fueron los dos juntos, solos, y aunque explica que «nadie se quitó la mascarilla y había un aforo limitado», reconoce que prefiere postergar un poco más el ir a otra sesión. De hecho, los García no aguantaron a que los protagonistas gritaran 'Jumanji' al final de la película, se marcharon antes. Pero no fue el covid lo que les animó a ahuecar el ala, sino el frío. «Bajamos muy veraniegos», reconoce el progenitor.

El caso fue parecido para otra oriunda, María Jesús Casas y su hijo Pedro María Alonso, de 13 años. Sólo que en esta ocasión el pequeño también tiene sus reticencias a las aglomeraciones de gente. «Tiene mucho miedo al covid y es muy responsable, de hecho no queda con nadie», explica la madre. Sin embargo, ambos se animaron a acercarse y el ambiente les dio fiabilidad, así que se quedaron. «Hemos ido todos los años desde que empezó a hacerse el cine de verano, menos el pasado por la situación», explica María Jesús, que además comenta que, en este tiempo, ante el covid, han optado por hacer las sesiones en casa todos los sábados ellos dos a solas con palomitas.

El coordinador de Protección civil confirma que la gente sigue teniendo respeto, pero que cada vez se van animando más. «Hay muchas ganas de hacer cosas al aire libre, el verano pasado ya fue un éxito», secunda la concejala de Cultura de Cayón, Isabel Fernández. De hecho, por ese motivo la anterior edición el Ayuntamiento optó por llevar el cine a todos los pueblos, en lugar de centralizarlo únicamente en Sarón, dada la escasa oferta lúdica que había en todos ellos. Esa misma fórmula es la que se sigue para estos meses, en los que habrá otras nueve proyecciones de cine familiar repartidas por las localidades cayonesas. Así que luces, proyector, mascarillas y acción.