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El vuelo de Iberia procedente de Madrid tuvo que frustrar este martes el primer intento de aterrizaje en el Seve Ballesteros de Santander por cizalladura. ¿Qué significa el término? Según explica un piloto a este periódico se trata de un cambio brusco en la dirección ... y/o en la velocidad del viento en la aproximación o despegue de un avión.
Este fenómeno meteorológico puede producir remolinos, rozamiento entre las capas y dar lugar a turbulencias y cambios en la aerodinámica del avión. Según explica, los aviones cuentan con un detector de cizalladuras que funciona al estilo de un semáforo con dos fases: una amarilla-naranja y otra roja. En el primer caso, salta una especie de preaviso tras detectar el cambio brusco y si se activa el aviso rojo es obligatorio frustrar la aproximación, aplicar potencia máxima en el aparato para coger altura y, de alguna manera, «escapar» y no aterrizar.
De ahí que el vuelo IB0552 -que salió de la capital de España a las 7.35 horas- hiciera una maniobra que dejó intrigados a los pasajeros que iban a bordo y que no dudaron en preguntar qué había pasado. La explicación es esa, que la tripulación ejecutó la maniobra de motu propio al recibir la indicación de cizalladura desde la torre de control. Pero solamente ocurrió durante el primer intento de tomar tierra. La segunda vez la tripulación lo consiguió sin problemas con solo nueve minutos de retraso, lo que el aparato tardó en volver a subir y coger de nuevo posición para aterrizar.
Según explica el piloto, el peor escenario se da cuando hay una tormenta muy fuerte y en ese caso la situación puede tornarse «peliaguda». Pero esto no fue lo que ocurrió este martes en el Seve Ballesteros. Y es que según asegura el piloto, este indicador salta «con cierta frecuencia» cuando hay viento sur en Santander.
De forma preventiva
El experto puntualiza que el aviso a veces se activa de forma «muy preventiva», en circunstancias en las que realmente la situación no es muy grave, pero es necesario ejecutar la maniobra por prudencia. Él cree que es «muy probable» que este martes fuera así: «Viendo el día que hacía es muy posible que hayan tenido un corte de viento a media altura y el detector haya saltado porque, aunque esté todo bajo control, no se debe aterrizar por si acaso», concluye.
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