Las claves del calendario escolar del próximo curso

El curso comenzará el 7 de septiembre en Infantil, Primaria y Educación Especial; y el 10, en ESO, Bachillerato y Formación Profesional, y se extenderá a lo largo de 175 días lectivos, el mínimo que exige la ley. El cierre será el 22 de junio para Infantil y Primaria y el 25 para Secundaria y FP.

Tanto en septiembre como en junio, al principio y final del ejercicio, la Consejería contempla horario reducido (de cuatro horas) en Infantil y Primaria, aunque los colegios «deberán garantizar la atención a aquellos alumnos que deseen permanecer en el centro hasta las 14.00 horas y se prestarán, en su caso, los servicios de comedor escolar y transporte con normalidad».

El calendario mantiene la estructura bimestral que puso en marcha Cantabria hace cuatro años de la mano del entonces consejero Ramón Ruiz (PSOE) e intercala cuatro periodos de descanso: en la primera semana de noviembre; en Navidad (del 23 de diciembre al 10 de enero); en febrero, del 13 al 17, coincidiendo con las fiestas de Carnaval; y en Semana Santa, del 1 al 11 de abril, o lo que es lo mismo, a partir de Jueves Santo y durante la semana siguiente.

Precisamente las vacaciones de Semana Santa han sido uno de los principales puntos de enfrentamiento entre la Administración educativa y la Junta de Personal Docente, porque su ubicación hace que el último periodo lectivo sea más largo que el resto. Tanto que los sindicatos consideran el calendario una regresión al pasado en tanto que no respeta el modelo que se aplica en la región desde el curso 2016-2017: periodos lectivos de entre 33 y 38 días seguidos de una semana de descanso. «Es un calendario tradicional», han lamentado por ejemplo desde STEC o UGT. El último tramo del curso, el que sigue a las vacaciones de Semana Santa, lo demuestra: tendrá 51 días lectivos, cinco más que en el curso actual y trece más del máximo estipulado en el modelo original.

Lombó argumenta que el último descanso del curso se adelanta unos días para evitar un parón adicional al de la Semana Santa, y para, de ese modo, «reforzar la actividad educativa del último tramo de un curso académico que, al menos en su primera parte, estará marcado por la actual crisis sanitaria». Educación insiste en que el calendario que ya se ha hecho oficial «es la mejor opción posible» y que sigue siendo bimestral, «muy similar al de este curso», y modificado mínimamente al final: para hacer bimestres más equilibrados, el último periodo no lectivo tendría que haberse situado en torno a la última semana de abril o la primera de mayo, pero se ha adelantado unos días, hasta principios de abril, para evitar más interrupciones y para no entorpecer las rutinas lectivas del alumnado, sobre todo, el que titula en Bachillerato o FP. «Con ese cambio en una semana evitamos dos parones en un mes, alargamos un poco el último periodo para cuando la crisis sanitaria estará ya totalmente superada y permitimos que los alumnos que titulan tengan un final de curso más adecuado a sus necesidades pedagógicas», valoró la consejera tras la última Mesa Sectorial.

El calendario, ya oficial, se convierte así en una de las primeras piezas del puzle escolar 2020-2021, un curso que estará marcado por las medidas de prevención frente al covid-19, con muchos interrogantes aún por resolver.

La orden del BOC también regula el calendario de las enseñanzas de música y danza (del 17 de septiembre al 4 de junio), las deportivas de régimen especial (del 24 de septiembre al 25 de junio), las profesionales de artes plásticas, diseño y educación permanente de personas adultas (del 22 de septiembre al 25 de junio), y las de idiomas (del 7 de octubre al 28 de mayo).