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La segunda oleada de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) comenzó el lunes de esta semana con la confirmación oficial de los ocho primeros casos positivos de la región. El sector ganadero está preocupado pero con la esperanza de que la incidencia sea mucho menor ... que el año pasado, en el que murieron 2.292 animales y se infectaron más de 7.000. Estas son todas las claves de una afección vírica provocada por la picadura de un mosquito.
E s una afección vírica infecciosa no contagiosa –los animales no se contagian unos a otros– transmitida por vectores del género Culicoides (mosquitos), que afecta principalmente a rumiantes domésticos –principalmente, vacas– y salvajes. El virus tiene muchas características morfológicas y estructurales en común con el virus de la lengua azul.
En el ganado vacuno, aunque en principio suele causar una clínica moderada y autolimitante, en algunos casos puede originar cuadros mucho más graves; puede llegar a provocar secuelas e incluso la muerte de los animales. El ganado ovino es susceptible a la infección, pero poco a la enfermedad clínica, y el caprino es muy poco susceptible a la infección.
Fiebre alta, anorexia, inapetencia, debilidad, inflamación y edema de la cabeza y el cuello. A veces, lengua y conjuntiva. Otros de los síntomas más comunes son hemorragias internas, excesiva salivación y secreción nasal, estas últimas a menudo sanguinolientas.
La enfermedad hemorrágica ha circulado históricamente en América del Norte, Australia, Asia y África. Nunca había sido detectada en España ni en la Unión Europea hasta que el pasado 10 de noviembre de 2022 las autoridades italianas confirmaron la presencia del virus en explotaciones de ganado bovino de la isla de Cerdeña (Italia) y unos días más tarde en Sicilia (Italia). El 18 de noviembre de 2022 se detectaron los primeros casos en el sur de España.
La enfermedad hemorrágica se detectó por primera vez en Cantabria el 5 de septiembre del año pasado.
La Guardia Civil detuvo en marzo a tres cántabros –dos tratantes y ganaderos de una misma familia y un transportista– en las localidades de Pámanes y Buspombo, ambas en Liérganes, acusados de haber introducido la enfermedad en el norte de España y de haberla extendido hasta Francia. Trasladaron ganado que resultó infectado de manera ilegal. Tras tomarles declaración, quedaron en libertad a la espera de juicio.
La enfermedad hemorrágica epizoótica no es una zoonosis; es decir, no se transmite a las personas. Tampoco afecta a la calidad de la carne o de la leche de las vacas infectadas.
La EHE acabó el año pasado con la vida de 2.922 reses (el 0,91% de las 252.641 cabezas que había censadas en la región) e infectó a 7.113, el 2,82% de la cabaña. En total, afectó a doce de las trece comarcas agroganaderas en las que se divide Cantabria y se expandió por 67 de los 102 municipios.
La Consejería de Ganadería envió el 15 de agosto muestras sospechosas de cinco explotaciones al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid) –el encargado de confirmar oficialmente los casos– después de haber dado positivo en el Servicio de Laboratorio y Control del Ejecutivo cántabro en Santander. Este pasado lunes, el departamento que dirige Pablo Palencia recibió la notificación oficial de los primeros ocho positivos. Son reses de explotaciones de los ayuntamientos de San Pedro del Romeral y Vega de Pas, en la comarca de San Vicente de Toranzo, y Selaya, en la comarca de Villacarriedo. La reaparición de la EHE no ha supuesto ninguna sorpresa para los ganaderos cántabros, ya que tenían conocimiento de brotes activos en otras seis comunidades autónomas (País Vasco y Castilla y León entre ellas).
Los ganaderos se encuentran en guardia, sobre todo los de la zona pasiega, que el año pasado se 'libraron' de la enfermedad. Ganadería ha constatado que el mosquito actúa, principalmente, donde no lo hizo el año pasado.
¿Cómo se previenen la enfermedad y los contagios?
Una de las medidas que recomienda el Ministerio de Agricultura para el control de la enfermedad es la lucha vectorial (contra el mosquito), mediante el empleo de insecticidas y repelentes en animales, medios de transporte e instalaciones, así como el uso de insecticidas y larvicidas para el control de las posibles zonas de cría.
El ministro Luis Planas anunció esta primavera que habría vacuna antes de final de año y esta ha comenzado a comercializarse este mismo mes. Hepizovac es una vacuna inyectable inactivada, que se administra a partir de los dos meses de edad de los animales por vía subcutánea, en dos dosis de 4 mililitros y con un intervalo entre ambas de tres semanas. Es necesario receta veterinaria y tiene un coste de 4,5 euros por pinchazo. De momento, en Cantabria la acogida ha sido tímida. Los ganaderos se encuentran a la expectativa. Quieren comprobar antes si tiene efectos secundarios en los animales.
No. El Ministerio de Agricultura ha decido que sea voluntaria. Es una de las críticas del Gobierno de Cantabria, que pide que la administración del vial sea obligatoria en todo el país y que sea financiado íntegramente por el Gobierno central.
Sí, aunque la Consejería de Ganadería traslada la decisión, como el año pasado, a los organizadores de estos eventos, que suelen ser los ayuntamientos. En 2023 su recomendación fue que, en la medida de lo posible, no se celebrasen. Las que si están prohibidas son las ferias del entorno de San Vicente de la Barquera, donde se ha detectado un brote reincidente de tuberculosis bovina contra el que ya se actúa.
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