La cocina económica «no funciona sola y necesita ayuda»

La administradora de la cocina económica, Luz López, ha explicado que a través de este proyecto buscan dar a conocer la tarea que se realiza en Santander, donde prestan ayuda en necesidades básicas y sobre todo apoyo social a más de 2.500 personas al año a los que «acompañan» en el proceso de reinserción e incorporación al mundo social y económico de la ciudad.

Según Luz López, además de cubrir las necesidades básicas de alimentación y alojamiento, en la cocina económica se realizan talleres ocupacionales para que los usuarios pueden adquirir «habilidades profesionales». En esos talleres aprenden a realizar cuadernos, alpargatas o productos textiles.

Las personas que acuden a la cocina económica, explica Luz lópez, lo hacen principalmente por una «necesidad económica», que puede venir «acompañada de una necesidad especial». «Atendemos tanto a inmigrantes como a santanderinos que acuden a los distintos servicios que ofrecemos», explica la admistradora y añade que «no es igual una persona que necesita el comedor que otra que pueda acudir a la tienda económica porque simplemente no llega a fin de mes».

Para cubrir la demanda de alimentos y de otras necesidades de las personas que acuden a la cocina económica de Santander, esta organización cuenta con una subvención del Gobierno de Cantabria de 165.000 euros.

Con esta iniciativa, las Hijas de la caridad quieren demostrar que «la cocina económica no funciona sola» y, por ello, buscan la colaboración de los cántabros para poder seguir ayudando a personas con necesidades económicas.