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El 'cóctel' de virus en circulación se está cebando con los niños, antesala de lo que vendrá en las próximas semanas para la población general –ya lo están sufriendo, sobre todo, las familias con hijos pequeños–. Aumenta la gripe, pero lo hacen también otros gérmenes ... con los que se está solapando. Desde el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) –causante de la bronquiolitis– al parainfluenza ('primo' del virus gripal), pasando por rinovirus (el del resfriado común), adenovirus, que además de tos y cuadros febriles puede derivar en otitis, conjuntivitis, vómitos y diarrea; el popular mano pie boca, que «está causando grandes brotes en las aulas de dos y tres años», o bacterias como el estreptococo, que también está dejando dolores de garganta por doquier y los habituales casos de escarlatina...
«Estamos en un año atípico, viendo todo a la vez, como si hubiera una carrera de virus, ahora mismo no hay uno que predomine sobre otro. Es una mezcla tremenda la que hay, que está barriendo en los colegios», sostiene Alberto Bercedo, presidente de la Sociedad de Pediatría de Atención Primaria. De hecho, son muchas las clases que han notado esta semana las ausencias de algunos compañeros. Y también en las anteriores. «Las consultas pediátricas de los centros de salud están llenas, incluso por las tardes. Y aún no hemos alcanzado el pico. No sabemos hasta dónde llegará, pero ahora es cuando empieza el frío», dice Bercedo.
Solo durante los tres días del puente de la Constitución más de 700 familias pasaron por las Urgencias hospitalarias con sus pequeños enfermos –casi el 60% acudieron a Valdecilla–. Cuadros de fiebre, catarros que no se acaban de quitar después de muchos días de tos perruna, crisis asmáticas, neumonías... «Los servicios de Pediatría somos siempre los primeros en notar el pico asistencial, porque la incidencia de las infecciones respiratorias empieza antes en los niños, a través de ellos entran al resto de la familia», añade María Jesús Cabero, jefa de Pediatría de Valdecilla, que reconoce el ajetreo del largo fin de semana festivo.
«Han sido guardias complicadas, de mucha sobrecarga». Y de salas de espera llenas. «El problema es que prácticamente nadie se pone la mascarilla», lamenta Bercedo. «En momentos como el actual, deberían rescatarse las medidas de prevención ya conocidas para evitar los contagios en centros de salud, hospitales y medios de transporte. El uso de mascarillas si hay síntomas de infección respiratoria y el lavado de manos son fundamentales», recuerda el pediatra. Eso, y no enviar a los hijos a clase cuando están malos. «Hay virus que no dan grandes problemas pero que son muy contagiosos, como pasa con la enfermedad mano pie boca», una infección viral frecuente que se transmite a través de la saliva o los mocos, que causa llagas en la boca y la garganta, y sarpullido en manos y pies.
«Estamos viendo muchísima laringitis, más del doble que el año pasado; otitis, bronconeumonías por micoplasma y bronquiolitis en niños no vacunados del VRS», cuya campaña de inmunización se estrenó el año pasado, precisamente para frenar la clásica epidemia de bronquiolitis que siempre precedía al estallido de la gripe. En este sentido, también la jefa de Pediatría de Valdecilla celebra el éxito de la cobertura que se consiguió tanto la temporada pasada como la actual. «Más del 98% de los padres han aceptado poner a sus recién nacidos el anticuerpo Nirsevimab, una respuesta que nos permite contener el impacto del VRS y disminuir así las bronquiolitis y las neumonías graves».
Alberto Bercedo
Presidente de la Sociedad de Pediatría de Atención Primaria
María Jesús Cabero
Jefa de Pediatría de Valdecilla
El volumen de las urgencias pediátricas en los hospitales de Cantabria empezó a subir a principios de noviembre. Basta comparar las cifras de los domingos –día con más afluencia de la semana, según las gráficas que publica el Servicio Cántabro de Salud– para ver esa evolución. El 10 de noviembre se atendieron 194 casos (de todo tipo de patologías, no exclusivamente las víricas) y a partir de ahí el balance ha ido creciendo. El domingo 24 se registraron 244 urgencias y el 1 de diciembre se elevaron a las 272, hasta la fecha la jornada de mayor presión. Unos números que suponen, muchas veces, esperas de más de tres horas.
«La gente tiene que saber que los pacientes se clasifican en el triaje, nada más llegar, en función de su gravedad. Una primera evaluación que garantiza que los niños que vienen muy malitos sean atendidos en tiempo y forma. Y eso se está haciendo muy bien», destaca la jefa de Pediatría de Valdecilla. «Pese al notable aumento de la presión, la respuesta está siendo organizada y no tenemos sensación de caos».
No obstante, recuerda que en épocas como la que atraviesa la región este diciembre, es clave que los profesionales de Urgencias puedan identificar rápido «las sobreinfecciones bacterianas, las neumonías graves, las meningitis, las complicaciones en menores que ya tienen una patología de base, ya sea metabólica o neurológica, y que se pueden agravar por un cuadro respiratorio». Casos que son «prioritarios» –explica– frente «al niño que acude con dolor de garganta y fiebre, pero que satura bien, que probablemente tendrá que esperar más, y muchas veces no podremos identificar el foco después de la exploración porque lleva poco tiempo de evolución». Es lo que ocurre la mayoría de las veces –precisa–, lo que evidencia que «hace falta más educación sanitaria para que las familias sepan cuándo una fiebre es realmente motivo para ir a Urgencias». Y pone varios ejemplos en los que no hay que dudar: «Cuadros febriles en bebés por debajo de un mes o de los tres meses; o en niños que están en tratamiento de alguna patología y que son considerados de riesgo deben ir al hospital siempre».
Frente a la «sobreutilización» del servicio sanitario de unos, también se dan casos de familias que «vienen más tarde de lo que debieran y suelen ser los que viven en zonas más alejadas». Pese al aumento de las urgencias pediátricas, «la tasa de ingreso en Valdecilla se mantiene estable, entre el 6% y el 10%», indica Cabero. «En los últimos días hemos tenido algún debut diabético, niños con convulsiones febriles, crisis asmáticas y neumonías importantes... e incluso ingresos en Cuidados Intensivos». Por eso, al igual que Bercedo, incide en fomentar la vacunación de la gripe en los más pequeños, cuya cobertura esta campaña apenas ha llegado a un 35% de la población infantil diana (por debajo de los cinco años). Solo así, coinciden, se reducirán las complicaciones, la frecuentación a consultas y al hospital, y se minimizará la transmisión al resto de la familia.
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