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Antiguamente, los campesinos cántabros las usaban cuando nevaba o hacía frío para ir a la huerta o realizar cualquier labor del campo. «Cuando volvías a casa las dejabas en el corral y entrabas con las zapatillas», cuenta Jesús Ortiz, vecino de Alisas. También se empleaban para ir a misa los domingos. «En la entrada podías ver quince o veinte pares. Cada uno dejaba las suyas al entrar y las cogía cuando salía».
Hablamos de las albarcas. Con el paso de los años esta tradición y el uso de este calzado, típico de Cantabria, se ha ido perdiendo. Pero para que no termine por desaparecer, un grupo de doce amigos y conocidos ha fundado la asociación 'El Calcañar', para la promoción y difusión de la albarca y el oficio de albarquero, declarado Bien de Interés Cultural Etnográfico Inmaterial en 2018.
«Los que formamos la asociación coincidimos en las ferias, los mercados agroalimentarios, las fiestas populares... en todo tipo de eventos en los que vamos con nuestras albarcas. Entonces empezamos a comentar la idea de crear este colectivo para difundir esta tradición ya que ni en Cantabria ni alrededores había algo similar», explica Jesús Ortiz, presidente de la asociación, cuya creación se hizo oficial el pasado 30 de diciembre en la cafetería del Picu Llen, en Peña Cabarga.
El objetivo de 'El Calcañar' es poner en valor este calzado de madera de una sola pieza de uso habitual en Cantabria, «en todas sus variantes: piconas, mochas o pastoras, mochas de clavo, bociconas, de hebilla, del pico entornau, abolincháas, de garbanzo u otras y realizadas al estilo tradicional en madera autóctona del país, aliso, abedul o nogal», como rezan sus estatutos.
Para ello pretenden realizar actividades como marchas pedestres, conferencias, exposiciones o competiciones deportivas, entre otras actividades de ocio y culturales, y tener presencia en semanas culturales de colegios, escuelas taller o museos.
«Uno de nuestros objetivos es acudir a las semanas culturales de los colegios para que los niños y niñas palpen lo que es una albarca o lo que es un escarpín, acompañados de un albarquero para que le puedan preguntar todo aquello relacionado tanto con el proceso de elaboración como de la albarca en sí», explica Ortiz, al tiempo que añade que de lo que se trata es de que los alumnos sepan «que es un calzado que su abuelo y tatarabuelo utilizó en las zonas rurales».
Otro de los objetivos de esta asociación de reciente creación es poner en valor «las albarcas de cuero, bien sean chátaras o corizas, las albarcas zapateras o amazuelas, a pie pelau o atales». «Es una pequeña responsabilidad nuestra el que no se pierda la tradición», comenta el presidente del colectivo, ilusionado con el proyecto que han puesto en marcha un grupo de defensores de esta tradición. «Cuando nos ven en las ferias o eventos, los jóvenes se preguntan qué es eso que llevamos puesto. La juventud de hoy ya sabemos como es, que si el Netflix que si la Play Station... Que está bien, pero que no se pierda nuestra tradición. Y, sobre todo, queremos resaltar el oficio de albarquero porque los pocos que quedan se van muriendo y el relevo está complicado», comenta.
Aquellos que nunca se han puesto unas albarcas y, dada su composición, pueden pensar que se trata de un calzado incómodo para desplazarse. Pero el presidente de este colectivo lo descarta. «Antiguamente se usaban hojas de panoja para aislar el pie y amortiguar. Ahora se usan una especie de zapatillas que se llaman escarpines, que encajan perfectamente en la albarca y no se mueve. La sensación es como la de una mujer cuando lleva un zapato de tacón. Incluso es más cómodo porque va con tres tarugos que apoyan en el suelo y te dan más estabilidad. La misión de esa altura, de cinco centímetros aproximadamente, es aislar el pie de la humedad y del frío».
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Otra curiosidad. La palabra que da nombre a esta nueva asociación, 'calcañar', hace referencia a una de las partes de la albarca, la trasera, que va desde el borde de la 'casa' hasta el 'pie' del calzado y protege el tobillo.
El próximo 27 de enero, los doce miembros del colectivo celebrarán su primera asamblea. Sin embargo, la asociación está abierta a cualquier interesado, que puede contactar con ellos a través del mail calcanaralbarca@gmail.com.
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Álvaro Machín | Santander
Guillermo Balbona | Santander
Sócrates Sánchez y Clara Privé (Diseño) | Santander
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