El 31 de marzo se puso en marcha como experiencia piloto en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Santander el primer vacunódromo de Cantabria ante la mayor disposición de dosis para inmunizar contra el covid-19 a la población. Fue un éxito y se ... apostó por el modelo. Durante casi un mes, las personas citadas se han acercado hasta el recinto y de forma fluida, casi siempre, han recibido su pinchazo. Las incidencias han sido la excepción. Hasta este miércoles. El Servicio Cántabro de Salud (SCS) reconoce que se han vivido momentos de «caos», con colas de alrededor de dos horas y aglomeraciones de pacientes a las puertas del edificio.
Todo se debe a un fallo en la convocatoria. Por error, han sido citadas a lo largo de la jornada muchas más personas de las que deberían atendiendo al personal, el número de dosis existentes y a los tiempos que requiere el proceso de vacunación. De ahí que se haya producido un cuello de botella en los accesos al recinto y un gran descontento entre los afectados, cántabros en su mayoría de entre 70 y 79 años que han aguardado mucho más de lo esperado para recibir su dosis de Pfizer.
Se conoce la naturaleza del error, pero no las causas. «Estamos haciendo un análisis de la situación para conocer qué ha fallado», apunta Mariano López, director de Enfermería del SCS. Todo parece indicar que el responsable es el robot 'Jano', el asistente virtual telefónico para agendar el proceso. Aunque se puso en marcha este lunes, hasta este miércoles no habían sido citadas las primeras personas con las que contactó este robot con capacidad de realizar hasta 200 llamadas de forma simultánea.
Según la explicación ofrecida por Sanidad, el robot Jano, cuando llama por telefono para concertar una cita hace una pregunta acerca de si la persona va a acudir a vacunarse, si no se contesta que sí se va a acudir o se hace cualquier otro comentario, como por ejemplo «espere que voy a anotar la cita» o se cuelga sin dar respuesta, el robot entiende que se rechaza y utiliza ese hueco en la siguiente llamada.
Ante el enfado de los afectados y el descontrol vivido, los responsables del vacunódromo han pedido ayuda a los agentes de la Policía Nacional y la Policía Local de Santander. Para calmar los ánimos -se escucharon gritos contra el presidente regional, Miguel Ángel Revilla- y tratar de mantener la distancia de seguridad. Esto último con poco éxito dado el gran número de integrantes de las cosas.
De hecho, en un momento concreto, los sanitarios tomaron la decisión de cerrar las puertas para reconducir la situación. A la vez que se traían más dosis y se incrementaba el número de profesionales -en un principio había cuatro líneas de vacunación y hubo que ampliarlas hasta cinco y después a seis-, también se tomó la decisión de dejar sin efecto el sistema de turnos y se comenzó a administrar las vacunas por estricto orden de llegada. Eso sí, dando prioridad a las personas con un estado de salud más delicado.
Aunque durante la mañana ya hubo algunas anomalías, la situación más delicada -también los momentos más tensos- se ha vivido a primera hora de la tarde. En el turno vespertino había 720 personas convocadas, una cifra que en muy poco tiempo se vio sobrepasada. El SCS confirma que las personas que hayan decidido abandonar la cola y regresar a sus hogares volverán a ser convocadas en los próximos días.
También el Servicio Cántabro de Salud (SCS) asegura que todos los ciudadanos que han acudido este miércoles a vacunarse a Santander (1.524 personas vacunadas en el Palacio de Exposiciones) y Torrelavega (715 personas en Sierrallana), han recibido su dosis correspondiente, a pesar de que una parte de ellos no figuraban registrados en los listados, por error de Sanidad. La gerente del SCS, Celia Gómez, ha pedido «disculpas a todas aquellas personas que han tenido que esperar y hacer una cola que bajo ninguna circunstancia hubiéramos deseado que se produjera». La responsable ha añadido que «tenemos que analizar lo ocurrido para seguir mejorando la logística de citación para las semanas venideras en las que tendremos más dosis».
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