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A las doce en punto, vestidos con el uniforme, con la bata blanca o en ropa de calle, medio centenar de profesionales del centro de ... salud de Vargas ha salido a la calle y, mirando a la Alameda de Oviedo, han sostenido sobre el pecho un folio. En la cara, seriedad, entre sus manos, un mensaje escrito con rotulador negro: 'Trabajar con seguridad'. El mensaje era tan sencillo que la seriedad de los profesionales sanitarios se convertía esta mañana en otra cosa: «Estamos hartos y cansados», dice Lourdes Odriozola, responsable de enfermería del centro de salud, «pedimos protección, medidas para que no se lleguen a producir estos actos de violencia. Los compañeros sienten miedo, inseguridad, a veces no sabes cómo comportarte, porque parece que vienen a por ti, sobre todo a por las administrativas», dice la enfermera, con 43 años de carrera a sus espaldas.
¿Ha aumentado la violencia? «Claramente», responde. «Los pacientes son más exigentes y hay un punto más de agresividad, quieren todo ahora y ya. Con la pandemia entiendo que la gente se ha sentido desatendida, pero no es para venir en el plan agresivo con que vienen, más ahora que ya estamos atendiendo todo». El propio consejero de Sanidad, de pie entre sus colegas durante el paro general al que estaban llamados todos los centros de salud de la región, apuntaba hacia ese incremento: «Nunca en los 27 años que llevo ejerciendo como médico, había visto en esta comunidad una agresión tan brutal a un profesional sanitario, que está ingresado en el hospital y no sabemos qué secuelas puede tener». El celador agredido también el centro de salud de Los Castros ya ha recibido el alta.
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«Con esta convocatoria queríamos dar visibilidad a un problema que viene de atrás, que es el aumento de las agresiones a todos los profesionales que trabajan en la Sanidad, desde administrativos, médicos, enfermeras, celadores o de la limpieza. Es un problema que tenemos y queremos visibilizarlo, y la situación que se ha producido el pasado viernes ha sido la gota que ha colmado el vaso», ha dicho Pesquera, que ha añadido: «Entendemos que hay cosas a mejorar (en el sistema) pero en ningún caso está justificada la violencia a nuestros profesionales que ponen todo su empeño en mejorar la salud de los ciudadanos».
Ante los recientes episodios, sumados a los de la sexta ola que fueron denunciados por el Sindicato Médico, cuando en enero pidieron más contundencia ante los casos de agresión, ¿qué cambios va a haber? Por el momento, la denuncia de la Gerencia de Atención Primaria se ha trasladado a la Fiscalía y «está en manos de las autoridades», pero la Consejería de Sanidad -ha anunciado Pesquera- «va a solicitar personarse en el proceso como acusación particular en defensa de nuestros profesionales», una medida que también ha adelantado el Colegio de Médicos esta mañana.
«Durante meses se está trabajando en medidas preventivas y cursos de formación, un cambio incluso en el protocolo y el procedimiento de actuación en las agresiones graves», dice la gerente de Atención Primaria, Teresa Ugarte. ¿Qué les piden los trabajadores? «Piden que se haga saber a la población la sensibilidad que tienen hacia la personas, que pidamos respeto y hagamos valer tu trabajo y el empeño que ponen. En segundo lugar, piden que, en caso de que haya personas que no tienen autocontrol, que haya medidas para controlarlos y también formación para saber cómo actuar en estas circunstancias. Que cuando haya una agresión se actúe con contundencia para su apercibimiento sea ejemplar y evitar que otras personas actúen de la misma manera», dice Ugarte, que abre la puerta a la posibilidad de instalar cámaras de vigilancia y en algunos casos personal de seguridad, un trámite que «requiere de una actualización de la normativa, del presupuesto y cosas que no siempre van tan rápido como quisiéramos».
«Sentimos un desamparo total ante la agresión a nuestro compañero», afirmaba esta mañana Ana Rubio, administrativa de la dirección gerencia, durante la concentración a las puertas del centro de salud de Vargas. Esa fue su reacción al conocer la agresión sufrida el pasado viernes por el médico de Los Castros, al que además conocía porque había trabajado en Vargas: «Es un hombre tan afable, tan bueno y educado que es la persona a la que menos te esperas que le pueda pasar esto, porque nunca tiene mala cara con nadie, es alegre, tranquilo. Igual si tienes un poco fama de ser antipático, ¿pero precisamente él, que es todo lo contrario? No entiendo qué es lo que pudo pasar».
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