Colectivos vecinales reafirman su negativa a la «imposición» de los parques eólicos

Actualmente los colectivos vecinales ya trabajan en la redacción y elaboración de informes para responder a las Declaraciones de Impacto Ambiental favorables que ya se han emitido. Un documento que harán también con las que puedan llegar en un futuro. Se trata de un paso previo al recurso de alzada que presentarán parque por parque. En estos momentos, solo seis parques han superado a tiempo los trámites para que estén en marcha en el medio plazo. Como mucho, si no hay contratiempos, se levantarán 56 aerogeneradores.

El objetivo de los vecinos es claro: paralizar los eólicos que están «cimentados sobre la ilegalidad», han explicado. Por ahora han tomado la vía judicial con el parque de El Escudo. Y valoran presentar próximamente medidas cautelares para poner freno al avance de la obra. De los trámites jurídicos se encarga el Fondo para la Defensa Jurídica de Cantabria que nace para este asunto y para cuya financiación hay en marcha un micromecenazgo.

Así, continuarán con las alegaciones para el resto de puntos de la geografía cántabra en los que los promotores prevean instalar un parque. No obstante, no descartan otro tipo de movilizaciones para conseguir su propósito. «Cuando se detecten máquinas en el monte, se parará», ha indicado Garrido sin dar más detalles de cómo. Están pendientes de los sondeos que autorizan a las empresas a realizar perforaciones de hasta 30 metros de profundidad en «nuestros montes». «Es entrar en propiedad privada sin permiso».

También critican que los argumentos que se han utilizado para emitir informes desfavorables contra algunas instalaciones, «se pasan por alto» en otros casos, ha añadido Fernando Garrido, otro representante de los concejos presente este lunes. Ponen de ejemplo El Escudo. En mayo del año pasado, el Ministerio para la Transición Ecológica firmó la autorización administrativa, el último trámite ambiental que estaba pendiente antes de empezar la construcción. Unas obras que consideran un «atentado social, ambiental y cultural». Mientras que otros parques no han registrado la misma suerte. Hace apenas una semana el Ministerio de Medio Ambiente tumbó el proyecto eólico Maya, en Castro Urdiales, por su alto impacto ambiental. Una una declaración desfavorable que se repitió en el caso del proyecto El Acebo, que afecta a ocho municipios cántabros.

El rechazo a los polígonos eólicos es «mayoritario», han defendido. Las juntas vecinales y concejos de las comarcas de los Valles Pasiegos, el Alto Besaya y Campoo-Los Valles han votado y han mostrado esa negativa generalizada porque, para ellos, «nuestra salud no tiene precio», ha continuado Garrido. En sus argumentos para mostrarse tan contundentes contra la instalación añaden también que proceder con las actuaciones supondrá una «destrucción del patrimonio» así como un «mayor despoblamiento» de las áreas rurales de Cantabria afectadas. Un problema de primera orden en la agenda del Gobierno regional.