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El Colegio de Médicos de Cantabria ha advertido este jueves de que los servicios de Atención Primaria están «saturados» y los médicos están «desbordados, ... saturados de trabajo, agotados y tristes por ver que la situación no mejora».
Los sanitarios en el SUAP de Cotolino, en Castro Urdiales, una de las zonas más complejas de Cantabria y con 120.000 habitantes en verano, están desbordados por la cantidad de jóvenes infectados, las PCR que hay que hacer a sus contactos, las vacaciones de muchos profesionales sanitarios que no se cubren y las instrucciones «poco claras» que llegan de la Gerencia del Servicio Cántabro de Salud (SCS). «El mensaje de quitar las mascarillas ha sido un error porque se ha confundido por parte de la sociedad con el fin de la pandemia», ha dicho la doctora Gema Suárez, presidenta de la Asociación Cántabra de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) que trabaja en el SUAP de Castro.
La presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia en Cantabria (SEMG), Soledad Melgosa, también destaca los mismos problema en el Centro de Salud del Zapatón, en Torrelavega, donde «hemos notado un aumento de los casos y las vacaciones han producido la ausencia de tres médicos». Y coincide con su compañera en que quitar las mascarillas en el exterior ha sido un «error». «Se han aceptado las fiestas estudiantiles multitudinarias», ha señalado. Además, para Melgosa, los protocolos que envía el SCS son «farragosos y difíciles de entender».
soledad melgosa | médico en el centro de salud del zapatón
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria en Cantabria (Semergen), Alfonso Valcarcel, médico de familia en el Centro de Salud de El Alisal de Santander, recuerda que su colectivo ha difundido que «la vacuna no es un chaleco antibalas» y que hay que seguir, ha dicho, «usando mascarilla en los exteriores, además de guardar la distancia de seguridad y lavarse las manos muy a menudo».
La solución para Valcarcel pasa por crear contratos« adecuados y atractivos» a los residentes, además de dejar patente, al igual que sus compañeras, que «estamos muy cansados y con protocolos constantes por lo que pedimos una unificación de las nuevas instrucciones, claridad y rapidez en la información, y un mayor esfuerzo por parte de las autoridades para incentivar a los profesionales».
Ante esta situación, la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Cantabria manifiesta una «enorme preocupación» y advierte de que hay que buscar soluciones urgentes porque «las consecuencias podrían ser fatales para la salud de la población».
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