Los colegios pueden reducir la ventilación «en condiciones meteorológicas adversas»

Cantabria ·
Educación dice que lo más seguro en las aulas es «la corriente natural cruzada», pero añade que «es imposible con temperaturas muy frías»

Rafa Torre Poo

Santander

Jueves, 14 de enero 2021, 07:01

Cuando comenzó el curso en el mes de septiembre los alumnos y los padres se hacían la misma pregunta. ¿Qué pasará cuando llegue el frío? ... La imagen de las clases con las ventanas y las puertas abiertas para generar corriente fue una de las novedades que la pandemia del covid trajo en el arranque escolar. Hasta diciembre, más o menos, la meteorología había sido benévola, pero tras las vacaciones navideñas el frío extremo y la nieve se ha instalado en buena parte de la región, especialmente en la zona interior. Y eso se nota en sus aulas. El protocolo de la Consejería de Educación es claro. Lo aconsejable es generar una corriente natural de aire cruzado siempre que haya personas en clase. «Sería lo ideal, pero lógicamente es imposible con temperaturas muy frías», explica la consejera de Educación, Marina Lombó.

El documento elaborado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Centros Docentes recoge tres excepciones para que los alumnos y profesores no se queden congelados mientras están en clase. La ventilación, en estos casos, se podrá reducir. Al inicio de la jornada, al menos entre diez y quince minutos. Además deberán orearse las aulas durante todo el tiempo que dure el recreo y cinco minutos cada hora en el horario lectivo. En los comedores también será necesaria una ventilación constante. En caso de que no sea posible, el reglamento establece que se deberá dejar correr el aire natural un mínimo de diez minutos antes y después de cada uso.

Protocolo

Obligatorio. Si las condiciones meteorológicas lo permiten, es recomendable ventilar la estancia durante toda la jornada. La corriente debe ser natural y cruzada
Excepciones. Si las condiciones meteorológicas son adversas, la ventilación se realizará: al inicio de la jornada (entre 10 y 15 minutos);durante todo el tiempo de recreo; y en la jornada, mínimo 5 minutos por hora.

Los técnicos consideran que, de esta manera, se reduce la capacidad infectiva del virus, sobre todo entre las personas que son asintomáticas. Al estornudar, toser o hablar, expulsan gotas imperceptibles a la vista –'gotículas', en el argot sanitario– que en función de su tamaño se depositan en objetos o permanecen en suspensión durante algún tiempo. Las más pequeñas, las de menos de cinco micras, «pueden permanecer en los habitáculos cerrados, por lo que la ventilación natural es la medida más eficaz y ha de priorizarse una corriente natural continua», establece el documento elaborado por Educación.

Ya se sabía

Que iba a hacer frío durante el curso y condicionaría el ritmo normal de las clases, era algo con lo que contaba el departamento que dirige Lombó. Por este motivo, contactó con la Dirección General de Salud Pública del Ejecutivo cántabro y con el Ministerio de Sanidad. De ahí salió una conclusión unánime: «Lo más seguro es la ventilación natural cruzada y ningún otro sistema puede sustituirla».

Lombó reconoce que las condiciones meteorológicas constituyen una «dificultad añadida a un curso que es ya un desafío constante». La consejera «entiende perfectamente los lógicos inconvenientes que trae el frío, especialmente en algunas zonas de Cantabria, pero lamentablemente esta será otra de las dificultades de un curso que no está siendo para nada como a todos nos gustaría».

Para reducir aún más los riesgos, la Consejería compró 500 amplificadores de voz para los profesores –el volumen alto multiplica las partículas– y ahora está haciendo acopio de medidores de dióxido de carbono para comprobar si es necesario la instalación de sistemas complementarios. Aquellos centros en los que es imposible la ventilación forzada pueden adquirir estos aparatos con cargo a los fondos del Gobierno regional.