El comercio aprovecha el verano para recuperar ventas y empleo

¿Qué tipo de negocio ha salido más beneficiado?«Ha habido de todo», aclara. La llegada de visitantes ha sido tal que no ha dibujado un perfil de cliente concreto sino una amplia horquilla que ha diversificado el tipo de compras. Por ejemplo, ha caído esa «prenda de capricho de una marca concreta y de buena calidad». Es decir, ese comercio «por impulso» que lleva a alguien a comprarse quizá una americana con un precio más elevado. Pero también ha funcionado las ventas de chancletas o ropa de playa, más relacionadas con el verano y el buen tiempo que este año ha acompañado en la región. «Hemos tenido tanto publico que ha habido gente para todo», subraya Ordejón. Por eso están «contentos» con el camino recorrido hasta el momento porque los meses de julio y agosto «han estado fantásticos en Cantabria» con los niveles de ocupación hotelera que se han registrado. Y todavía quedan semanas por delante. El objetivo principal es intentar «estirar» esa temporada.

Hay un análisis rápido que suelen hacer los comerciantes y otros profesionales y es que el gasto y el consumo llega cuando la gente sale: «Si sales, compras», resume MiguelRincón. Y si la agenda está llena de planes, también. Y, más allá del verano, recuperar los eventos sociales ha sido otro aspecto que ha repercutido en las cajas de los comercios. «Por ejemplo sectores de ropa con la venta de vestidos de bodas y complementos han funcionado bien aunque las cifras no han llegado a antes de la pandemia», admite el presidente de Apemecac. También lo han notado en las peluquerías. No obstante, han cambiado algunos hábitos y todavía quedan resquicios de las restricciones que han acompañado cada paso durante los últimos dos años como, por ejemplo, celebrar bodas más reducidas.

Meses «difíciles»

A pesar del trasiego que se ha respirado en las calles de Cantabria, en algunos negocios ha quedado cierta «sensación agridulce», reconoce Gonzalo Cayón, secretario general de la Federación del Comercio de Cantabria (Coercán). Sobre todo porque parte de la «disponibilidad económica» de esa oleada de turistas se ha quedado en la hostelería o en actividades como excursiones. Aunque, al menos, «es dinero que se gasta aquí», valora Ana Pico de Regalos Pico, en Santander. A ella le funciona bien ese «cliente que viene todos los años» y que va directamente a la tienda porque conoce el producto y sabe lo que quiere. Esas son, sobre todo, las ventas que hace la comerciante.

No obstante, ese es el balance en cuanto las semanas que ya han quedado atrás. El problema está en los meses que están por venir. ¿Cómo encara el sector el invierno? La respuesta es unánime: con preocupación. «Octubre y noviembre serán meses difíciles», adelanta el secretario general de Coercán. El comercio vive también del día a día y «la subida de la electricidad y de los gastos, repercute en los hogares» y, por ende, en sus hábitos de compra. Eso recorta de forma directa el consumo. Así, esos buenos resultados y las sensaciones del verano se pueden empañar si la temporada de invierno no continúa la buena senda.

«Lo vemos con mucho temor», admite también Ordejón. Y es que la población «necesita tranquilidad para hacer previsiones». Y Miguel Rincón coincide en el análisis:«Estamos preocupados por la subida de los costes». Para los profesionales cada día es más complicado hacer frente a los gastos de sus negocios. Pero hay otro problema y es que si el mensaje es pesimista, el cliente vuelve a la prudencia. «La incertidumbre frena el consumo», añade. Y cualquier aspecto de la situación actual que anticipe la llegada de una crisis tras el verano afecta al ánimo y «retrotrae» el gasto.