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María José Sáenz de Buruaga se enfrentó al día más importante de su carrera política. Durante los últimos 24 años, la líder del PP se ha subido a la tribuna del Parlamento en numerosas ocasiones como diputada y como consejera de Sanidad, pero este jueves ... el tono, la pose y hasta las palabras elegidas fueron muy distintas. Se dirigió al hemiciclo por primera vez como única candidata a la Presidencia de Cantabria, sabedora de que le faltan unos pocos días para convertirse en la primera mujer en la historia que llevará las riendas de la región. Buruaga, que conoce perfectamente el simbolismo de los momentos clave de la vida política de la comunidad, sabía que su discurso en esta primera sesión de investidura marcará el perfil de su Gobierno en solitario durante los primeros meses. El PP no puede permitirse el lujo de desechar aliados a la ligera, pero tampoco pasar página ni olvidar ocho años de gobierno PRC-PSOE, así que la futura presidenta optó por no hacer demasiada sangre, esta vez, con la herencia recibida, y prefirió mirar al futuro, con una batería de medidas económicas, sanitarias, sociales, industriales, educativas y culturales para desarrollar durante los próximos cuatro años. Una lista que, casi en su totalidad, ya había adelantado en su programa electoral del pasado 28M, cuando logró una contundente victoria al lograr 15 diputados y más de 116.000 votos.
«Vengo a cerrar una etapa agotada y a abrir otra nueva que nos permita dar un gran salto adelante; a forjar un horizonte de oportunidades, no a mirar por el retrovisor ni a ajustar viejas cuentas con el pasado», subrayó Buruaga, especialmente insistente con no cerrar la puerta a la colaboración con ningún partido. Será una legislatura «sin vetos y sin exclusiones», alejándose, así, de la línea roja que el PRC sí tiene con Vox. «Mi puerta está abierta a todos. Yo jamás voy a excluir a nadie del diálogo. Esa actitud no me parecería democrática. No tengo derecho a ella», señaló.
Este cierto relajamiento en la crítica contrasta con las primeras medidas efectivas que tomará Buruaga cuando se instale en el despacho que, hasta ahora, pertenecía a Miguel Ángel Revilla. Hoy anunció que su primera decisión será encargar una auditoría de la gestión de la Consejería de Obras Públicas, algo que ya había anunciado en numerosas ocasiones. «Abriremos puertas y ventanas, esta nueva etapa en ningún caso puede comenzar echando tierra encima del mayor escándalo de corrupción que se ha producido en esta comunidad. Controlaremos todo lo haya que controlar y seremos implacables con cualquier atisbo de corrupción», subrayó Buruaga, que ha sido fuertemente cuestionada por Vox y por el ala más dura de su partido al firmar con el PRC un acuerdo de investidura.
Las claves
Residencia Cantabria La convertirá en un Parque Científico y Tecnológico vinculado a la capacidad docente e investigadora de Valdecilla
Turismo Se buscará desestacionalizar y se creará un Parque minero en Udías-Cabezón y un Circuito de Velocidad en Campoo.
Empresas Públicas Fusión de las que tienen la misma actividad para hacerlas más operativas, eficientes y sostenibles.
Impuestos Eliminación del de Patrimonio, bajada del IRPF y reducir Sucesiones y Transmisiones Patrimoniales.
Vivienda Tirarán a la papelera el proyecto de ley del PSOE y harán uno nuevo con especial énfasis en luchar contra la okupación.
Industria Nuevo plan para elevar su peso al 25% del PIB regional, y apoyo a la creación de suelo empresarial.
Educación Creación de un Sistema Cántabro de Becas y ampliación del transporte escolar a mayores de 16 años.
Cultura Apoyo a la nueva sede del Museo Reina Sofía-Archivo Lafuente en el Banco de España.
Reivindicaciones Exigirá que el AVE llegue a Reinosa y el tren de Santander a Bilbao y desbloquear la A-73 Aguilar-Burgos.
Mundo rural Seguir defendiendo sin complejos el control poblacional del lobo e instar al Gobierno central a sacarlo del Lespre.
No será la única investigación interna que ponga en marcha el nuevo Gobierno del PP. Una segunda auditoría analizará la situación organizativa, financiera y asistencial del Servicio Cántabro de Salud (SCS) porque, según Buruaga, a pesar de contar «con más recursos que nunca en la historia» de la autonomía, y a pesar de contar con 200 millones más de presupuesto sanitario que durante el Gobierno del PP entre 2011 y 2015, se han destinado los fondos Covid a pagar deuda de años anteriores por importe de 216 millones. «Y eso es inadmisible», denunció.
Y es que la Sanidad es algo más que un área del Gobierno para Buruaga. Su paso por la Consejería durante la legislatura 2011-2015 la convirtió en una obsesión para ella, sobre todo ahora, cuando «ha sufrido un deterioro sin precendentes en manos del anterior Gobierno». No tuvo reparos, incluso, en presentarse como una presidenta «con un perfil muy sanitario», y con el objetivo de «reconstruir asistencial y profesionalmente la sanidad de Cantabria».
Buruaga se atrevió a dar plazos y un calendario cerrado para solucionar algunos de los problemas más graves que acucian a este sector. Lo primero será firmar durante los 100 primeros días de mandato un pacto profesional con los profesionales sanitarios de Cantabria. Una «hoja de ruta», lo llamó, para reconocer a los trabajadores y para ayudar en la sostenibilidad de un sistema que ha sufrido sucesivas crisis en los últimos años.
Las listas de espera, como era previsible, se encuentran en lo más alto de la agenda de la futura presidenta. Y Buruaga se ha marcado un reto mayúsculo: reducir en un año los tiempos máximos de espera a 30 días para una prueba diagnóstica, a 60 días para una consulta de especialista y a 180 días para una intervención quirúrgica. Y al final, en el umbral de la legislatura, reducir las listas a la mitad, tanto el número de personas como el tiempo. «Nadie esperará más de 90 días para una intervención quirúrgica», se comprometió.
Precisamente, uno de los grandes proyectos de legislatura que hoy apareció en su discurso está relacionado directamente con la sanidad. Buruaga no mencionó en ningún momento la protonterapia –el hito sanitario del pasado Ejecutivo–, pero sí desveló sus planes de futuro para la Residencia Cantabria, cerrada y en ruina desde hace años. La líder del PP quiere convertirla en un Parque Científico y Tecnológico vinculado a las ciencias de la salud, articulado en torno a la triple excelencia asistencial, docente e investigadora de Valdecilla y su entorno. «Quiero crear un complejo capaz de atraer empresas de tecnologías médicas y salud digital; capaz de transformar nuestro modelo productivo con la industria de la salud de alto valor añadido», detalló.
También aseguró que no se cerrará ningún consultorio más, que se frenará el declive del Hospital de Laredo y se construirá «un nuevo dispositivo hospitalario» en Castro Urdiales.
Si la Sanidad será uno de los pilares de la legislatura del nuevo Gobierno del PP, Buruaga puso nombre al otro: la economía. «Esa es nuestra primera prioridad: cambiar la tendencia del Producto Interior Bruto (PIB) y posicionar a Cantabria donde se merece estar, entre las comunidades de mayor crecimiento y creación de empleo de España», dijo en un discurso en el que la economía tuvo un peso muy importante.
Aquí sí que Buruaga se extendió más en el diagnóstico de Cantabria tras ocho años de bipartito PRC-PSOE. Lo llamó una «plácida decadencia». Y, evidentemente, los números que esgrimió no fueron buenos. Según ella, la región tiene la peor evolución del PIB por habitante de su entorno y, sobre todo, se mostró especialmente preocupada por «la debilidad del modelo económico» de la comunidad. «No me gusta ser catastrofista ni claudico ante la dificultad, pero Cantabria se está quedando atrás. Necesitamos un revulsivo para una región estancada, económica y laboralmente rezagada y en clara desventaja competitiva en el conjunto nacional», apuntó.
Como principal herramienta para combatir este panorama, Buruaga pondrá en marcha un plan de reforma fiscal muy amplia orientada al crecimiento, la inversión y el empleo. Un cambio de paradigma muy importante ya que el anterior Gobierno no era partidario de tocar los tributos al considerarlos imrescindibles para sostener los servicios públicos. La líder popular, sin embargo, considera intolerable que Cantabria esté en el grupo de cabeza de la presión fiscal y a la cola en competitividad fiscal.
Por eso, el PP extenderá la bonificación del 100% en el Impuesto de Sucesiones que actualmente existe entre cónyuges y padres e hijos a los hermanos, para que «nadie tenga que pagar por heredar de un familiar directo». También reducirá el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, tanto para bienes muebles como inmuebles, poniendo especial énfasis en la compra de la primera vivienda. Y eliminará el Impuesto de Patrimonio, que tiene un impacto recaudatorio muy bajo, pero «ahuyenta la inversión y deslocaliza renta». Y, como ya había anunciado con anterioridad, bajará el tramo autonómico del IRPF a las rentas medias y bajas, que «vienen siendo gravemente penalizadas en nuestra comunidad». «Voy a bajar los impuestos a todos los cántabros, todos los que pueda y todo lo que pueda, porque Cantabria no necesita un Gobierno más rico, sino una sociedad más próspera».
Dentro de esas medidas de buena economía, el próximo Gobierno tiene previsto fusionar las entidades y empresas públicas que comparten el mismo objeto o actividad para hacerlas «más operativas, eficientes y sostenibles», porque Cantabria, dijo Buruaga, «no puede seguir soportando unas pérdidas de 42 millones de euros anuales».
Pero Buruaga sabe que todas estas medidas económicas necesitan de un relanzamiento industrial de la región para no quedarse solo en buenas intenciones. En el escenario ideal, este sector debe representar el 25% del PIB de Cantabria. Actualmente ronda el 18%, según el Icane.
Para conseguirlo, el PP aprobará un plan muy detallado, hasta el punto de que Buruaga fue una por una por las principales empresas y suelos industriales de la región: «Me propongo ayudar a hacer viable la transición energética de Solvay; apoyar la permanencia en Cantabria de industrias tan emblemáticas como Sidenor o Ferroatlántica; y volver a convertir el suelo de la desaparecida Sniace en un territorio productivo capaz de albergar proyectos industriales. Haremos realidad las Excavadas y La Hilera en Torrelavega; asumiremos la gestión directa del Polígono de La Vega en Campoo; concluiremos la aprobación del Polígono Industrial de Laredo y desarrollaremos dos nuevas áreas industriales en el entorno de la A-8, en Cabezón de la Sal y en Penagos-Santa María de Cayón. Y daremos continuidad a La Pasiega e impulsaremos la ampliación del PCTCAN en Santander».
Después de 20 folios y 70 minutos de intervención, el discurso de Buruaga cerró la primera sesión de la investidura, que continuará este viernes, a las diez de la mañana, con las respuestas de los grupos parlamentarios y, posteriormente la votación, para la que la candidata popular necesita la mayoría absoluta. El PRC se abstendrá, el PSOE votará en contra y Vox solo ha anunciado que no lo hará a favor, así que será necesaria una segunda votación, el próximo lunes, para la que ya solo se requiere mayoría simple, obstáculo que superará gracias a la abstención pactada con Miguel Ángel Revilla.
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