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Cuando Jordi Siscar era estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones sufrió una colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. Los médicos le dijeron que no tenía cura, ... pero no se conformó y comenzó una investigación basada en documentación científica para evitar nuevos brotes. Al aplicar sus descubrimientos, ha conseguido «disfrutar de la vida con calidad». Ayer, durante su participación en el I Congreso de Enfermería Integrativa de Cantabria, que se celebra en Santander, en el Paraninfo de La Magdalena, Siscar ofreció una ponencia dirigida a pacientes que, cómo él, «quieren solucionar la causa del problema y no sólo atajar el síntoma».
-¿Cómo sería su vida hoy de no haber aplicado las pautas que ha ido descubriendo?
-No sé si hubiera podido terminar mis estudios y no creo que hubiera podido desarrollar mi actual trabajo de ocho horas en una ingeniería. Muchas personas con esta enfermedad inflamatoria intestinal se ven muy limitadas en su día a día. Los síntomas te incapacitan para el trabajo y obtienes la invalidez del 33%. Ir al baño cada 20 minutos por heces líquidas, con sangre, úlceras en los intestinos... Al final, te afecta a todo el cuerpo, a la piel, al pelo, estás cansado, con baja autoestima, tienes déficit nutricional...
-Al tratar un brote, ¿qué pautas propone usted que no da la sanidad pública?
-Cuando llegas al hospital necesitas parar de sangrar y para ello te dan corticoides y antiinflamatorios. Yo, además de paliar el síntoma, propongo una dieta y hábitos de vida para intentar no dañar el intestino y que no lleguen esos síntomas. En segundo lugar, propongo alimentos y suplementos que ayudan a regenerar el tejido dañado por las úlceras, como los probióticos o el almidón frío. De esto no se habla en la sanidad pública porque se centra en recetar medicamentos y practicar cirugías, como cortar una parte del intestino y vivir con una bolsa para las deposiciones.
-¿Ha recibido muchas críticas por hablar de salud sin tener la carrera de Medicina?
-Mi labor lleva sangre, sudor y lágrimas. Me salva el hecho de que yo no me lucro de esto y que mi libro se puede descargar gratuitamente. Mi objetivo es poner al alcance de todos la documentación a la que he accedido, muchas veces en habla inglesa, y siempre apoyándome en la Pubmed, una base de datos de la comunidad científica a la que recurren todos los profesionales de la salud. La intención de mi labor es que los pacientes se empoderen y tomen las riendas de su enfermedad y puedan dirigir su toma de decisiones que sirvan para aliviar su problema.
-¿Qué alimentos son perjudiciales para su enfermedad?
-Deberíamos comer como lo hacían los cántabros hace 200 años. Ningún alimento procesado, mucha verdura, fruta, tubérculos, raíces y proteína de calidad, carne de vaca de pastoreo (que no haya tomado compuestos químicos) y pescado azul. Me baso en la teoría de la evolución o la 'Paleodieta' del hombre del Paleolítico, que estaba preparado para el ayuno. Los cereales, el pan, la pasta..., son perjudiciales para la enfermedad de Crohn y hay que incluir en la dieta probióticos.
-También habla del déficit de exposición solar o vitamina D3.
-La mitad de la población sufre un déficit de vitamina D3 debido a los hábitos de vida, muchas horas dentro de la oficina o de casa. Tomar el sol, o a diario o un suplemento, reduce la inflamación del intestino. Los síntomas por la falta de esta vitamina son ansiedad, depresión, cansancio, infecciones que se repiten, alergias... Acudimos al médico con estos síntomas y nos recetan un antidepresivo, pero no resuelves el problema, sólo el síntoma. En una analítica se podrían detectar los niveles de D3 y si el paciente está por debajo del rango, hay que recetar un suplemento vitamínico, que es barato.
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