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El objetivo inicial, planteado durante la primera ola de covid y llevado a la práctica en la segunda, era probar si un viejo fármaco, muy conocido y barato (cuesta dos euros), llamado colchicina es capaz de evitar las neumonías graves en pacientes contagiados mayores ... de 70 años, lo cual reduciría los ingresos, las complicaciones y la mortalidad en la población más vulnerable frente al SARS-CoV-2. Con ese planteamiento, este estudio promovido desde el Instituto de Investigación de Valdecilla (Idival), que es pionero en España al pretender combatir la infección de manera preventiva, echó a andar a finales de septiembre -en paralelo a otro ensayo canadiense, que ya ha ofrecido resultados esperanzadores-, pero, cuatro meses después, del millar de candidatos que se había previsto en un principio para la muestra apenas se ha logrado captar una treintena.
«Hemos tenido tremendas dificultades», reconoce el coordinador del ensayo (Colchi-Covid), el hematólogo Carlos Richard, que confía en que las conversaciones con la Consejería y el Servicio Cántabro de Salud (SCS) ayuden a encontrar la fórmula para impulsar el desarrollo de esta investigación, reforzar el trabajo de campo y acortar los plazos, ya que «podemos perder una ocasión ya no sólo de desarrollar un ensayo sino de mejorar las consecuencias nefastas de la pandemia», añade. Más aún después de las primeras conclusiones avanzadas por el grupo del Instituto Cardíaco de Montreal (Canadá), que apuntan que la colchicina, un medicamento habitualmente usado contra la gota, es eficaz para tratar a los enfermos de covid, al reducir un 44% la mortalidad y un 25% las hospitalizaciones derivadas de la infección.
De entrada, el estudio de Valdecilla necesita del apoyo de la red de Atención Primaria, ya que la idea era que fueran los médicos de cabecera los que supervisaran a los pacientes, que recibirán el tratamiento en sus casas. «Pero los compañeros tienen una sobrecarga asistencial tremenda. Su colaboración es excelente, dan todo lo que pueden, pero organizativamente es complicado cumplir con las exigencias que nos planteamos. Además, con la pandemia, han cambiado su forma de trabajar, mucho más centrada en la consulta telefónica. Si te plantean colaborar en un ensayo vía telefónica, sin mirarte a los ojos, es muy difícil que te digan que sí», reconoce Richard, para justificar en parte «la escasa aceptación» del proyecto.
EL MEDICAMENTO
REQUISITOS
Un inconveniente al que se añaden «otros problemas» que han contribuido a ralentizar la investigación, como el hecho de que «la población a la que va dirigida es añosa (por encima de los 70 años, aunque ya lo hemos rebajado desde los 60 para ampliar el abanico)». Y eso implica que, una vez realizada la primera selección a partir de los diagnósticos covid confirmados por PCR en Microbiología -«Del listado diario podíamos sacar entre 50 y 60 posibles candidatos»-, «hay casos que tenemos que descartar después bien porque toman medicación para patologías crónicas que arrastran y que lo hacen incompatible con el ensayo o porque presentan un gran deterioro cognitivo y es su familia o cuidadores quienes tienen que tomar la decisión final sobre su participación, y eso al final es tiempo que perdemos».
En este sentido, Mar García, jefa de servicio de Farmacología Clínica e investigadora principal, recuerda que «desde que se confirma la PCR positiva tenemos 72 horas para reclutar a esos pacientes y poder administrar el tratamiento. A veces no llegamos a tiempo, pasa por ejemplo si requiere una analítica, porque no tiene ninguna reciente. Otras simplemente es que rechazan participar». Y ahí ambos tienen claro que hay un «factor clave», en el contexto de pandemia, que es «el miedo», sobre todo cuando se trata de personas con síntomas leves, ya que es preciso que se trate de enfermos covid en aislamiento domiciliario y factores de riesgo (hipertensión, enfermedad pulmonar, insuficiencia cardiaca...). «Hay tanto desconocimiento sobre la enfermedad que es lógico que haya reparos», admite el hematólogo. «Lo importante es que la población sepa que es un fármaco muy conocido y seguro», incide. La colchicina es un medicamento con un siglo de historia utilizado para los ataques agudos de gota, pero que también es un excelente protector cardiaco (se indica para pericarditis). La finalidad del ensayo es, precisamente, demostrar que protege del daño pulmonar que el SARS-CoV-2 causa cuando vence al sistema inmunitario y desarrolla lo que se conoce como tormenta de citoquinas. No obstante, ambos hacen hincapié en que, «fuera del ensayo, es improcedente que se utilice de forma indiscriminada».
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