«Veo complicado el mecenazgo en España»
Javier Argüello | Estudiante de doctorado de Fotónica ·
Reconoce la fortuna de contar con una beca que le abre las puertas a nuevos campos científicos y espera poder seguir en EspañaSecciones
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Javier Argüello | Estudiante de doctorado de Fotónica ·
Reconoce la fortuna de contar con una beca que le abre las puertas a nuevos campos científicos y espera poder seguir en EspañaJavier Argüello (Santander, 1993) regresó a España gracias a una beca de la Fundación 'la Caixa'. Ahora cursa su doctorado en Fotónica en Barcelona. Tras estudiar su primer año en la Universidad de Cantabria, se graduó en Física y en Matemáticas por la Universidad Complutense ... de Madrid y tiene un máster en Física Teórica por el Perimeter Institute de Física Teórica de Waterloo (Canadá), además de pasar por el Instituto Max Planck de Óptica Cuántica (Alemania), cuyo trabajo de investigación ha sido recientemente publicado en la revista Nature. Es optimista respecto al futuro y espera poder continuar su carrera científica en España.
-Con 27 años, su currículo es envidiable. ¿Desde pequeño, los números y las fórmulas han conquistado su mente?
-Pues no sé hasta qué punto, pero mis padres todavía me recuerdan que de niño hacía muchas preguntas. En el colegio siempre me divirtieron bastante las asignaturas de ciencias, pero nunca me había planteado que pudiese llegar a ser un trabajo. En Bachillerato, tuve la oportunidad de participar en algunas actividades que organizaba la Facultad de Ciencias y pensé que si la gente disfrutaba tanto como parecía, quizás merecía la pena intentarlo.
-Usted es estudiante de un doctorado en Fotónica. ¿Es capaz de explicarme qué es, sin que me pierda?
-Puedo intentarlo. Cuando pensamos en la luz, muchas veces nos imaginamos ondas de diferentes colores que se propagan en el espacio. Esta intuición vale para entender los colores del arcoíris o el reflejo de un espejo, pero a principios del siglo XX se dieron cuenta de que no lograba explicar la luz que emite un material cuando se calienta. Para resolver el problema, al físico Max Planck se le ocurrió que si pensaba que la luz se emitía en paquetes de energía, en vez de manera continua, todo encajaba. A estos paquetes los llamaron fotones, y explicaban tan bien los experimentos, que abrieron todo un campo de investigación. De ahí nacería la física cuántica, que son las leyes que describen el comportamiento de estos fotones, además de la estructura de los átomos, o el mecanismo de una reacción química. Hoy, la fotónica se centra en comprender bien estas leyes y buscar aplicaciones donde aventajen a los sistemas clásicos. Por ejemplo, para construir paneles solares más eficientes, biomarcadores más sensibles o formas más rápidas y seguras de transmitir información.
-Su doctorado es gracias a una beca de la Fundación 'la Caixa'. ¿Necesita España más iniciativas como esta?
-El programa de becas de la Fundación 'la Caixa' es una oportunidad única. En mi caso, me permitió regresar a España después de un par de años investigando en Canadá y Alemania, con una libertad para desarrollar mi proyecto de investigación, a la que difícilmente podría haber aspirado. Además de los recursos económicos, nos facilitan expertos con los que trabajamos técnicas de gestión de equipos, comunicación, control emocional... Son habilidades muy importantes cuando haces investigación.
-¿Ve a los españoles participando en un sistema de mecenazgo, como los anglosajones?
-Es complicado. Cuando estudiaba en Canadá me llamó mucho la atención que algunos de mis compañeros estuviesen becados, no por fundaciones, sino por familias que destinaban parte de sus ahorros a financiar la universidad. Con ello no iban a obtener un rendimiento económico, pero sentían que así contribuían al desarrollo de la región y que eso podía ser parte de su legado. Aunque aquí no tenemos tan arraigado este sentimiento, en Cantabria hay un trabajo enorme en cultura, desarrollo rural o educación responsable que sale adelante gracias a las fundaciones.
-Cantabria tiene mucho potencial en investigación con la Universidad de Cantabria, el Instituto de Investigación de Valdecilla.... ¿Cree que se le está sacando partido a ese potencial?
-Cuando estudié aquí el primer año de carrera, me di cuenta de que en la UC tenemos investigadores y centros de primer nivel. Siendo una comunidad pequeña, las mayores oportunidades de financiación pasan por optar a proyectos nacionales y europeos, que son muy competitivos. Esto hace muy importante que a nivel regional se cuide a los grupos que tenemos y se destinen recursos a atraer y estabilizar talento. De esta manera estarán en la posición de captar fondos de fuera que permitan atraer a más investigadores, formar nuevos estudiantes, abrir líneas de investigación...
-Ya en los primeros años de universidad se observa que hay una menor proporción de mujeres que inician carreras científicas. ¿A qué cree que se debe?
-Un problema grave es que la historia muchas veces ha invisibilizado el papel de las mujeres científicas, lo que hace más difícil encontrar referentes. Por ejemplo, cuando Lise Meitner explicó por primera vez la fisión nuclear, fueron sus compañeros hombres quienes recibieron el Premio Nobel por el descubrimiento. En España tenemos científicas extraordinarias, desde las aulas de nuestras universidades hasta la dirección de centros del más alto nivel. Mi esperanza es que, a medida de que las mujeres ocupan el lugar en la sociedad que merecen, ocurrirá también en la ciencia, pero aún queda mucho camino por recorrer.
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