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La reapertura de las piscinas comunitarias está en peligro. «Con las condiciones que hay ahora, es imposible que abran». Así resume Silvia Fernández, ... vicepresidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Cantabria la situación, e insiste en la imposibilidad de cumplir los requisitos establecidos en la normativa. Ocurre que el Gobierno nacional ha equiparado estas instalaciones a las municipales, dependientes de los ayuntamientos, y ambas deberán cumplir las mismas normas para poder reabrir. No obstante, esas condiciones no resultan asumibles en la mayoría de las comunidades de propietarios porque no tienen recursos para llevarlas a cabo. Por ejemplo, para garantizar que se cumplen las restricciones de aforo (no puede superar el 30% tanto fuera como dentro), muchas urbanizaciones necesitarán contratar más personal -el socorrista solo supervisa el agua-, un gasto al que quizá no puedan hacer frente.
También surge la dificultad de garantizar el distanciamiento social y el coste que supone limpiar y desinfectar los espacios «tres veces al día». La normativa es «casi inviable» porque además marca que hace falta establecer unos turnos para usar la instalación fuera de los cuales no se podrá estar en ella. En cualquier caso, serán las comunidades las que decidan su reapertura. «Queda a su arbitrio si pueden asumir o no el gasto».
Las dudas no están solo en Cantabria. A nivel nacional los administradores de Fincas «hemos solicitado una normativa específica para las propiedades con piscina comunitaria», señala Fernández. Una petición que se ha trasladado a las comunidades autónomas al no haber obtenido respuesta de Madrid y dado que la reglamentación final es autonómica. No obstante en Cantabria, el Gobierno regional «se ha remitido a lo establecido a nivel nacional». Por eso en las comunidades de propietarios los ánimos están «revueltos».
Y es que los propios ayuntamientos cántabros son un mar de dudas respecto a la apertura de las piscinas municipales por la complejidad que supone garantizar las medidas de seguridad que recomienda el Ministerio de Sanidad como consecuencia del coronavirus. De hecho algunos consistorios, como Camargo, Los Corrales o Iguña, ya han anunciado que no abrirán. Un cumplimiento que se complica aún más para las comunidades que quieran disfrutar de una instalación que se presenta como la mejor opción para el verano dadas las limitaciones vigentes a consecuencia de la crisis sanitaria.
«La pandemia sigue ahí», recuerda la vicepresidenta del Colegio de Administradores de Fincas de la región. Y si cumplir las normas que garanticen la seguridad de los vecinos «es difícil, igual la alternativa es no abrir». En este sentido, desde el colegio llaman «al sentido común de la gente». Y confían en que en las comunidades se desarrollará la actividad con la misma prudencia y diligencia con la que se ha actuado hasta ahora, cumpliendo siempre la normativa. «Nosotros queremos hacer las cosas bien».
En cualquier caso, si tuvieran que hacer una recomendación sería que «las piscinas pequeñas con pocos vecinos -30 o 40 por ejemplo- abran» porque quizá allí sí sea «asumible cumplir las normas incluso entre ellos». Mismo camino pueden adoptar las comunidades que tengan un conserje porque igual él mismo pueden encargarse de controlar los aforos. Siempre con la norma en la mano y «actuando con prudencia y sentido común», resume Fernández. Esa es la clave para evitar posibles contagios. «La ciudadanía se ha portado de maravilla, se han hecho las cosas bien y aquí actuaremos con responsabilidad», insiste.
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