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Que un aeropuerto como el Seve Ballesteros tenga dos compañías que vuelan a un mismo destino parece, en principio, una buena noticia. Y lo es. Sobre todo, si aumenta las opciones de los pasajeros al ampliar días de operación y horarios. Si amplían el abanico. ... El problema surge cuando las aerolíneas programan mirando más de reojo al vecino -a la competencia- que al cliente. Y eso vuelve a pasar una vez más -porque ya ha sucedido más veces- en la ruta con Barcelona. Un caso concreto. Una semana del mes de julio, por ejemplo. Ryanair vuela durante toda la campaña de verano a la Ciudad Condal los martes, jueves y sábados. Vueling, por su parte, tiene viajes a diario. Uno mínimo, pero en varias jornadas pone un vuelo más. Pues bien, en más de una ocasión ha colocado esos vuelos adicionales justo en jueves y sábado. Así, el 13 de julio (jueves) o el 15 (sábado) hay tres salidas a Barcelona desde Cantabria. Pero esa misma semana, lunes, miércoles, viernes y domingo sólo hay un despegue. Un reparto poco equilibrado.
El asunto lo comentaron en los últimos días desde la Asociación de Amigos de Parayas. «Hay semanas que nos vamos a encontrar con tres vuelos en jueves y sábados y el resto de días uno el lunes, miércoles, viernes y domingo, y dos el martes. Está claro que no miran por el ciudadano, sólo por el dinero», denuncian en sus redes sociales desde este colectivo. Porque, además, destacan que Vueling ganó recientemente el concurso de patrocinio de la ruta (por lo que recibe una cantidad del Gobierno de Cantabria). También que «Ryanair tiene la programación puesta desde hace meses» y que ha sido Vueling, en este caso, «la que ha modificado la suya». Lo hace, apuntan desde este colectivo, «para eliminar a Ryanair de la ruta». «¿Y el ciudadano?», se preguntan.
Al menos en esta ocasión las 'coincidencias' no llegan al extremo de contar con salidas en franjas horarias prácticamente idénticas, como sucedió en otras ocasiones, lo que provocaba situaciones llamativas. Dos despegues casi seguidos y nada en el resto del día. Todo esto, en una ruta, Barcelona, que coge aire en la temporada de verano que arranca estos días tras verse muy afectada en la oferta por la pandemia del covid.
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