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Confirmado en Cantabria el primer caso de viruela del mono en el último año y medio en un paciente que permanece ingresado en Valdecilla, bajo la supervisión del servicio de Enfermedades Infecciosas, «aunque el motivo de hospitalización es otro», aclaran desde la Dirección General de ... Salud Pública. Según el análisis realizado en el laboratorio de Microbiología, el origen es la cepa del brote de 2022, no la nueva variante que ha vuelto a activar la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más contagiosa y potencialmente más peligrosa, y de la que hasta la fecha solo consta un caso importado de África en Europa, detectado en Suecia.
Como apunta Luis Viloria, jefe de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería, fue el pasado viernes cuando un médico de Atención Primaria de Santander sospechó que las lesiones cutáneas que apreciaba en un paciente que acudía a su consulta eran compatibles con la viruela del mono, «aunque no era esa la razón que había llevado a esa persona al centro de salud». Sin embargo, en vista de la situación de emergencia sanitaria, «este médico decidió remitirle a Urgencias de Valdecilla, donde se siguió el protocolo y en menos de 24 horas no solo se había confirmado la infección de monkeypox sino también que se trataba de la variante que causó la crisis en 2022, lo cual nos tranquiliza», indica Viloria, sorprendido también de la «casualidad» de que apareciera un caso sospechoso justo cuando acababa de informar de que Cantabria no registraba ningún contagio desde hace más de año y medio. A lo largo de 2022 se contabilizaron 36 positivos en la región, pero desde entonces el virus no había reaparecido.
Y eso que en el resto de España sí que había continuado «cierto goteo de infecciones». Es más, según el Ministerio de Sanidad, entre enero y principios de agosto de 2024 se habían diagnosticado 264, y «no se han comportado de manera diferente, con otros síntomas o distinta gravedad» –la mayoría han sido leves–. Desde el inicio de aquella crisis, suman ya más de 8.100 los casos confirmados en España, siendo el país europeo con más personas afectadas, seguido por Francia (4.272) y Reino Unido (3.866).
«Si se repitiera la situación de hace dos años, ahora nos cogería mejor preparados: con un sistema de vigilancia y vacunas disponibles», había advertido el viernes Viloria. Con lo que no contaba es que se iba a poner a prueba ese rastreo regional de forma tan inmediata. El paciente afectado es un joven de alrededor de 30 años que «venía desde Madrid –no había viajado a África– y que acude con frecuencia a Cantabria». Puesto que los efectos de la infección por viruela del mono que padece son leves, «será dado de alta en cuanto se solucione el otro problema por el que había acudido al médico», indica el epidemiólogo. Eso sí, con la indicación de que cumpla con unos días de aislamiento domiciliario y la recomendación de que identifique a sus contactos de riesgo.
El jefe de Vigilancia Epidemiológica, que este martes participará en la reunión de expertos de las comunidades autónomas convocada por el Ministerio de Sanidad para abordar esta crisis, celebra que la aparición de este contagio haya permitido comprobar que «el sistema de detección y el protocolo diseñado funcionan», una «garantía» para controlar la situación en caso de que llegue la nueva variante que ha multiplicado los casos en la República Democrática del Congo, extendiéndose a varios países vecinos y encendiendo las alarmas a nivel internacional.
El primer caso fuera de África de la nueva versión del virus se declaró la semana pasada en Suecia. Fue a raíz de esa confirmación cuando la agencia de salud de la Unión Europea advirtió de que «hay que prepararse» para la llegada de esta cepa. De entrada, la ventaja que apuntan las autoridades sanitarias es que hay remanente de vacunas para prevenir el contagio y que se ha demostrado que «es igual de útil la protección para esta nueva variante», subraya Viloria.
La mayoría de los contagios en España están ligados a prácticas sexuales de riesgo (sin protección), especialmente entre varones, siendo los fluidos corporales la principal vía de transmisión de esta enfermedad que empieza con fiebre, dolores musculares y de cabeza, ganglios linfáticos inflamados y fatiga, y que provoca unas características lesiones en la piel –manchas rojas que se convierten en pústulas–.
Además, el Ministerio recuerda que la indicación de la vacuna se extiende a los contactos estrechos que no hayan pasado la enfermedad, así como a sanitarios de consultas especializadas en atención de ITS/VIH, que tratan a personas de alto riesgo; profesionales de laboratorio que manejan muestras potencialmente contaminadas o que se encargan de la desinfección de locales específicos donde se mantienen relaciones sexuales sin protección.
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