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El consejero de Cultura y Turismo, Luis Martínez Abad, realizó ayer un ejercicio de pedagogía para tratar de convencer de las bondades de la privatización del hotel La Corza Blanca de la estación invernal de Alto Campoo y de sus servicios de restauración, que ... hasta ahora venían gestionando la empresa pública Cantur y que pasarán a manos del grupo catalán SNÖ Hotels durante cuatro años y la opción de una prórroga de otros 12 meses más. El principal argumento es que la instalación arrastra pérdidas de más de cuatro millones de euros en los últimos cinco años. Un dinero que «no paga Cantur, sino todos los cántabros» y con el que «podríamos construir un colegio o tres centros de salud». Según el popular, no solo pondrá fin a estas pérdidas, sino que la operación «va a generar riqueza en la comarca», ya que La Corza Blanca pasará de abrir tres meses al año a nueve y generará 40 puestos de trabajo.
Estas explicaciones llegan después de escuchar las duras críticas de los sindicatos de Cantur, que hablan del riesgo de pérdidas de puestos de trabajo, y las procedentes de la Asociación de Hostelería, que exige al Gobierno que aclare el acuerdo y los términos del contrato. A ambos les respondió ayer el titular de Turismo con la misma dureza. A los representantes de los trabajadores –en especial a UGT–, les acusó de mentir. «La decisión no afecta a ningún trabajador. Empezaron hablando de que afectaba a cinco y acabaron diciendo que eran más de 70. Ninguna persona sufrirá modificación alguna de su relación laboral y no se perjudicarán en medida alguna los derechos de los trabajadores», insistió el popular. Afirma que sí puede entender que esta decisión haya hecho pensar al Comité de Empresa que esto sea el comienzo de un proceso para privatizar Cantur, algo que Martínez Abad descarta «definitiva y rotundamente». Así se lo ha garantizado por escrito.
Menos comprensivo se mostró con el presidente de los hosteleros cántabros, Eduardo Lamadrid, que el día anterior exigía a la Consejería que aclarara el acuerdo con el grupo SNÖ Hotels. También se quejaba de la falta de información y reclamaba conocer los términos económicos del contrato. «No tenemos que darle esa información que estoy dando aquí de forma pública. Yo no le pido a él explicaciones de cuáles son sus acuerdos cada vez que adquiere una instalación. Me parece desleal lo que ha hecho. No lo entiendo», aseguró el popular.
Aunque defendió que la concesión se ha hecho sin la fórmula de un concurso público porque «no es necesario», lo que no aclaró es el canon que pagará el grupo hostelero al Gobierno regional por la explotaciones de las instalaciones de Alto Campoo. El documento tiene una cláusula de confidencialidad. En cualquier caso, si algún grupo político pida la información en el Parlamento, muy probablemente la Consejería de Turismo tendrá que dar a conocer la cifra.
Más allá de que no sea necesario un concurso, ¿por qué se ha elegido a esta empresa y no otra, por ejemplo de Cantabria? «Buscábamos a alguien especializado. Al número uno. Y hemos conseguiod que apuesta por Cantabria», defiende el Ejecutivo, que subraya que la empresa tiene capacidad demostrada en instalaciones similares de otras autonomías y un proyecto para atraer nuevos perfiles como grupos escolares, deportistas profesionales y turismo religioso.
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