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El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha acudido este lunes al Parlamento de Cantabria por tercera vez desde comenzó la crisis sanitaria para dar cuentas del trabajo de su departamento en relación a la crisis del coronavirus. Rodríguez ha advertido que no hay ... que perder de vista que, pese a la mejoría de los datos, «seguimos en una situación de pandemia y aún no hemos vencido la batalla al Covid» y ha respondido a las duras críticas de los partidos de la oposición. Tras sus palabras La Federación Empresarial de la Dependendencia y la asociación de residencias - LARES han solicitado al presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, que Rodríguez cese como titular de Sanidad.
En distinto grado, PP y Ciudadanos se han mostrado dispuestos a seguir colaborando y han destacado algunos aciertos, pero también han lamentado el «elevado optimismo» del consejero y han descalificado la gestión llevada a cabo por su departamento en asuntos sensibles como la dotación de medios de protección a los profesionales sanitarios -hay más de 400 contagiados- y la coordinación con las residencias de mayores. Desde Vox, directamente, le han acusado de «mentir» en referencia a la realización de pruebas PCR en los centros de salud. Según su portavoz, han sido «cero» porque los médicos tenían orden de aislar en su domicilio a los enfermos o trasladarles al hospital si estaban graves, nunca de hacerles el test. Según el Gobierno, la cifra supera los 8.800 análisis.
Rodríguez ha asegurado que el sector sanitario público de Cantabria ha respondido «de manera adecuada· por la actitud de sus profesionales, pero también por la gestión de la Consejería y por la suficiencia de infraestructuras y materiales de protección -en este punto, la versión de los sindicatos médicos es totalmente contraria-. Para el consejero, que está convencido de que la dotación económica ha hecho que la comunidad autónoma pueda responder mejor a la epidemia que otras comunidades, «esto evidencia que el esfuerzo inversor ha dado sus frutos».
En cambio, sí ha reconocido que «algo» ha fallado en las residencias de mayores, pero considera que la responsabilidad está en sus gerentes. «Tenemos un sector sociosanitario, que está fundamentalmente en manos privadas, que ha demostrado no estar a la altura», ha subrayado el consejero. Aunque ha asegurado que sus profesionales «se han desvivido en circunstancias tan difíciles», ha subrayado por dos veces que el sector en su conjunto «no ha estado a la altura». En este sentido, ha invitado a los grupos parlamentarios a reflexionar sobre el modelo residencial.
Además, ha aprovechado para responder a las dos principales organizaciones del sector, que la pasada semana acusaron en la Cámara a la Consejería de «falta de comunicación y coordinación», que esas tareas dependen de Servicios Sociales y no de Sanidad. En todo caso, ha dicho que Salud Pública sí ha mantenido comunicación incluso cuando las declaraciones públicas de los portavoces de las residencias «rozaban la falta de respeto».
La otra apelación directa de la patronal de los centros de mayores tenía que ver con la no presencia de los médicos en las residencias y a carencia de existencias, ya que en algunos casos los contagiados no han sido trasladados al hospital y «sólo han sido asistidos con paracetal o morfina». Ante eso, Rodríguez ha dicho que «los profesionales de Atención Primaria atienden a los residentes con la misma diligencia que al resto de cántabros» y ha lamentado que se ponga en duda su trabajo.
El consejero ha elevado el tono ante las críticas de la oposición: «Esta forma de hacer necropolítica que tiene la derecha a la que ustedes representan me da arcadas. Todos los países que se han visto afectados han tenido fallecidos. Si yo fuera como ustedes, sacaría ahora el número de fallecidos que ha habido en las comunidades donde ustedes gobiernan, pero ni me parece ético ni lo necesito».
Ante la tensión del debate, han quedado diluidas las explicaciones sobre cómo se aplicará el protocolo elaborado para atender a los nuevos positivos que surjan a partir de la entrada en la fase 1 de la 'desescalada' que ya avanzó este periódico y en el que tendrá un especial peso la Atención Primaria. Una de las novedades aportadas por el consejero es que se ampliarán los contratos de continuidad de los médicos de familia para garantizar que ninguna zona de salud se quede sin un profesional. Además, se ofrecerá un contrato de un año de duración a los residentes de esta especialidad y se mantendrán los contratos extraordinarios de personal de enfermería.
El sector de la dependencia pedido el cese del consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, después de que éste haya afirmado hoy en el Parlamento de Cantabria, que las residencias de la comunidad autónoma no han estado a la altura durante la pandemia por la COVID-19.
La Federación Empresarial de la Dependendencia y la asociación de residencias LARES han solicitado al presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, que Rodríguez cese como titular de Sanidad, por esta afirmación del consejero que también ha sido rechazada por el PP que le ha replicado que el sector sociosanitario de la región «ha salido adelante» luchando en «peores condiciones» que el sanitario y por Vox que le ha pedido que «por dignidad dimita».
Para las entidades que representan el 80 por ciento de la dependencia de Cantabria, las declaraciones de Rodríguez son «lamentables» e «inadmisibles», además de criticar su «grado de falsedad y manipulacion indigno» del cargo que representa.
Niegan que el sector haya puesto en duda la profesionalidad de los servicios sanitarios y subrayan que lo que han venido denunciando es la «nefasta» gestión sanitaria del Ejecutivo
El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha destacado este lunes que Cantabria podría llegar a contar hasta con 2.500 camas de hospitalización convencional en caso de ser necesario si se llegase a producir un rebrote de la COVID-19, por lo que ha instado a «no bajar la guardia» en las medidas de protección individual y de distanciamiento social.
También ha detallado las medidas que va a tomar la Consejería de Sanidad de cara al futuro. Entre las medidas del plan de transición a la nueva realidad, el consejero ha destacado que se va a «fortalecer» la Atención Primaria y para garantizar la capacidad diagnóstica con PCR de todos los casos con síntomas compatibles con COVID-19.
Para ello, se dispone de equipos de intervención móviles con una capacidad de realizar 1.980 test semanales, sin contar niños y niñas menores de 10 años, que dispondrán de un circuito específico en Valdecilla y Laredo gestionado por los servicios de pediatría y que, en principio, dedicarán a citas una hora de lunes a viernes.
Por lo que se refiere al personal, ha explicado que se ampliarán los contratos de continuidad de los médicos de familia, para asegurar el tener un médico de continuidad por zona básica, ofreciendo contratos de un año de duración también a los residentes de esta especialidad que finalizan su formación este mes.
Rodríguez ha destacado también que, aunque Cantabria tiene «una buena dotación» en materia de camas hospitalarias, la región estaría en disposición «inmediata» de doblar el número de camas en UCI respecto a la capacidad preCOVID e, incluso, se han identificados espacios para triplicar esa capacidad.
Según ha detallado, actualmente, para la población de Cantabria se dispone de una capacidad asistencial preCOVID de 44 camas de cuidados críticos con respirador (38 en HUMV y 6 en Sierrallana), y se podría aumentar hasta en 52 puestos la capacidad de camas de cuidados críticos con respirador: 36 camas en HUMV (que incluso podría ampliarse aún más), 11 camas en Sierrallana y 5 en Laredo. A su vez, se dispone de otras 20 camas en centros privados: 14 en la Clínica Mompía, 3 en la Mutua Montañesa y 3 en Santa Clotilde.
Por tanto, el consejero ha avanzado que se podría duplicar el número de camas UCI, de manera inmediata, hasta 116, mientras que se dispone de una reserva de 66 equipos de ventilación mecánica invasiva.
También se contaría con una disponibilidad inmediata, en caso de necesidad, de ofrecer alternativas de hospitalización suficientes, pudiendo reorganizar y ampliar las camas para hospitalización convencional.
Así, en caso de necesidad, el Hospital Valdecilla podría llegar a disponer de 1.228 camas frente a las 880 que tiene actualmente, Sierrallana y Tres Mares de 417 camas frente a las 331 actuales y Laredo de 178 frente a las 148 actuales. Es decir, el SCS podría disponer de 1.823 camas dentro de su red de hospitales, ha indicado Rodríguez.
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