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«A la inflación la llaman el impuesto de los pobres», explica Francisco Bautista, coordinador de la Unión de Consumidores de Cantabria (UCC). Él tiene ... claro que precisamente el consumidor es «el último eslabón» y el que «más acaba sufriendo» la desorbitada escalada de precios que nos golpea. Los demás componentes de la cadena pueden, en cierto modo, «ir repercutiendo en las tarifas o pedir beneficios fiscales». Pero el comprador final no. «Nos vamos a ir empobreciendo paulatinamente si esto no llega a su fin», apunta. Al llenar el carro en el supermercado (los alimentos básicos de la cesta de la compra se encarecieron en mayo otro 4,5%) o el depósito del coche (desde enero, la subida es del 30%). Por eso, a petición de este periódico, han elaborado una lista de consejos. «Basada en las ideas con las que comulgamos a diario». Son recomendaciones sencillas –básicamente, sentido común– para cualquier momento y para cualquier familia. Pero, con la que está cayendo hoy en día, mucho más.
No se trata de romantizar la precariedad ni de elaborar uno de esos reportajes de 'diviértete haciendo tus propias velas caseras para ahorrar'. No va de eso. Esto, por desgracia, no es divertido. Consumidores elabora un listado de buenas prácticas en distintos ámbitos (todo está recogido, punto por punto, en la ficha que acompaña este texto). La cesta de la compra, la energía, las finanzas, la telefonía o los servicios de comunicación en general y el automóvil.
Desde la utilidad de planificar un presupuesto previo al ir al supermercado y distinguir entre necesario y no necesario, hasta manejar técnicas de conducción para que el depósito de combustible del coche se vacíe algo más despacio (en cualquier guía de RACE, por ejemplo, hay numerosas pautas en este sentido). Desde los consejos para apuntarse al autoconsumo de energía a la recomendación de no usar tarjetas para pagar a crédito y evitar, así, pequeños endeudamientos (que, obviamente, se van acumulando). Desde no comprar ningún servicio financiero que no entienda a reclamar por las penalizaciones impuestas por las compañías telefónicas si no están justificadas.
El listado de la unión de consumidores de Cantabria
Planificar un presupuesto: Saber cuánto dinero vamos a gastar de antemano. Prever las necesidades (distinguir entre lo necesario y lo no necesario) y disciplinar el gasto.
Conocer el entorno: Hacer como nuestros mayores. Visitar los comercios y supermercados cercanos, conocer los precios (saber 'a cuánto están las cosas') y poder así comprar en distintos sitios después de comparar precios.
Fidelización: Si acumula compras en un mismo lugar, conocer los planes de fidelización.
A granel y de temporada: Productos de temporada o a granel, que suelen ser más baratos que los envasados.
Cocinar: La comida preparada en casa será, por lo general, más sana y más barata que los alimentos procesados.
Almacenar: Comprar en cantidades más grandes si el precio es más barato y congelar si son productos perecederos.
Rebajas: Aproveche las temporadas de rebajas. Para ello, es necesario, nuevamente, conocer el entorno y tener conocimiento de que los precios han sido efectivamente rebajados. No acuda porque toca. Benefíciese de las rebajas y evite que las rebajas se beneficien de usted.
Comparaciones: Compare los precios kilowatio/hora entre las distintas comercializadoras de mercado libre, y, a su vez, con las tarifas de mercado regulado. Por ley, las comercializadoras deben ofrecer información a los clientes.
Electrodomésticos: Es recomendable la gama A por su ahorro energético, aunque su precio es superior.
Aislar la vivienda: Para evitar pérdidas de calor. Las medidas de eficiencia energética suelen estar subvencionadas por las Administraciones públicas (instalación de ventanas, arreglos de fachadas, etc…).
En el día a día: Procure usar los electrodomésticos en las horas más baratas. Sabemos que no siempre es posible, pero conviene intentarlo. Considere apagarlos para evitar el 'consumo fantasma'. Recuerde que la luz del 'stand by' también consume. Y considere la utilización de bombillas de bajo consumo.
Autoconsumo: El sector (paneles fotovoltaicos) vive un gran auge. Recuerde solicitar presupuestos de instalación. Infórmese bien sobre el mecanismo de compensación y los precios que se le aplican por verter a la red y por surtirse de ella. Compruebe el seguro de hogar y consulte si la instalación está cubierta. Si no, considere seriamente ampliar las coberturas para su nueva instalación para evitar futuros disgustos.
Evite comprar a crédito: Huya de la tarjeta de crédito si no es imprescindible.
Sobreendeudamiento de las familias: Un problema endémico de nuestro país, que ya preocupaba, y mucho, antes de la crisis de 2008 y que una planificación de presupuesto del hogar puede contribuir a no gastar rentas futuras, pues los créditos al consumo cobran intereses altos que pagaremos mañana. Considere sus necesidades esenciales (vivienda o vehículo ) y distinga lo necesario de lo innecesario. Procure no endeudarse por esto último.
Presupuesto: Considere hacer un pequeño presupuesto familiar y ajustarse a él.
Comisiones: Busque entidades bancarias que no cobren comisiones de mantenimiento. Es difícil, lo sabemos. O infórmese de los requisitos para evitarlas, que varían según las diferentes entidades.
Advertencia: No contrate productos financieros que no comprenda.
Ocio: Revise sus suscripciones en entretenimiento y considere cuántas, de verdad, necesita.
Telefonía: Compare precios entre los operadores antes de contratar. Fíjese en los regalos y en las permanencias, que pueden aparejar penalizaciones. No consienta que le cobren penalizaciones que no se han pactado. Reclame siempre
Alternativas: valore no usar su vehículo en trayectos cortos. Busque el transporte público o medios alternativos como la bicicleta. Puede plantearse compartir vehículo (desplazamientos laborales, por ejemplo).
Ahorro de combustible: Siga los consejos de conducción eficiente (evitar frenadas bruscas, adecuado nivel de presión, operaciones de mantenimiento del vehículo, etc).
En la Unión de Consumidores de Cantabria constatan que el número de reclamaciones no ha variado sustancialmente (aunque ahora ya hay casi tantas relacionadas con las eléctricas como con las compañías de teléfonos), pero sí palpan que, con la actual situación, hay «mucho temor y mucha desorientación». «La gente no sabe con qué compañía de luz irse, cómo se llama ahora esa compañía que cambia de nombre constantemente, qué significa esta u otra tarifa, qué es esta comisión que le cobran en el banco o esta penalización en la empresa de telefonía...». Todo, íntimamente ligado a precios y tarifas. «Hay asfixia, cada vez cuesta más respirar». A la subida de precios generalizada se unen casos como el de «mayores perfectamente válidos para hacer todas sus gestiones, a los que cambiar toda la operativa por el cierre de su oficina de banco o por las nuevas normas les convierte en aislados sociales».
Bautista, que es abogado, deja claro que desde la Unión de Consumidores de Cantabria elaboran esta lista «respetando la libertad de cada uno», la «soberanía del consumidor». Pero, a partir de ahí, señala también que «la compra es una opción y supone hacer una declaración de intenciones». «Tomar decisiones». Y pone ejemplos. Comprar leche de aquí, explica, es apostar por que se mantenga el sector. Lo mismo que elegir los comercios del barrio o del pueblo, los próximos. «Contribuyes a una labor colectiva y, además, el responsable de esa tienda en la que compras una camisa o los productos de alimentación, te llamará si eres fontanero y necesita hacer un trabajo en el baño de su casa». En esa contribución «al tejido productivo de nuestra sociedad y a que la riqueza quede en nuestro país» hay, en última instancia, también una vertiente de ahorro.
«Por eso –dicen en la UCC en última instancia al elaborar el listado de consejos a petición de este periódico– nuestra asociación promueve el lema 'consume Cantabria, consume España, consume Europa'.
En la lista hay un añadido que no está directamente vinculado con prácticas de ahorro. O sí. «No ceda cuando sus derechos han sido conculcados. Reclame siempre. El cobro de cantidades indebidas a los distintos operadores de mercado supone una cantidad no despreciable en la economía doméstica. Pensemos, por ejemplo, en un precio de tarifa superior a la contratada. O una penalización que no se debe. O una comisión que no han de cargarnos. Todo sumado supone millones de euros que se van por las rendijas y grietas de un sistema injusto para el consumidor y que se está tornando cada vez más asfixiante», apuntan desde la UCC.
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