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Los alcaldes de varios municipios de Cantabria afectados por los ataques del lobo al ganado se reunieron el viernes en Cabezón de la Sal con representantes de asociaciones ecologistas para tratar de llegar a un punto en común sobre esta problemática. La iniciativa partió ... del alcalde de Herrerías, Francisco Linares, que convocó a los alcaldes de municipios de las comarcas occidentales afectados por los ataques, así como a representantes de asociaciones conservacionistas.
Tras doras horas de fructuoso debate sobre las consecuencias que tienen los altercados de lobos en el mundo rural, los presentes llegaron a una serie de puntos en común, para lo que se volverán a reunir en el mes de septiembre, redactarlos y presentárselos al Gobierno de Cantabria, «con el objetivo de que nuestras opiniones sean tenidas en cuenta», reivindicaron sobre todo los alcaldes, que no fueron llamados a participar en la última 'Mesa del lobo'. El alcalde de Herrerías dejó claro que el objetivo de este encuentro era «llegar a un acuerdo sin consideraremos enemigos, y tratar de solucionar un problema que está afectando mucho a los ganaderos, como son los ataques de lobos a cabras, ovejas o incluso terneros y potros». Ataques que continúan teniendo lugar en Cantabria y que ha situado a los defensores de lobo en un extremo y a los afectados en otro.
Por supuesto, los asistentes no estuvieron de acuerdo en todo y disintieron en lo relativo a cómo terminar con este problema, ya que cada entidad lo analiza desde un punto de vista diferente. A pesar de todo el ambiente de la reunión fue ameno y buscaron un entendimiento. Las voces se elevaron sobre todo en el tema de las cifras, pues los representantes de Ecologistas en Acción afirmaron que los datos sobre las manadas que existen en Cantabria «son engañosos». Los alcaldes trataron de hacer ver a los defensores del lobo «las pérdidas que sufren los ganaderos, que se despiertan por la mañana y ven cómo los lobos han matado veinte ovejas», lo que está afectando sobremanera al mundo rural. Un problema éste «de todos», coincidieron.
En la reunión se cuestionó si considerar al lobo una especie cinegética, asunto sobre lo que no se llegó a un acuerdo, pues varios alcaldes se mostraron a favor de la caza del lobo, mientras que otros, como el representante de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, manifestó que «el hecho de que se haya considerado al lobo una especie de caza no ha reducido los daños que causa sobre el ganado». «Estamos a favor de efectuar controles sobre la población, pero de la forma adecuada», dijo, «teniendo en cuenta dónde, cómo y cuándo».
Todos los presentes coincidieron, eso sí, en que «la crisis del mundo rural es muy compleja y tiene muchos factores», como la despoblación de los pueblos. El alcalde de Ruente, Jaime Díaz, se preguntó «¿Quién va a efectuar los controles si se saca al lobo de la caza? porque matar a un lobo no es una tarea fácil», opinión que compartió el alcalde de Cabuérniga, Gabriel Gómez. El regidor de Vega de Liébana, Gregorio Alonso, destacó que «el mantenimiento de estas especies está recayendo únicamente sobre el mundo rural, cuando afecta a todos» y recordó que su municipio ha perdido «más de 1.500 habitantes en treinta años»; expresó, además, que el lobo «también tiene cierta responsabilidad en los incendios, pues cuando el ganadero sufre ataques con frecuencia, opta por quemar». En Liébana, dijo, «cada vez se hacen menos quesos ya que cada vez hay menos leche de cabra porque las matan los lobos».
Conscientes de esta realidad, los representantes de los grupos ecologistas expresaron su rechazo a que «se realicen controles ineficaces, que no contribuyen a solucionar el problema», y que tienen como único fin acabar con la especie. «Las batidas deben ser controladas, se deben de realizar en el momento adecuado y siempre buscando a expertos en este tema», dijeron.
Además de los citados alcaldes de Herrerías, Ruente, Cabuérniga y Vega de Liébana también asistieron a esta reunión los de Cabezón de la Sal (Víctor Manuel Reinoso, como anfitrión) y Arenas de Iguña (Pablo Gómez). Por las entidades conservacionista acudieron el director de la Fundación Quebrantahuesos, Gerardo Baguena; Patricia Nieto, en representación de la Fundación Naturaleza y Hombre, así como Sara González y Floren Enríquez, de Ecologistas en Acción, y de Adán Musi y José María Fernández, de ARCA, además del citado Guillermo Palomero.
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