Este extremo es el que pretende analizar el nuevo proyecto que lidera el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria bajo el nombre 'Adaptación al cambio climático a través de la gestión y restauración de ecosistemas de estuario' y cuyo acrónimo es 'Life Adapta Blues'. El plan tiene un presupuesto total de más de 2 millones de euros y está cofinanciado por el programa europeo 'Life', que desarrolla otras iniciativas en esta línea de trabajo, y que aporta un 55%. De ese montante, aproximadamente 900.000 euros se quedarán en la región. Así lo explicó ayer José Antonio Juanes, catedrático de Ingeniería Hidráulica en la UC, durante la presentación del plan, que tendrá una duración de 5 años (hasta 2024).
En este plazo se desarrollarán las diferentes actuaciones que están previstas y se hará en tres escenarios europeos: Cantabria (marismas de Santoña, Bahía de Santander y estuario de Oyambre), Coimbra (estuario de Mondego) y Zeeland, en Holanda. El objetivo primordial es evaluar cuál es el potencial detrás de la conservarción y restauración de ecosistemas estuarios a lo largo de la costa y como se ajustan al cambio climático.
Plataforma de datos
La idea es ver y conocer cuál es «la capacidad de estas zonas costeras para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático», explicó el catedrático. Están repartidas en cinco niveles diferenciados. Por un lado, el punto en el que se encuentra el proyecto actualmente, las preparatorias. Consistentes en «saber cómo están» las zonas que se van a estudiar. La finalidad es captar información, generar datos sobre cuál es la situación de estos ecosistemas y cómo estarán en el futuro. «Ver si en 10 años seguirán donde están ahora o si, por el contrario, habrán migrado», señaló. Analizar su capacidad de «resiliencia» frente al aumento del nivel del mar y otros efectos.
«Siempre se habla de los bosques y su función de captar carbono, pero no de la de los arrecifes»
José Antonio Juanes Catedrático Ingeniería Hidráulica
Cuando se hayan recabado todos los datos previos, y aunque la información sea relativa a tres escenarios -entre los que se encuentra la costa de Cantabria-, se desarrollará únicamente un proyecto piloto de adaptación. Se hará en el estuario de Mondego en Coimbra, Portugal. Y estará basado en la implementación de acciones de restauración en esta zona para conocer el efecto y si, efectivamente, los ecosistemas costeros son una alternativa para mitigar los efectos del cambio climático. El catedrático destacó la importancia de que toda la información que se recabe, se utilice para «crear una plataforma de datos en Europa que incluya lo que se ha desarrollado en el continente como buenas prácticas». Y que los informes sean «transparentes» y transnacionales para crear una red de «networking».
Una vez el piloto esté en marcha, se hará el seguimiento para ver cómo avanza y dar a conocer los resultados que servirá además para comprobar que «el dinero que destina la Unión Europea cumple con los objetivos marcados». A través de las acciones de comunicación, que también forman parte del programa, se hará la difusión de los avances y progresos del programa y junto con actos de sensibilización.
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