«La Constitución tendría que tener un poder fuerte que proteja al juez»

El responsable de las investigaciones de casos relevantes y mediáticos como Banesto, Púnica, Lezo, Tándem (sobre Villarejo), Kitchen, BBVA, Dina o Tsunami Democrático considera que la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo han sido «una defensa de la democracia». «La Audiencia Nacional ha intentado parar todos los embates que ha sufrido el Estado desde el comienzo de la Constitución, como el del terrorismo, tanto de los Grapo como del FRAP y de ETA, y también el yihadismo». Pero no solo eso, García-Castellón -que en noviembre recibirá la medalla de oro de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT)- también recuerda que la Audiencia Nacional está legitimada para perseguir los grandes delitos económicos, contra la forma de gobierno y la Corona, extradiciones y órdenes europeas de detención.

Además de magistrado de la Audiencia Nacional, García-Castellón ocupó durante casi 17 años el puesto de juez de enlace, primero en Francia y luego en Italia. En el país galo estuvo doce años «para controlar todas las direcciones de ETA que había allí». Y después hizo lo mismo en Italia con el crimen organizado «porque tienen muchas sucursales en España, sobre todo en la costa del Sol, Madrid y Cataluña».

Uno de los casos que más ha marcado a este exmagistrado fue el de Miguel Ángel Blanco. «Me pasé tres días en el País Vasco mientras se registraban casas tratando de encontrarlo vivo antes de que lo mataran, aun sabiendo que lo iban a matar». Para García-Castellón, «este crimen es un ejemplo claro de lo que es el delito de genocidio, aunque solo esté reconocido con carácter universal. Se trata de eliminar a gente por el grupo al que pertenecía».

Otro de los asuntos que tampoco olvida es el de los asesinatos de las niñas Olga Sangrador y Leticia Lebrato en Valladolid, de las que también abusaron. «Los asesinos fueron puestos en libertad por la doctrina Parot, cosa que ahora se repite con Txapote».

A García-Castellón le «espanta» y le parece «horrible» que le califiquen de juez estrella y le molesta más aún que le encasillen ideológicamente a favor del PP. «Decir eso es una falsedad inmensa porque cada uno pensamos lo que sea, pero en el ámbito particular. Situar a un juez ideológicamente es un intento de desprestigio cuando lo que hace no gusta a un particular o un partido político, que tiene más repercusión mediática y puede hacer de altavoz».

Y pone ejemplos, como el procesamiento del exministro del Interior del PP, Fernández Díaz, o los casos 'Lezo', 'Púnica'... «Que salga un político diciendo que este juez ya sabemos lo que es porque no sabía quién era M. Rajoy... Pero si yo no he llevado la Gürtel, cómo lo voy a saber». «Que salvó a Cospedal o a Esperanza Aguirre... y resulta que mis autos los confirmó la Sala de lo Penal».

García-Castellón, que ha demandado a Belarra por volver a llamarle «corrupto», echa de menos que la Constitución no tenga un «poder fuerte» que proteja al juez cuando está cumpliendo con su deber, «porque ni te apoya la Fiscalía General del Estado ni el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tiene medios efectivos reales».

Por eso a este exmagistrado le «encanta» el sistema anglosajón, donde sería imposible lo que ocurre en España. «A mis compañeros de Inglaterra y Estados Unidos se les ponen los pelos de punta, porque no entienden nada. Es el mundo al revés».