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Durante algo más de un año y medio, los vecinos de Astillero miraban hacia la ría y parecían ver el pasado de la actividad naval que dio nombre al municipio. El presente han sido más de mil trabajadores vinculados a la construcción de un buque ... de lujo que ha vuelto a poner a la localidad a funcionar como antaño y con los alojamientos hosteleros de la zona «entre el 80 y el 90% de ocupación en temporada baja». Si el consistorio de El Astillero cifra en este porcentaje la ocupación que en circunstancias normales apenas revestiría movimiento, las empresas que se han encargado de coordinar el alojamiento y la manutención de los empleados cifran en más de 100 millones de euros el impacto directo en la economía regional derivado de la construcción del Evrima.
Para entender la envergadura del impacto que ha supuesto el buque de la compañía americana The Ritz Carlton Yatch Collection en Cantabria, solo hay que mirar las cifras que se manejan. Durante casi dos años, ha habido 30 establecimientos hoteleros de la región que han alojado a más de mil trabajadores. Si bien la afluencia de empleados iba por temporadas, había una media de 700 habitaciones diarias ocupadas en la región, según los datos del que entonces fuera presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria. «Es la operación hotelera más importante que ha habido en Cantabria», reconoce el expresidente Ángel Cuevas.
Los hoteles no solo estaban en El Astillero, sino repartidos por toda la geografía de la región y sobre todo en Santander; había trabajadores alojados en establecimientos desde Noja hasta Suances, pasando por Torrelavega y Liérganes, Somo y Suesa, Solares, e incluso, durante este verano, en Campoo. En los meses de julio y agosto, cuando la capacidad estaba al 100% por la campaña turística, abrieron el hotel de la estación de esquí y ocuparon la totalidad de La Corza Blanca para alojar a los trabajadores. En este despliegue ha habido hoteles, pero también posadas y albergues, apartamentos y hostales, y todo tipo de alojamientos se han visto beneficiados, así como los restaurantes de alrededor que surtían del desayuno o la cena a los huéspedes allí donde no había ese servicio en el hotel.
130-150euros cada día es el gasto medio que ha supuesto el alojamiento de cada trabajador.
700habitaciones diarias se han ocupado en Cantabria de media durante la construcción.
Otro de los puntales económicos ha sido la movilidad, porque desde todos los alojamientos había que llevar y traer a diario a los trabajadores hasta el astillero donde estaba el Evrima, de forma que cada día se movilizaban hasta 40 autobuses por la región. Por tanto, entre dietas, alojamiento y transporte, cabe preguntarse ¿cuánto gasto por trabajador se ha trasladado a las arcas de la economía regional? Según la estimación, que varía por la temporada del año así como por la zona y el tipo de hotel, se sitúa en una horquilla entre los 130 y los 150 euros por persona y día, de ahí que estimen que el gasto directo que la construcción del lujoso buque ha dejado en el sector en Cantabria sea de 100 millones de euros, sin contar los gastos indirectos que ha derivado su estancia en la región.
El Evrima dejó la bahía el pasado lunes, tras varias salidas por aguas cántabras para probar que todo funcionaba a la perfección. Una de las más sonadas fue la que hizo en plena puesta de sol con toda su cubierta iluminada. La majestuosidad está a la altura de lo que va a costar un pasaje en su viaje inaugural, previsto para el 15 de octubre desde Barcelona. Con capacidad para 298 personas, hará escala en Menorca, Palma de Mallorca, Saint-Tropez (Francia), Antibes (Francia) y Niza (Francia), y el precio para estrenar el buque ronda los 7.500 euros por persona para una semana.
Preguntado por la repercusión que ha tenido el Evrima en la economía local de El Astillero, su alcalde considera que «en estos últimos años Astander está siendo un gran pulmón económico para nuestro municipio», dice Javier Fernández: «Da gusto ver a tantos trabajadores en el astillero y haciendo vida en nuestro municipio. El buque Evrima ha sido un empuje aún mayor, llenando casi todas las habitaciones disponibles de nuestros hoteles, moviendo nuestros restaurantes y el comercio local y, también, volviendo a recuperar la sensación de gran potencial como sólo los veteranos recordaban. Las expectativas a futuro son muy buenas y eso seguirá redundando en la actividad municipal», afirma.
Desde la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), su directora, Bárbara Gutiérrez, valora «muy positivamente que durante año y medio se hayan encarado los trabajos para ultimar el buque Evrima y es nuestro deber reconocer el apoyo que esto ha supuesto al sector turístico y hotelero de la región».
A su juicio han sido casi dos años en los que «han trabajado miles de personas que se han alojado en nuestra región» y en su caso valora positivamente el impacto que esto tiene sobre las campañas de más floja de afluencia turística: «Ha habido un alto número de pernoctaciones en más de una veintena de alojamientos de la comunidad autónoma, lo que da cuenta de lo que ha supuesto para nuestro sector especialmente en los meses de invierno», dice. «Habitaciones, desayunos, comidas y cenas repartidas por toda la región y que han ayudado y mucho al sector hostelero en momentos de crisis y en los que aún teníamos restricciones», explica. Sobre todo porque este balón de oxígeno llegaba cuando la pandemia más difícil ponía las cosas a un sector directamente afectado por las medidas de prevención de la pandemia. Por eso, dice la directora de la AEHC, «no podemos estar más agradecidos a The Ritz-Carlton y recordar que Evrima es el primer barco de cruceros construido en España y esperamos que no sea el último y que Santander y Astander se conviertan en referente mundial».
Los trabajos de construcción del Evrima han empleado a trabajadores llegados de más de veinte países diferentes; ucranianos, polacos, italianos, norteamericanos... entre las 44 empresas contratadas por el propio armador (unos 800 trabajadores) y las 45 firmas dependientes de Astander (unos 250 operarios de media), aunque no todos hayan coincidido de forma simultánea. La construcción del crucero arrancó en Vigo, con un presupuesto de 250 millones que enseguida sumó un sobrecoste de otros 80 millones de euros. El proyecto naval, el más ambicioso hasta la fecha en España en su categoría, ha superado varias marejadas hasta su botadura definitiva el pasado lunes. La primera fue económica, ya que los problemas del astillero gallego Hijos de Barreras, así como la cadena de impagos a la industria auxiliar local, derivaron en el traslado del crucero a Cantabria, donde llegó en marzo del pasado año. Así llegó este 'caramelo' económico a aguas cántabras, algo de lo que ya se hacen eco desde la prensa gallega, donde el Faro de Vigo cifra en 135 millones el dinero que dejó la propietaria en la localidad gallega frente a los 240 que estima ha dejado en el astillero cántabro. La segunda, un brote de covid entre los trabajadores que puso en jaque el ritmo de las obras hasta que se controló la transmisión del virus. Y la tercera, una huelga en la industria del metal. Superados los embistes, el barco navega hacia su futuro con bandera maltesa, pero acento cántabro.
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