Los contagios por coronavirus obligan a poner en cuarentena a otras tres aulas de la región

Según informó el Ejecutivo, los tres nuevos casos de covid se confirmaron el martes, día 15, en un aula del Colegio Calasanz (Santander) y en otra de la Escuela de Educación Infantil Anjana (Torrelavega), y el miércoles, día 16, en el Colegio Príncipe de Asturias (Ramales de la Victoria).

Con estas ya son quince las aulas que la Consejería de Educación ha tenido que cerrar en los centros escolares de la región desde el inicio del curso escolar, trece pertenecientes a los ciclos de Infantil y Primaria, lo que supone un 0,48% del total (2.654), y dos correspondientes a los ciclos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional.

A ellas debe sumarse, además, el aula del ciclo de Primaria del Colegio Cisneros de Santander puesta en cuarentena preventiva la semana pasada tras detectarse un caso positivo en covid y rescatada del confinamiento apenas cuatro días más tarde en una decisión que ha generado cierta polémica y los padres no acaban de entender.

Tal y como ya publicó este periódico, esa clase fue clausurada el día 10 de septiembre al confirmarse un contagio en el aula y puesta inmediatamente en periodo de cuarentena.

Cuatro días después de que la Consejería de Educación tomara aquella drástica decisión, Salud Pública ordenaba una rectificación de semejante medida y devolvía a los escolares a la actividad lectiva presencial para asombro de los padres de los niños, que, algo desconcertados, buscaron información hasta concluir por su cuenta que el negociado que dirige Marina Lombó «ignoró el protocolo» y «tomó una decisión precipitada».

Según recuerda la madre de uno de los escolares afectados, «el protocolo dice que los contactos estrechos se buscarán desde dos días antes de la fecha del diagnóstico en caso de personas positivas asintomáticas».

En este caso en particular, «si el alumno asintomático en cuestión recibió el diagnóstico el jueves pero fue el lunes la última vez que acudió a su clase, habían pasado 75 horas entre la posible exposición de los niños y el diagnostico positivo del alumno asintomático, luego no podían ser nuestros hijos considerados como caso estrecho» y, en consecuencia, «no procedía el confinamiento».

Dice, además, que después de producirse la orden de desconfinamiento, los niños fueron llamados a realizar la prueba PCR, «que ya no les correspondía hacer al no haber sido considerados un caso estrecho».

A su juicio, «Educación se saltó el protocolo y tomó una decisión precipitada».

Para explicar este enredo, fuentes de la Consejería de Educación, que reconocen que la citación a estas pruebas de PCR «se produjo porque Educación no comunicó a Salud Pública la anulación de las mismas», aduce que, en estos primeros días de rodaje del citado protocolo, «este departamento asume que se actúe con un exceso de celo, porque entiende que es más perjudicial mantener en los centros al alumnado que ha de guardar cuarentena que tener que revertir una medida de este tipo si se confirma posteriormente que no es necesaria».