Cantabria bate el récord de contagios de toda la pandemia con 358 en un día

Más allá de los números, Wallmann indicó que aún estamos en una fase creciente de contagios (o sea, que no tiene pinta de bajar por ahora) y que la positividad está en máximos (un 11,7%). Y centró el ejemplo para explicarlo en lo que pasa con los jóvenes de 20 a 29 años. «Es posible que si reunimos a cien al azar, diez den positivo». Al hilo de todo esto concluyó: «El muro de contención que supone la vacunación está en construcción y no es suficiente para contener esta onda». Una forma de justificar la necesidad de tomar medidas más allá de los pinchazos.

Para hacer la comparación completa entre lo del jueves y lo del 5 de noviembre hay que decir que en esa fecha había 148 personas hospitalizadas y 21 en la UCI. Además, se registró un fallecido, pero había muertes prácticamente todos los días. El jueves los hospitalizados eran 52, en la UCI había seis pacientes (este viernes ya eran ocho) y en los últimos veinte días han muerto dos personas.

El problema es la evolución. La escalada. Y sus consecuencias. El responsable de Salud Pública fue desgranando datos. «La transmisión comunitaria es alta», dijo. Y mostró un truco para saber si la evolución está en fase creciente. Si se multiplica la incidencia en los últimos siete días (281) por dos y el resultado es mayor que el dato de la incidencia a catorce días (438), mala cosa (hagan la cuenta). «Y lo mismo ocurre con la incidencia entre los mayores de 65, que está creciendo aunque sea en un nivel más bajo (45 a siete días, 61 a catorce).

Luego habló del perfil del contagiado. En el 80% de los casos es menor de 40 años. «Y la proporción 80-20 no ha variado en las últimas cuatro semanas». La incidencia en la franja de edad 10 a 19 es de 910 casos por cada 100.000 habitantes. Muy alta. Pero es que en la de 20-29 años está en una «increíble» cifra de 1.820 casos. O sea, que, por estadística, dos de cada cien chavales de esa edad se ha contagiado en las dos últimas semanas. Lo peor es que Wallmann reconoció, además, que ese dato no es muy fiable. Que es muy probable «que el número oculto sea mucho más alto» (los diez de cada cien del principio).

Por territorios, esos casos se distribuyen de manera igualmente «preocupante», aunque dejó caer que en el caso de los mayores de 65 preocupan, especialmente, Reinosa y Santander. Luego habló de brotes. Identificados: 69. Aunque con un volumen tan alto de contagios empiezan a solaparse unos con otros. Esos brotes suponen 1.151 casos y 4.248 contactos «y el 71% está asociado –dijo– al ocio nocturno». De hecho, situó en este terreno los tres mayores. Uno, el más grande, «vinculado a una discoteca de Santander», con 314 casos, y otros dos de 166 y 80, respectivamente. «Además hay un brote que tiene su origen en Aguilar de Campoo, pero que afecta aquí con 95 casos y 213 contactos».

¿Qué preocupa de todo esto? Su traducción en forma de camas en los hospitales (y los efectos sobre la Atención Primaria, en graves apuros desde hace varias semanas). Ahora –dio los datos hasta esa hora del viernes– hay 54 personas ingresadas (hace dos semanas eran 17) y la edad «mediana» de los pacientes es de 42 años (ocho son menores de 30).

De los ocho que había este viernes a media mañana en la UCI, una es una menor de 30 años «que hoy posiblemente pase a planta». El resto, dos hombres de entre 50 y 60, dos hombres y dos mujeres de entre 60 y 70, y una mujer en la franja de los 70 y 80. «Sobre el total de casos en veinteañeros en las últimas semanas, un 1% se traduce en ingresos hospitalarios. En treinteañeros, aunque los casos son menos, ese porcentaje es del 5,7%». El argumento le sirvió para defender la posición de Cantabria en cuanto a no adelantar la vacunación de los jóvenes antes de terminar con los mayores. «Aunque hay tres veces más casos de veinteañeros, el riesgo de terminar en el hospital de los treintañeros es seis veces mayor. Compensa mantener así la vacunación para evitar hospitalizaciones». Sobre todo, teniendo en cuenta que las previsiones indican que, de seguir así, «dentro de una semana el número de personas ingresadas podría ser el doble».

Al hilo de este asunto, se le preguntó al consejero de Sanidad por la puesta en marcha del sistema de autocita para vacunarse (que ya funciona en otras comunidades). «Lo antes posible», respondió Rodríguez, que relató que ya se han hecho «las pruebas informáticas» y que se está pendiente «del cierre de las agendas». Es decir, de colocar en las citas al grueso de los que quedan entre 40 y 49 años y de empezar a incluir a los que están entre 30 y 39 (aseguró que la semana que viene ya se les vacunará en el Palacio de Exposiciones). O sea, que, cuando se ponga en marcha, determinará que por debajo de una edad (seguramente 30 años), las personas podrán ya buscar la fecha que mejor les convenga independientemente de que tengan 17, 25 o 29 (y con la mayoría de los de más edad que ellos ya vacunados o citados para entonces).

«Los datos del jueves son reflejo del fin de semana pasado», dijo Rodríguez cuando hablaba de previsiones. ¿Y qué piensan hacer con los botellones?, le preguntaron de cara a evitar otra cifra similar el jueves que viene. «Los botellones no están ajustados a derecho. Todos los Cuerpos de Seguridad del Estado y las policías locales tendrán que actuar en la medida de lo posible. La competencia de que la Ley se cumpla no es de Sanidad».

Cantabria tiene actualmente 69 brotes de coronavirus identificados que suman 1.151 casos con 4.248 contactos, de los que el 71 por ciento corresponden al ocio nocturno, un número «muy alto».

Según ha indicado, en estos momentos «es muy difícil» identificar y separar los brotes con «semejante número de casos» en la región, porque «se empiezan a solapar» y hay una transmisión «relativamente descontrolada».

Los tres mayores brotes activos están relacionados con el ocio, el más grande de ellos detectado en discotecas de Santander y que contempla 314 contagios, seguido de otro con 166 y el tercero con 80.

También destaca otro brote detectado en Aguilar de Campoo y que afecta a la comunidad porque han estado allí «muchos cántabros». Así, se han detectado 95 casos y 213 contactos de este foco solo en Cantabria.

Con estos datos, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha calificado la situación esta mañana en un medio nacional de «preocupante». «El covid no respeta territorios. Ahora estamos en las noticias, pero hemos llegado a ser la mejor comunidad hace tres meses. Es una ola dañina, una cepa nueva que está afectando fundamentalmente a la gente joven, que tenía ansia de salir», ha dicho el presidente.

Revilla ha aprovechado el directo en TVE para hacer un llamamiento «serio a todo el mundo, sobre todo a los jóvenes»: «Que tengan muchísimo cuidado por ellos mismos y porque cuando llegan a casa hay abuelitos y padres y la inmunidad de la vacuna no es absoluta».

Sobre el asunto de las mascarillas, para el presidente, como ya ha asegurado en anteriores ocasiones, fue precipitado quitar la obligatoriedad de su uso en espacios exteriores porque «trasladas la sensación de que estamos fuera de peligro».

Miguel Ángel Revilla no ha desaprovechado la oportunidad para invitar a los turistas a la comunidad autónoma -«una región segura», ha dicho-, pero eso sí, «el que venga a Cantabria y no quiera contaminarse no lo hará haciendo lo que tiene que hacer, huyendo de los peligros, aglomeraciones en lugares cerrados y sin ventilacion, donde la gente bebe, se relaja y se quita la mascarilla. Eso se transforma en una bomba de relojería».