Maura Otero | Número 2 de Ciudadanos en Hazas de Cesto

CRIATURAS ELECTORALES

Una copiloto en la carrera electoral

Conjurados contra los sondeos, porque no les queda otra, los últimos mohicanos de Ciudadanos se proponen sobrevivir en los grandes municipios, donde apenas tienen ya víveres, y en algún otro que no es lo tanto. Como Hazas de Cesto, donde su candidata, Concepción Lezcano, lleva como segunda de lista a Maura Otero, que además de ayudar a postergar la defunción del partido trabaja como empleada en el servicio de limpieza del Hospital Comarcal de Laredo y es copiloto de rallies.

Nacida, acunada y crecida entre aficionados a las carreras, sus padres entre ellos, Maura, que ya de niña arrinconaba a sus muñecas para jugar con los coches de su hermano, es una verdadera apasionada del mundo del motor, el mejor conducto, asegura, para liberar toda la adrenalina que acumula cada día en su vida peatonal.

Una vida que abarcan su familia, sus amistades y su trabajo y, de doce años para acá, su interés por intentar mejorar un poco la de los demás, que es por lo que aceptó la propuesta de Lezcano de acompañarla en una aventura política que inició con apenas 19 años en La Unión y continúa a los 31 en Ciudadanos.

Con esa meta en el horizonte, la candidata, que en las últimas elecciones, las de 2019, también corrió el rallie electoral como copiloto de Lezcano -entonces Ciudadanos obtuvo un edil y ella, Maura, se quedó fuera por tan solo ocho votos-, repite presencia con la formación de Inés Arrimadas convencida, o eso da a entender, de que el derrumbe del par- tido en todo el país no tiene por qué afectar a la estructura de su casa, Hazas de Cesto. «Aquí la gente vota a la persona, no al partido».

Cierto aunque con matices, ese axioma se ha convertido en la barra antivuelco del proyecto que Maura ofrece al municipio de parte de Ciudadanos. «Rebaja de tasas e impuestos, medidas contra la okupación, mantenimiento de las sucursales bancarias en el pueblo...», canta la navegante velozmente. Como si fuera Luis Moya. Debe ser la costumbre. Y sigue. «Participación ciudadana en la toma de decisiones municipales, implantación de transporte público al centro de salud de Gama y al Hospital Comarcal de Laredo...».

-Si la cuestión es servir al ciudadano, de eso último podía encargarse usted.

-¡Pues iban a flipar!

Porque para quienes sienten pasión por los rallies, sentarse en un Renault 11 Turbo y apretar el acelerador a fondo puede ser una extraordinaria experiencia, un 'subidón', pero para los que no la sienten puede ser un calvario, una tortura, un 'bajón'.

«Yo daría una vuelta en el coche a Pedro Sánchez, pero solo por hacerle pasar un mal rato», matiza la candidata naranja, que, pase lo que pase el próximo día 28, tenga o no la oportunidad de contribuir a mejorar las vidas de sus vecinos, seguirá disfrutando de su tiempo libre quemando gasolina. Y si sobra, y al PP le hace falta, pues quién sabe, quizá se la dé, aunque ahora mismo, en este tramo decisivo de la carrera, «no es el momento de hablar de pactos».