Hasta el corazón de Ucrania. «No os vamos a dejar solos»

Ian aún es muy pequeño para escribir con fluidez, pero eso no le impide sentir la misma impotencia que un adulto por la situación que atraviesan los ucranianos. Lo manifiesta con un dibujo de trazos torpes pero lleno de sentimiento. En el folio, representa a una familia dentro de un enorme corazón rodeada de las banderas de Ucrania y de España. Una forma sencilla de manifestar su apoyo. Como él, 5.000 niños españoles más han querido trasmitir su cariño a este país del Este sumido en una guerra en contra de su voluntad. El viernes partía el primer camión desde Cantabria con ayuda humanitaria. Y dentro de esas cajas cargadas de material de primera necesidad, estaban las miles de cartas y dibujos con mensajes de apoyo que forman parte de la iniciativa de la asociación Tolerancia 0 al Bullying de Cantabria.

«Al ver las imágenes tan dolorosas por la televisión, especialmente de los más pequeños, creí que debían saber que no vamos a dejarlos solos», explica Lourdes Verdejo, impulsora de la iniciativa. Dicho y hecho. Se puso en contacto con la presidenta de Oberig, Asociación de Ucranianos en Cantabria, para gestionarlo con ellos. «No teníamos mucho tiempo porque queríamos enviarlas con el primer camión».

Lo que no se imaginaba Verdejo, «ni por asomo», era la repercusión que tendría la publicación en la que explicaba en qué consistía esta iniciativa. Prueba de ello es que en menos de una semana han recibido más de 5.000 misivas desde colegios de Madrid, Sevilla, Alicante y «por supuesto» de Cantabria.

«Necesitan, aunque sea un segundo, vaciar sus mentes de bombas y guerras. Espero que lo hayamos conseguido». Verdejo ha leído todas las cartas que han llegado. Eso sí, con la ayuda de un ucraniano residente en Cantabria que le ha ido traduciendo todos los textos. «No hemos podido evitar emocionarnos. Él me dijo que estaba muy triste y preocupado pero que por otro lado también lloraba de alegría por el apoyo recibido».

Ambos se asombraron por «la empatía de los más pequeños». De hecho, uno de los mensajes «más impactantes» fue el de un niño de tres años: «Si bombardean tu casa, puedes venir a la mía». Y a veces, una imagen vale más que mil palabras. «Hay un dibujo de un soldado besando a una mujer que ha pintado un niño ucraniano», cuya intención era reflejar que «no hay guerra que merezca la pena».

Ian, José y Jessy decidieron hacer un escrito conjunto en azul y amarillo, los colores de la bandera de Ucrania. «Queridas familias ucranianas...», así empieza un emotivo mensaje en el que piden al presidente de Rusia que «esto pare de una vez. Stop Putin». Y lo más importante, les ofrecen casa, ropa y comida porque «están dispuestos a ayudar en lo que sea necesario».

Verdejo reconoce que han aprendido mucho de la fortaleza de los ucranianos, especialmente «de los voluntarios autóctonos que trabajan para abastecer a su pueblo. Y cómo arriman todos el hombro cuando hace falta». «Después de esto seguimos teniendo fe en las personas».

Ayer partió desde Santander el segundo camión de ayuda humanitaria hacia Ucrania. El vehículo, cargado con 33 palés, llegará en cuatro días a la frontera con Hungría, donde se localiza un centro de distribución que lo repartirá en diferentes lotes. Esto reitera el compromiso de la asociación con los ucranianos «hasta que la guerra termine. Seguimos dispuestos a seguir ayudando en todo lo que nos sea posible para hacer que su estancia en Ucrania sea en las mejores condiciones posibles». Y quiere agradecer el interés por esta iniciativa que ojalá «no tenga que durar mucho».

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