El coronavirus obliga a cancelar la expedición de médicos cántabros a Argelia

Su objetivo, como en anteriores expediciones, era operar al mayor número de pacientes de los campos de refugiados saharauis en el menor tiempo posible (9 días). Ya tenían los billetes comprados, el visado pagado y empaquetado todo el material donado por el Hospital Marqués de Valdecilla y por la Clínica Mompía, pero el riesgo de que pudieran hacer de vectores del virus como consecuencia de la exposición diaria a pacientes, más teniendo en cuenta que en Cantabria los casos ascienden ya a una decena, ha obligado a cambiar las fechas y fijar el viaje para el próximo octubre. En los 28 años que lleva realizándose este proyecto nunca se había tenido que cancelar: «El coronavirus nos hace tomar la prudente decisión de prevenir la posibilidades de contagio más allá de nuestras fronteras», apunta Cobo. Junto a él estaba previsto que viajaran también Eloy Gutiérrez Cantero, Pilar Briz Garrido, Irma Gutiérrez Díaz, Rubén Cebrecos Tamayo, Nuria Arriaga Ocón, Virginia Durán Muñoz-cruzado, Marisa Merino Isasi, Anabel García León y María Pastrana Franco. La mayoría conoce bien el viaje y la experiencia de formar parte de este proyecto asistencial.

El ámbito de actuación no es otro que los campamentos de refugiados de Tindouf, donde 200.000 habitantes malviven en los cinco wilayas (grupos). Carecen de especialistas en cirugía general y de los medios materiales para realizar dicha actividad, por eso desde hace casi tres décadas, una comisión de profesionales cántabros se traslada hasta el Hospital Militar de El-Bolla, a 15 kilómetros de Rabuni, para realizar intervenciones de tiroides, varices, hemorroides, hernias, tumores, vesículas y criptorquídeas en niños, «dada la morbimortalidad que ocasionan dichas patologías en los campamentos».