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CONSUELO DE LA PEÑA
SANTANDER.
Viernes, 24 de agosto 2018, 07:17
Un minuto después de la medianoche del miércoles se cerró la campaña del bonito más corta que se recuerda en el Cantábrico. Aunque los barcos que se han desplazado más lejos todavía pueden registrar descargas en los puertos, y hay previsiones de ventas ... hasta el lunes, las capturas terminaron justo a esa hora, y no es aventurado decir que al cierre de la costera se habrá agotado la cuota de este año. «Ha sido la mejor costera de los últimos diez años con diferencia», subrayó a este periódico la directora General de Pesca y Alimentación, Marta López López. Al término de la campaña, las capturas de la flota española alcanzaban las 14.681 toneladas sobre una cuota nacional de 15.015.580 de kilos, el equivalente al 97,7%, con lo que es previsible que 24 horas después ese margen se haya agotado.
En Cantabria, la campaña del bonito ha dejado cifras récord, tanto en capturas como en rentabilidad. Así, según datos de la Dirección General de Pesca, «se ha pescado casi un 40% más que el año pasado, cerca de un millón de kilos más», y han participado 61 barcos con 480 tripulantes, «más que ninguna de las costeras en la última década». Además, los barcos han encontrado el bonito muy cerca de casa, lo que ha reducido el consumo de gasoil frente a las largas travesías de otros años hasta los caladeros de Irlanda, mejorando la rentabilidad y también «el bienestar de los hombres, que han podido dormir en casa muchos días de la costera», explica López.
Desde que comenzó la pesquería el 1 de julio hasta su cierre este miércoles, en las lonjas de Cantabria se han descargado 3.082 toneladas, la mejor anotación de la última década. Este dato, unido al precio, que se ha mantenido alto en toda la campaña, ha arrojado también el mejor de los rendimientos, con unas ventas que superan los once millones de euros, dos millones más que en la campaña anterior y 1,5 millones más que en 2016, que era la cifra más alta de los últimos diez años. Así, el precio medio ha sido de 3,60 euros por kilo en lonja, 35 céntimos menos que en la campaña anterior, pero las capturas entonces fueron muy inferiores (2.240 toneladas).
Aunque los datos relativos a la flota cántabra todavía no se han cerrado, a la espera de las últimas descargas, Enrique Paz, secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria, cree que «cerraremos con más de 3.000 toneladas de capturas», lo que supone el 20% de la cuota nacional. Hasta el pasado día 18, los barcos cántabros habían vendido 2.900 toneladas.
«Esta es una costera en la que la flota cántabra vende mucho fuera de Cantabria. Se descarga en función de dónde se está pescando y si el barco se encuentra cerca de Gijón o de Galicia, compensa vender en La Coruña porque tienes menos horas de viaje, ahorras combustible y días, y vuelves a pescar otra vez», explica Paz.
El sector coincide en que «ha sido una costera excepcional. Nuestra flota hace años que no pescaba tanto y en tan corto espacio de tiempo». De hecho, la costera, que terminaba el 31 de octubre, se ha cerrado dos meses antes de lo previsto al haberse agotado la cuota anual asignada.
Pero no todo ha sido positivo en esta campaña. La flota cántabra se sintió «perjudicada» por la prórroga repentina de cinco días de la temporada, una decisión que no fue comunicada a los pescadores cántabros, mientras en otras comunidades se conocía con antelación.
El pasado jueves, el Ministerio de Agricultura y Pesca decidió extender hasta este miércoles la posibilidad de capturas cuyo cierre precautorio había decretado para el día 18 ante el previsible agotamiento de la cuota. La Secretaría General de Pesca justificó la prórroga en un descenso del ritmo de las capturas diarias y la existencia por tanto de un margen de cuota como para permitir las faenas cuatro días más. La orden del Ministerio del pasado día 9 se produjo tras conocerse que se había alcanzado el 80% de la cuota -12.020 toneladas- y que las capturas avanzaban a un ritmo de entre el 8% y el 10% semanal. Pero no se notificó a los barcos cántabros, lo que «nos ha perjudicado, no por el cambio de criterio del Ministerio, sino porque se lo comunicó a todos menos a nosotros y perdimos dos días de pesca», señala Enrique Paz.
La directora general de Pesca coincide en que el Ministerio comunicó «de forma repentina» que seguiría abierta la campaña, lo que «supuso un gran trastorno para los barcos que se habían alejado de las zonas de pesca». La flota cántabra volvió a pescar pero desde la Consejería «se trasladó la queja correspondiente a la Secretaría General de Pesca», que se ha comprometido a «hacer todo lo posible para que esto no vuelva a suceder en posteriores campañas».
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