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JOSÉ CARLOS ROJO
SANTANDER.
Lunes, 28 de septiembre 2020, 06:54
Internet funcionó en pleno confinamiento como salvavidas frente al aburrimiento, estrechó distancias con la familia a través de las videollamadas, permitió el teletrabajo y hasta sobrevivir a la debacle del parón económico potenciando el negocio online. La crisis sanitaria ha puesto sobre el tapete, ... una vez más, la necesidad de construir un futuro digital. Por eso, las operadoras han pisado el acelerador estos meses para cumplir con sus planes anuales e instalar internet de banda ancha en la región; aunque, pese a todos esos esfuerzos e inversiones, un 5% del territorio vaya a quedar aún desconectado este año.
Esos pequeños flecos quedan pendientes también en muchas comunidades vecinas, de ahí que la Dirección General de Transportes y Comunicaciones vaya a mantener una reunión próximamente con sus homólogos en Navarra, La Rioja, Asturias y País Vasco para hallar soluciones conjuntas. «Podemos trabajar unidos frente a un problema que es compartido», señala Felipe Piña, director general de Comunicaciones. «Se estudiarán posibles escollos legislativos que lastran la digitalización, cuestiones técnicas, etc. Todo lo que pueda ayudarnos a mejorar la llegada de internet a cada rincón del territorio. Las compañías han acelerado el ritmo de instalación de fibra desde que se desató la crisis sanitaria y nuestro objetivo es que al final de la legislatura toda Cantabria esté conectada a la banda ancha».
Las grandes operadoras lo tienen fácil en las poblaciones con mayor densidad de habitantes. Santander y todo el arco de la bahía cuentan hace tiempo con fibra óptica de varias firmas, con Telefónica como líder. Pero no es tan fácil para estas empresas encontrar la rentabilidad en las zonas rurales, donde la inversión del despliegue no queda cubierta con la demanda. El Gobierno de España lanzó para este año un progama de subvenciones a las operadoras que suma en Cantabria más de dos millones de euros (concretamente 2.141.208 euros). El Gobierno regional, que ha publicado este año la tercera ayuda 'Conecta Cantabria', ha puesto sobre la mesa en este 2020 un total de 685.000 euros. «Son todas ayudas encaminadas a incentivar la inversión de las empresas de telecomunicaciones, sobre todo en las zonas rurales», informan desde el Gobierno cántabro. Porque existen a día de hoy hasta 90 municipios con diversas zonas donde no llega internet de banda ancha. Para esquematizar la situación, hasta un 65% de la población cántabra disfruta ya de fibra óptica; un 30% soluciona su acceso a internet con algún tipo de cobertura inalámbrica que ofrece el mercado y un 5% restante está aún huérfano de conexión.
David Llano | Adamo
Felipe Piña | Dir. general de Comunicaciones
«No se puede decir que Cantabria no esté conectada a internet porque Telefónica ha cubierto hace tiempo hasta un 99% de la población con 4G», esgrimen fuentes de la operadora de capital español, que, por otro lado, es la que más kilómetros de fibra ha instalado en los entornos más poblados de la región. Sólo seguida de la inglesa Vodafone, que confirma haber invertido en los últimos años hasta «71 millones de euros» para llegar hasta 320.000 hogares y empresas cántabros.
En todo caso, el 4G se queda pequeño en un mundo donde cada vez más electrodomésticos dependen de su conexión a la red. Y en ese nicho de mercado dejado por la firma nacional, afloran las soluciones del resto. «Nuestra idea es cubrir todo el territorio de la comunidad en un futuro cercano», zanja sin reparos David Llano, responsable de la zona norte de Adamo. «Actualmente hemos llegado en Cantabria hasta 150.000 hogares y empresas, y seguimos trabajando a razón de 5.000 hogares al mes», agrega.
Cuando existe instalación eléctrica, Adamo aprovecha la infraestructura de Viesgo para cablear su fibra, «cuando no es así, tenemos que empezar de cero y eso es muy costoso, pero lo hacemos también», detalla Llano. La firma italiana trabaja con los cántabros Ibiocom para dar servicio en la región. El de la inaccesibilidad es un problema al que ha encontrado solución Netcam, la otra operadora que se ha ido haciendo grande estos años. «Nosotros trabajamos con lo que se llama fibra aérea, o banda ancha inalámbrica», dice el máximo responsable de la firma, Fernando Gaspar.
«Utilizamos tecnología de radioenlace para lanzar internet sin necesidad de grandes infraestructuras allá donde la orografía lo pone difícil, y esto en Cantabria, con tantos núcleos de población dispersos, nos da solución para llegar donde nadie quiere invertir», concreta. La suya es una labor de cirujano, cubriendo los pequeños vacíos dejados por el resto. Las miras de todo el sector se dirigen ahora a Bruselas y a los fondos europeos que llegarán para la lucha contra el covid y que barajan entre sus líneas estratégicas la digitalización, especialmente de las zonas rurales, que sufren en mayor medida el riesgo de despoblación.
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