«El covid no habrá cambiado nada si no hay más inversión en prevención»

-Participa en la mesa que aborda la promoción de la salud con un título elocuente: '¿Se puede prevenir más allá de los 65?'

-La promoción de la salud tiene que ver con el autocuidado, y como dice Elisardo López, es una disyuntiva entre lo que me apetece o lo que me conviene, y a veces lo que te conviene no siempre te apetece. Es importante saber que hay evidencias científicas que dicen que tu estado de salud puede mejorar en cualquier momento de tu vida, y que las decisiones que tomas te van a beneficiar y ayudar, es decir, si tienes 65 o 75 años, y empiezas a introducir una dinámica de caminar, va a mejorar tu capacidad física, aunque sea una capacidad acorde a tu edad. A nivel de políticas de salud y programas, la prevención a partir de los 65 es fundamental y necesaria para una sociedad que tiene un porcentaje muy alto de personas mayores. ¿Se está haciendo? No. ¿Hay que hacerla? Urgentemente.

-En este Congreso se ha dicho que el covid ha supuesto un antes y un después en la medicina preventiva, ¿lo ve así?

-El covid ha cambiado la estructura, pero hasta que no veamos unos presupuestos que reflejen que se hace una inversión en promoción y prevención, no podremos decir que el covid ha cambiado nada. Una cosa es lo que se puede decir en una ponencia o en un periódico, y otra cosa es lo que se hace. Y lo que se hace es que se invierte cien veces más en atención sanitaria que en salud pública.

-¿Cómo está en Cantabria?

-En Cantabria, por ejemplo, para un presupuesto de unos mil millones de euros en atención sanitaria, hay unos diez millones en salud pública. A nivel general, es tan abismal que hasta que no hagamos una inversión adecuada en salud pública no podremos decir que estamos preparados para la siguiente pandemia, para hacer prevención en la población, preparados para atender una población mayor o hacer promoción de la salud en esa población. Son los hechos y son los presupuestos los que nos van a decir si lo estamos haciendo bien.

-Los mayores han sido las grandes víctimas de la pandemia. ¿Qué ha revelado el covid de su situación en la sociedad?

-Ha puesto de manifiesto que tenemos una sociedad que está diseñada únicamente alrededor del trabajo remunerado, y el trabajo no remunerado, como el de los cuidados, que es durísimo, es invisible. Pero cuando se ha puesto de manifiesto que los cuidados son fundamentales para que la economía pueda funcionar, nos hemos dado cuenta de que tenemos un modelo insostenible. Por ejemplo, las mujeres mayores que nunca han cobrado por su trabajo, y por tanto nunca se han podido jubilar porque han seguido cuidado de sus parejas, de sus hijos, de sus nietos, tienen estados de salud más vulnerables porque sencillamente están agotadas. Cuando más vulnerables son en la cadena, este tipo de crisis les afecta más. La pandemia ha evidenciado que no tenemos unos recursos adecuados para atenderlos y que los cuidados no están pagados. Pero no me gusta decir que son los que más han sufrido, los niños también han sufrido, y habrá que ver el efecto que les causa. Cuando se habla de discriminación por edad hay que tener cuidado en no caer en discursos que a veces son de guerra intergeneracional.

-La tercera dosis en Cantabria empezó el miércoles en las residencias como refuerzo para su protección, ¿cómo se les puede proteger más?

-Con prevención. En nuestra especialidad, en lo que se trabaja es en dotar de opciones para la salud que no tengan que ser 'medicamentosas'. Sabemos que el 30% de la carga de enfermedad es prevenible y evitable, un porcentaje muy alto. Pero si conseguimos construir una sociedad en la que se pueda ser y estar saludable tendremos un ahorro de gasto sanitario y sufrimiento humano muy grande. Es fundamental que cuando se atienda a personas mayores haya personas suficientes. Cuando se dan brotes en residencias donde hay muchas personas vulnerables, el ratio de profesionales es muy importante, y para eso, es fundamental invertir en los cuidados de las personas mayores. Además, es algo que nos interesa a todos. Decimos 'mayores' y se les considera como si fueran otras personas, pero los mayores somos nosotros mañana. La discriminación por edad es la única que nos afecta a todos los humanos, frente a la discriminación por raza, genero o etnia.

-Cada vez se escucha más el término edadismo (discriminación por cuestión de edad)...

-He notado una diferencia muy grande desde hace tres años, cuando había muy pocos recursos. En poco tiempo ha habido una explosión de literatura e informes, como el de la OMS. Eso quiere decir que la discriminación por edad nos cuesta mucho dinero y mucho sufrimiento, y ahora se ha puesto sobre la mesa aunque de una manera inicial.

-¿Qué está haciendo en su nueva etapa profesional?

-Estoy muy contenta porque he vuelto a la primera línea, a trabajar directamente con los pacientes en el Hospital de El Escorial, y me encanta. Cuando haces un trabajo grande, macro, muy de vista de pájaro, te pierdes esa parte de la medicina. Y yo soy médica, soy de coger la mano a una persona, y ahora he vuelto a primera línea como especialista de Medicina Preventiva y Salud Pública. En nuestra especialidad trabajamos un poco en la sombra en los hospitales, no tenemos tanta visibilidad como puede tener un cardiólogo; hacemos un trabajo de apoyo a todo el hospital, somos polivalentes: gestión, calidad, seguridad, control de la infección... En EE UU nos llaman 'epidemiólogos del hospital', porque también te encargas de que los quirófanos sean seguros, o de las vacunas y los pacientes que necesitan pautas concretas por su cuadro.