Jesús Dacio Arteaga
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Jesús Dacio Arteaga
Jesús Dacio Arteaga (Madrid, 1964) ha sido elegido hace unos días nuevo fiscal superior de Cantabria por la Fiscalía General del Estado. Un cargo que asume con la clara intención de dar un importante cambio en la organización y funcionamiento de la Fiscalía cántabra, integrada ... por una treintena de fiscales.
–A la espera de que el Consejo de Ministros confirme su nombramiento y tome posesión del cargo, ¿cuál va a ser su primera decisión como fiscal superior de Cantabria?
–Lo primero será ocuparme de la distribución de servicios. Llevamos diez años con la misma distribución, prácticamente, y todos los compañeros tienen derecho a volver a plantearse si quieren seguir en la misma especialidad o ir a otra. Eso hay que prepararlo muy bien porque es como vamos a funcionar internamente los próximos cinco años. Todo ello sin perjuicio de que pueda haber plazas nuevas, que sería mejor para repartir el trabajo y tener mayor calidad en el servicio que prestamos.
–¿Cuántos fiscales hay en Cantabria actualmente?
–Treinta incluyendo al jefe.
–¿Se necesitan más plazas?
–Está prevista la llegada de dos nuevos fiscales: uno para Santander y otro para Laredo. Pero hacen falta más. En Europa la media es de 11,1 fiscales por cada 100.000 habitantes, en España estamos en 5,3. No hablo de que tenga que haber el doble, pero son necesarios más para dar un servicio de más calidad porque no podemos llegar a la excelencia como deberíamos.
–¿Va a seguir llevando la delegación de Seguridad o la va a delegar en otro compañero?
–Probablemente no siga con ella, ya lo valoraré, pero será bastante difícil. Quiero llevar, en la medida de lo posible con otra compañera o compañero, tanto la delegación de Memoria Democrática, que apenas genera trabajo de juicios, y la de Delitos de Odio. Además, quiero estar presente en la ampliación del servicio de Jurado, quiero que se institucionalice y se potencie. También quiero potenciar los visados de especialidad.
–¿A qué se refiere?
–Los visados son revisiones de informes o calificaciones, buscando la unificación de doctrina, que realizan fiscales con más experiencia: un jefe, un teniente o un decano o el delegado de especialidad. Entonces mi idea es que, por ejemplo, el delegado de Seguridad Vial haga más visados.
–En el programa con el que optó al cargo apuntaba que es el momento para un cambio radical de la Fiscalía, para que por primera vez en muchos años se ponga rumbo a una senda más moderna, avanzada, igualitaria y adecuada al tiempo actual y futuro
–Lo que pretendo es que seamos aún más adecuados a los tiempos en cosas que no estamos acostumbrados a hacer como la política de comunicación, un trabajo más cercano a los víctimas, en la medida de lo posible. Además, lo que demando a las administraciones públicas es unos medios materiales más modernos. Además, de los funcionarios, que son necesarios, profesionales y muy adecuados, necesitamos otros colaboradores del fiscal, sobre todo si vamos encaminados a hacernos cargo de la instrucción de los casos. Deberíamos tener una mayor cercanía y colaboración con las policías, los inspectores de trabajo... y todos los profesionales que nos puedan ayudar a ir mucho mejor preparados a todos los juicios en los que hay unos matices que, por mucho que queramos, no controlamos.
–Otra de sus propuestas es mejorar y actualizar el funcionamiento de los modos de trabajo y eficiencia de los fiscales y los funcionarios que componen la plantilla. También habla de implementar nuevos servicios que considera imprescindibles dentro de la organización de la Fiscalía. ¿Cómo se va a concretar todo esto?
–Me refiero a ese servicio de Jurado que mencioné antes encaminado a mejorar la calidad y ayudar a los compañeros, y otro servicio de delitos económicos anticorrupción que ya está creado en otras comunidades autónomas. Debemos estar preparados porque vamos a tener que combatir contra los abogados defensores a los que contrata gente con dinero y que son de alta calidad. Tenemos que dar una respuesta de alta calidad y vendría bien que nos apoyáramos en un grupo reducido, no solo un fiscal debe ocuparse de estos casos.
–¿Le preocupan esos proyectos urbanísticos previstos en Ribamontán al Mar que los propios promotores llegaron a bautizar como el nacimiento de 'La Ibiza del Norte'?
–Ahora mismo no, porque no ha ocurrido nada, pero una ola como la que se produjo en Castro Urdiales hace años puede volver y tenemos que estar preparados. No creo que haya más corrupción en Cantabria, todo lo contrario, pero eso hace mucho daño a la sociedad. Me parece un delito muy grave.
–La lucha contra la violencia de género es otro de los aspectos que pretende potenciar.
–Ahí lo que quiero es modificar un poco el grupo de trabajo. Hasta ahora los especialistas en violencia de género hacían la guardia de lunes a viernes, no venían los fines de semana. Entonces los quiero separar de la Jurisdicción Civil para que durante las guardias del Juzgado de Instrucción puedan estar presentes. Además, quiero que se hagan cargo de los casos de violencia doméstica, y estudiaremos si podemos asignarles los de violencia sexual.
–¿Qué se puede hacer para paliar ese aumento de agresividad que está dando lugar a más violencia machista y agresiones sexuales?
–Según la información que me ha facilitado la Unidad de Violencia de Género de Madrid, lo que ha subido son las denuncias por violencia machista, no los delitos. Lo mismo ocurre con la violencia sexual. No obstante, hay que estar vigilantes. Lo que sí ha subido es la violencia en los delitos en general, no solo en los sexuales, donde se ve que cada vez hay más manadas.
–¿El endurecimiento de penas puede ser una solución?
–Es algo que se puede plantear al Congreso de los Diputados. Lo que la Fiscalía puede hacer es advertir. Personalmente, me parece que la educación es fundamental. Desde hace un tiempo se ha detectado un aumento del machismo entre los jóvenes. Me gustaría que los institutos hubiese una asignatura para que conocieran el mundo del Derecho y supieran que derechos y obligaciones tienen.
–Cambio de tercio. En el acto de apertura del año judicial, el presidente del TSJC defendió la independencia judicial y pidió a los partidos que respeten el trabajo de los jueces y no haya injerencias. ¿Comparte esta reflexión?
–Si. Yo como me voy a mi profesión creo que también estaría muy bien que se respetara, en el mismo sentido, la independencia del fiscal general. Porque nosotros individualmente no somos independientes, pero sí somos inamovibles, como los jueces, y tenemos autonomía, pero el fiscal general es independiente. El estatuto orgánico del Ministerio Fiscal, desde hace unos años, como bien repite el fiscal general, ya no permite al Gobierno cesarle cuando quiera.
–López del Moral también lamentó que en los medios de comunicación se hable más del juez que lleva un caso que del caso que lleva un juez.
–Ni los jueces ni los fiscales deberíamos ser protagonistas. Ni para bien ni para mal. No hace falta tanto personalismo, sin perjuicio de la crítica.
–¿Cree que la independencia de jueces y fiscales está mas en entredicho que nunca?
–Sí. Es una constatación de la realidad. Pero eso no quiere decir que seamos menos independientes o menos trabajadores que antes.
–¿Cuál cree que es la receta para que la ciudadanía recupere esa confianza en la Administración de Justicia, teniendo en cuenta, además, los problemas de pendencia que arrastran históricamente?
–No me preocupa tanto mejorar la imagen como la calidad del servicio, aunque detrás de la imagen está la credibilidad, pero es difícil mejorarla cuando no se puede contentar a un 50% de los que acuden a ti.
-¿Cuál cree que es la principal necesidad de la Administración de Justicia en Cantabria?
–Aunque no tengo aún una visión global completa, lo que echo en falta en Santander es un edificio judicial único, moderno y unificado que agrupe todas las dependencias judiciales de la capital. Eso mejoraría el funcionamiento de todos los operadores jurídicos. Soy consciente del elevado coste que supondría pero lo considero esencial para mejorar el servicio que prestamos. Eso es como si tuviéramos más personal.
–La falta de medios y la creación de una oficina fiscal han sido algunas de las demandas históricas de su antecesora en el cargo Pilar Jiménez. No se si está de acuerdo.
– Totalmente. Eso depende del Ministerio, de la Fiscalía General del Estado y de las comunidades transferidas, que son casi todas. A ver si se ponen de acuerdo entre todas.
–¿Cree que la Fiscalía tiene mala imagen por representar el papel de la acusación pública?
–Yo creo que el problema es que la imagen de la Fiscalía está mal transmitida. Nosotros sentimos que nos critican injustamente cuando estamos en los juicios, pero lo más injusto de esa crítica es que no nos conocen. No saben lo que pueden esperar de nosotros. Y eso se debe a que nuestra comunicación, tanto en Cantabria como en España, no es lo suficientemente buena.
–La gente no entiende las reducciones de pena ante ciertos delitos o la disparidad de penas entre distintos tipos delictivos.
–Eso es porque no lo explicamos. A mí me ha pasado con casos de seguridad vial en los que las penas eran dispares.
–¿Está de acuerdo con la creación del delito de homicidio vial (de 5 a 10 años de cárcel)?
–Sí, ahí podría entrar el caso de Castelar, en el que sabes que puedes causar la muerte de alguien.
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