«Todos creen que llevan un fotógrafo dentro»
Javier Salas | Fotógrafo ·
Viaja por el mundo para retratar a personajes de primer nivel, desde premios Nobel a futbolistas, pero cuando llega a Santander sigue admirando su bahíaSecciones
Servicios
Destacamos
Javier Salas | Fotógrafo ·
Viaja por el mundo para retratar a personajes de primer nivel, desde premios Nobel a futbolistas, pero cuando llega a Santander sigue admirando su bahíaSiendo un chaval descubrió la fotografía mediante unos cursos de cine del Instituto de Ciencias de la Educación de Santander. Desde entonces, ha visto la vida a través de un objetivo. Listo y niño de buenas notas, Javier Salas (Santander, 1965), tras terminar el colegio, ... estudió Medicina –«sin que me costara mucho», confiesa–. Pero a él eso le daba igual. Quería hacer lo que de verdad le gustaba y venció el temor a dejar atrás la vida cómoda y segura de Santander. Pero ese paso no podía darlo para ser un fotógrafo más del montón. Formado de manera autodidacta a través de portadas de revistas y discos norteamericanos y anglosajones, llegó (a inicio de los 90) a un Madrid donde en las revistas de moda solo aparececían modelos. Él rompió esa tendencia e introdujo lo que se llevaba años haciendo fuera: el retrato en las portadas de personas no vinculadas a la moda, como políticos, cantantes, premios Nobel o actores. Jennifer López, Antonio Banderas, Sabina, Kate Moss, Tarantino, José Saramago, Messi o Penélope Cruz son solo algunos nombres de quienes han posado ante su cámara. Ahora tiene en su objetivo al grupo de música Estopa. Paciente, empático y, a veces, hasta psicólogo, sigue admirando «lo bonita que es la bahía de Santander». «Es única».
–Un estudiante de Medicina que recién licenciado se va a la aventura a Madrid a trabajar con un fotógrafo de moda reputado.
–En el 89 terminé Medicina y me fui a Madrid. Estuve tres años trabajando como asistente de un fotógrafo de moda. En el 92 empecé por mi cuenta. En aquella época, el retrato de glamour, el especial, tenía un papel mínimo en las revistas. Servían de relleno en el interior. Sus portadas estaban ocupadas exclusivamente por modelos. No se le daba la importancia que debía. Empecé a hacerme un nombre en este mundo dignificando el retrato. Coincidió en el tiempo con el inicio del suplemento 'El País de las Tentaciones'. Fue donde empecé a desarrollar mi trabajo. Mi primera portada fue con Penélope Cruz, que acababa de hacer su primera película importante, 'Belle Epoque', que ganó un Óscar. Su vida y la mía están bastante ligadas, ¡aunque ella ha llegado mucho más arriba! (risas).
–Debe de ser una gran satisfacción ver cómo personas a las que fotografías cuando aún no son muy conocidas, con el tiempo llegan a lo más alto.
– Por supuesto. Cuando existe ese vínculo de relación, cuando ves cómo va creciendo profesionalmente, como fue el caso de Penélope, sientes una satisfacción verdadera. En parte has contribuido a ese camino. Con Penélope fue especial, por una doble razón. Ella fue portada en la revista 'Time' con una foto mía. Era la primera vez que un fotógrafo y que una actriz españoles salían en la portada de este medio. A partir de ahí, ella pegó el salto. No quiero decir que fuera por mí, sino que fueron las circunstancias.
–Se diferenció porque tuvo unos referentes que el resto no tuvo. Hoy está todo mucho más globalizado. ¿Los jóvenes fotógrafos lo tienen mucho más difícil ahora?
–Para las personas que empiezan hoy en día en el mundo de la imagen, lo que es un gran problema es que absolutamente todo el mundo hace fotos con sus móviles, que cada vez son de mayor calidad. Todo el mundo cree que lleva un fotógrafo dentro. Un amigo cocinero me dijo un día: «Si toda la gente llevara en el bolsillo un utensilio de cocina, yo nunca sería cocinero. No sé cómo tú eres fotógrafo». Aunque creo que siempre hay hueco para todos, si ahora tuviera que empezar, me lo pensaría. La profesionalización y el buen hacer es lo que marca la diferencia y por lo que hay que apostar.
–¿Qué le une a Úbeda, además de Sabina (ciudad natal del cantante), a quien hizo la portada de su último disco?
–Es curioso, porque mi padre era de allí, pero nunca había tenido mucha relación con esta ciudad hasta que murió. Es un lugar donde el arte tiene una gran cabida. Este verano hice una exposición muy especial, 'De purísima y oro'. Son diez fotografías de mujeres flamencas con tronío. Con la fuerza que solo esta gente tiene. La organizó la Fundación Huerta de San Antonio. Me gustaría que en algún momento se pudiera exponer en Santander.
Estudió en el colegio La Salle de Santander. Sus buenas notas le llevaron a estudiar Medicina, aunque sin ninguna vocación. Cuando llevaba tres años estudiando, se atrevió a decir en voz alta lo que llevaba tiempo pensando: no quería seguir, «para gran disgusto de mis padres».
El acuerdo fue que terminara «y que después me dedicara a lo que quisiera». Y eso hizo. Con su título de Medicina aún caliente, se fue a Madrid, a trabajar para un fotógrafo muy reconocido, inglés, durante tres años. Después llegaría el suplemento 'El País de las Tentaciones', su gran trampolín al resto de publicaciones y portadas de discos relevantes de todo el mundo.
–Si pudiera elegir, ¿a quién haría un retrato?
–Uf. Quizá a un premio Nobel o a un gran rockero. De las personas a las que he fotografiado, la experiencia con grandes escritores o premios Nobel, como Saramago, es de total privilegio. Con él pasé varios días en Lanzarote y tengo muy buenos recuerdos. Son sabios. Cuando hablan, solo puedes escuchar y tomar nota. Si tuviera que escoger una estrella, a los Rolling Stone o a Bob Dylan, porque son todo un icono. Aunque lo que no sabría decirte es dónde ni cómo haría la foto. Porque yo no soy de ideas preconcebidas. Soy de pelearme la foto en el momento. Quizá sí llevo estudiadas las luces o algo del vestuario.
–¿Cómo ve Santander a través de su objetivo?
–Mejor que nunca. En los últimos años ha dado un gran cambio. En todo, incluso en lo gastronómico. Si hablamos de arte, el Centro Botín es de lo mejor que le ha podido pasar a la ciudad. Me parece un gran proyecto. En muchas ciudades, el alcalde de turno se preocupa porque un arquitecto de renombre haga un gran edificio, pensando que eso va a ser la panacea, y se equivocan. Los ejemplos los tenemos por todas partes. Pero aquí se hizo muy bien. Se peleó porque el continente tuviera contenido. Este lugar y el Centro Especializado de Alto Rendimiento de Vela ponen a Santander en el mapa del mundo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.