
Secciones
Servicios
Destacamos
Eran las nueve y veinte de la noche del viernes. La escritora María Oruña acababa de pronunciar el pregón de las fiestas de El Cristo en Comillas, los picayos estaban a punto de lanzar el chupinazo y algo falló. El concejal de festejos, Pedro Velarde, se dio cuenta de que el responsable de tirar el chupinazo tenía la tabla de protección al revés y trató de corregirlo con tan mala suerte que se prendió otro segundo cohete y fue a parar entre el público concentrado en la plaza Joaquín del Piélago. El resultado, un total de siete personas atendidas por heridas (en un principio se pensó que eran ocho), todas ellas con quemaduras de diversa consideración, problemas de audición por la deflagración, vómitos o mareos. Tres de las víctimas fueron atendidas in situ, sin necesitar otros cuidados, y el resto (cuatro personas) fue trasladado al hospital y dado de alta.
El día después del accidente todos coinciden en que tuvieron «suerte» y que, gracias a ello, todo quedó en una anécdota atribuyendo incluso las leves consecuencias del suceso a la protección del patrón. «Yo creo que el Cristo del Amparo nos echó a todos un buen capote», dijo ayer Remedios Llano, una de las personas que fue atendida por quemaduras, tratando de quitar hierro al asunto. Para ella, lo «más grave» fue el «gran susto» que se llevaron todos porque estaba «todo lleno de gente y por el ruido de ambulancias, pero nada más».
Llano fue una de las cuatro personas atendidas en el hospital comarcal de Sierrallana por heridas de diversa consideración. Junto a ella fueron trasladados una joven pareja, ambos con heridas leves pero que precisaron, en el caso de la mujer, de hasta cuatro puntos de sutura, además del tratamiento de las quemaduras en las piernas. Otro joven también fue atendido por mareos y vómitos que se atribuyen al estruendo de la explosión. Tres personas más, entre ellos una mujer de avanzada edad, fueron atendidos por los mismos síntomas en el mismo hall del Ayuntamiento de Comillas, aunque los médicos no consideraron necesario su traslado.
«Se escuchó un ruido, el cohete vino hacia nosotros y explotó a nuestros pies», relata José Aguilar, uno de los dos jóvenes más afectados por la explosión accidental. Para él y su novia -que fue la que peor parte se llevó- lo peor fueron los primeros momentos y el revuelo que se montó en la plaza Joaquín del Piélago por el desconcierto. «Había mucho caos, mucha gente», explica.
Remedios Llano | Herida en el pregón
Ellos habían salido a tomar algo con amigos y estaban en las casetas que dan a la balconada, desde donde se pronunció el pregón. Desde allí todo fue rápido y sólo vieron como el cohete bajaba al suelo y se arrastraba hacia ellos. Desde la balconada, la escena se vivió del revés, pero también con mucha tensión. «Vi que iban a lanzar el cohete entre la tabla y la mano, poniendo el cohete hacia la cara, y que lo tenían colocado al revés y traté de evitarlo», explica Velarde. No tuvo suerte y una chispa prendió un segundo cohete que portaba él mismo en la mano. «Traté de desviarlo de la balconada -donde las consecuencias hubieran sido graves por el reducido espacio- y que fuera para arriba pero acabó entre el público. Me quedé blanco», reconoce. «Pero un médico que estaba por allí nos ayudó» y los servicios de emergencia y la policía local «intervinieron rápidamente», explica ya más aliviado.
Pedro Velarde | Concejal de festejos
La alcaldesa de Comillas, María Teresa Noceda, resaltaba que ayer el Ayuntamiento se había interesado por el estado de los heridos. A la par quiso agradecer la intervención de un joven médico llamado Pablo y natural de Valladolid, que estaba entre el público y atendió a los afectados. «Aunque nos dijo que era su obligación yo se lo tengo que agradecer mucho», incidió la regidora.
Los accidentados también resaltaron su altruista contribución. «Mi novia estaba sangrando mucho pero él vino, le puso hielo y nos tranquilizó. Cuando llegaron las ambulancias él mismo nos distribuyó. Fue muy amable», suscribió José.
El arranque oficial de las fiestas de El Cristo en Comillas fue muy accidentado, pero el resto de actos programados la tarde del viernes y parte de la jornada de ayer sábado hasta el cierre de esta edición se desarrollaron «con normalidad, buen ambiente y sin tener que lamentar incidentes» reseñables, tal y como confirmaron los responsables municipales. Tras el traslado de los accidentados el pasado viernes, los festeros más tradicionales acudieron a celebrar esa misma noche la tradicional procesión de las antorchas, bajando al Cristo del Amparo desde la Iglesia Parroquial al Muelle, donde quedó custodiado. Por otro lado, hoy domingo, a las 19.00 horas, tendrá lugar la bendición del patrón en alta mar, precedida de la procesión marítima. A la par, otro de los momentos más esperados será, a partir de las 23.00 horas, el espectáculo de fuegos artificiales en el parque de la Estatua y la plaza de Comillas. Además, el lunes la fiesta continúa con la subida en procesión del Cristo del Amparo a la parroquia, acompañado por el grupo de picayos y pandereteras, a lo que le seguirá la misa, a las 13.00 horas. Las fiestas de Comillas atraen cada verano a miles de visitantes llamados por la tradición y la programación o los conciertos al aire libre. Ello obliga a establecer un importante dispositivo de seguridad.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.