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Las altas temperaturas de un otoño inusualmente cálido han retrasado el temido momento de encender la calefacción en los hogares. La preocupación de los vecinos cántabros por la factura que les puede llegar si activan el termostato ha provocado que, con la llegada del frío, ... busquen otras alternativas para capear el precio del gas «que sigue por las nubes». Las opciones van desde los calefactores eléctricos y las estufas de bajo consumo y butano a las mantas eléctricas o las batas y las sábanas de franela. Incluso hay quien ha cambiado su sistema de calefacción por una hidroestufa de pellets.
Francisco Costa, vecino del centro de Santander, reconoce ser una persona «muy friolera». En circunstancias normales, encendía la calefacción a principios de octubre. Pero ahora la cosa ha cambiado. «Nos llevan avisando de que íbamos a tener que pagar más y hemos sido precavidos. Además el buen tiempo también ha acompañado». Actualmente, que ya no les queda otro remedio, la encienden cuando están todos juntos , «por la tarde, noche». «Por nuestros trabajos tampoco pasamos tanto tiempo en casa. Y el fin de semana toca abrigarse más de lo normal».
Marián Causo
Tienda La Conchita
Costa cree que la temperatura para que un hogar tenga una sensación agradable en invierno oscila entre 19 y 21 grados. En las habitaciones, al ser espacios más pequeños, es suficiente con 16 y 18 grados, «sobre todo a la hora de dormir, ya que la sensación de frío es menor». Y esto es gracias al uso de edredones y mantas. Unos productos cuya venta se ha visto «muy incrementada» este invierno. Marián Causo, de la tienda de tejidos La Conchita, en Santander, reconoce que las ventas se han disparado desde hace un mes. «Hemos tenido un otoño muy bueno. Y las ventas del género de invierno se han retrasado más de lo normal. Pero llevamos un mes sin parar». Entre los productos estrella están las mantas para la cama, los rellenos de los nórdicos, los pijamas abrigados, las batas de invierno, sábanas de coralina y sábanas de franela. «Aún es pronto para hacer un balance, pero sí que hemos comentado entre nosotras que se ha notado muchísimo la llegada del frío», explica Causo.
Pero la preocupación de los cántabros por la factura que les puede llegar si activan demasiado la calefacción provoca que busquen alternativas más allá de la ropa de abrigo. Desde la empresa de Electrodomésticos Rivero, que se encuentran en Santander, confirman que una de las opciones más demandadas son las estufas. «Viene muchísima gente a la tienda preguntando por aparatos de bajo consumo que les proporcionen calor. Y las estufas son el producto estrella». Otros artículos que, curiosamente, están arrasando son las mantas y almohadillas eléctricas. «En años anteriores se vendían por problemas de espalda de los clientes. Ahora no. Ahora lo que nos dicen es que les da calor y así evitan poner la calefacción. O ponerla lo mínimo posible», cuentan desde la tienda santanderina. «Es un fenómeno que no hemos percibido otros años. Se nota que la gente necesita ahorrar. Y es entendible».
Manolo Estrada
Estrada Industria Energía
En la misma línea se encuentra Manolo Estrada de la empresa Estrada Industria Energía SL, que además de vender electrodomésticos distribuye gas envasado en botellas de butano. «El precio de la botella está intervenido por el Gobierno, lo fijan porque entienden que es una energía a la que debería poder acceder todo el mundo. Y pretenden facilitar el acceso a la misma. Actualmente, el precio de la botella de butano está a 19,55 euros». A su juicio, el bajo coste y el contexto actual de la crisis energética han propiciado que su uso se haya duplicado. Además de la venta de estufas de butano, cuyo precio oscila entre los 80 y los 120 euros, dependiendo del modelo.
Estrada coincide con sus compañeros de sector en que durante las últimas semanas, «la gran mayoría de los clientes que se han acercado a la tienda ha sido como consecuencia de la crisis». Y añade: «Muchos me dicen que prefieren evitar poner la calefacción. Porque si se calienta toda la casa, les llega una factura de 300 euros al mes». También están los que tienen calefacción comunitaria. «Nos cuentan que en sus edificios solo la encienden cuatro horas al día. De seis a diez de la noche. Y claro, al mediodía se quedan helados. Por eso compran un par de estufas y las van distribuyendo por las diferentes zonas de la casa».
José Alberto Cruz
Cambio de calefacción
Actualmente la electricidad es la forma más cara de conseguir calor y también la más utilizada. Sin embargo, existen alternativas a la calefacción que pueden abaratar la factura eléctrica y que, aunque no sean tan comunes, cumplen con el objetivo: ahorrar dinero durante el invierno. Es el caso de José Alberto Cruz, que ha cambiado el sistema de calefacción. Antes tenía acumuladores de luz y ahora ha puesto una hidroestufa de pellets. «Son una alternativa económica y ecológica al sistema tradicional de gas o gasoil. No pienso volver a lo de antes». Son estufas que permiten expandir y repartir el calor por todas las estancias de la casa a través de una red de radiadores con agua en su interior.
«Llevamos poco tiempo con este nuevo sistema pero de momento estamos encantados. Calienta igual que antes y ya hemos comprobado que se puede ahorrar. De hecho, según las últimas facturas, pagamos un 20% menos que antes». Además, pueden programarlo para que se apague cuando quieran. «No es como una chimenea».
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