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Raul Gonzalez (EFE)
Santander
Martes, 31 de marzo 2020, 16:53
La Cocina Económica decidió cerrar, tras decretarse el alarma por la pandemia del coronavirus, su comedor social, pero sigue repartiendo comida a sus usuarios y, de hecho, ha doblado ese servicio que ahora distribuye diariamente a las puertas de su edificio.
Según explica a Efe el director técnico de la Cocina Económica en Santander, Jesús Castanedo, hasta el inicio de la crisis sanitaria, se estaban dando en torno a 40 desayunos, 120 comidas y un centenar de cenas; mientras que ahora se reparten «más de 150 packs diarios» que contienen desayuno, comida y cena; y en los que «se incluye comida caliente para que no coman solo bocadillos».
Así, según descata Castanedo, en estas dos ultimas semanas se han repartido 2.188 «packs completos» entre los usuarios de la Cocina Económica, que en su mayor parte son los que ya venían utilizando las instalaciones, a los que ahora se han sumado otra treintena de personas.
Castanedo señala que, aunque «están casi todo los servicios cerrados» en la Cocina Económica, como el centro de día y los talleres, se mantienen abiertos los de «primera necesidad», como el citado de comedor (desde el exterior del centro y reparto a las parroquias), las duchas (dos días a la semana y por turnos) y la lavandería.
En cuanto a los «sin techo», Castanedo apunta que «casi una docena han sido trasladados al albergue de Solorzano».
Jesús Castanedo ha hecho hincapié en que la Cocina Económica «se está protegiendo mucho» y precisa que, «no se deja entrar nadie en la casa por seguridad para los residentes y para la comunidad de hermanas» que viven y prestan su labor en el centro.
Éstas religiosas cuentan con batas, mascarillas y guantes, a los que han incorporado recientemente pantallas de protección, «además de mantener la distancia social», porque, según afirma Castanedo: «nos debemos a la gente y no podemos permitirnos ponernos malos».
Concretamente, en el edificio residen veinte usuarios y doce religiosas, todos ellos confinados. «La residencia está blindada y no se deja entrar ni salir», insiste Castanedo.
«Todos estamos bien y esperemos llegar así hasta el final, y que este llegue pronto», confía el responsable técnico de este servicio asistencial, quien reconoce que los usuarios están «muy contentos» de lo que reciben de la Cocina Económica.
También ha querido agradecer las aportaciones que se están recibiendo tanto de particulares como de restaurantes que han tenido que cerrar por el estado de alarma.
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