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Nacho González Ucelay
Santander
Jueves, 26 de septiembre 2024, 10:17
Hace justo diez años, el día 24 de septiembre de 2014, un equipo de efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) del Cuerpo Nacional de Policía irrumpía en el bajo B del número 79 de la Bajada de San Juan, un populoso barrio de ... Santander donde ese episodio aún es recordado con dolor, y apresaba al mayor depredador sexual de niñas de la historia reciente de España neutralizando así una amenaza para la sociedad madrileña que ya perduraba demasiado tiempo. Autor de cuatro delitos de agresión sexual y otros tantos de detención ilegal cometidos contra cuatro niñas de entre 5 y 9 años por los que fue juzgado y condenado a más de 70 años de cárcel, Antonio Ángel Ortiz Martínez, comúnmente conocido como 'el pederasta de Ciudad Lineal', cumple actualmente su condena en una celda del Centro Penitenciario de Jaén, adonde fue trasladado hace unos meses procedente del de Herrera de la Mancha (Ciudad Real).
Considerado durante meses 'enemigo público numero uno', Ortiz, que ya en los noventa había cumplido siete años de condena por abusar de una menor, tuvo aterrorizado a todo Madrid entre el día 10 de abril de 2014, cuando comenzó su 'cacería' en un parque de Ciudad Lineal, y el 24 de septiembre de ese año, cuando los 'geo' le capturaron en el piso de sus tíos en Santander, donde se había ocultado al saberse descubierto.
En este intervalo de tiempo, Ortiz atacó a cuatro niñas a las que retuvo y violó liberándolas en último término y, que se sepa, lo intentó sin conseguirlo hasta con otras cuatro más.
Así, el 10 de abril abusó de una niña de 9 años a la que secuestró cuando iba a comprar golosinas ('candy' en inglés, de ahí el nombre con el que la Policía decidió bautizar esta operación) a una tienda próxima a un parque infantil de Ciudad Lineal. La pequeña, a la que el pederasta había suministrado orfidol, apareció algunas horas después sola y aturdida.
El cruce de este con otros casos y las posteriores pesquisas determinaron que la primera víctima de Ortiz no fue esta niña sino otra de 5 años de edad abordaba en otro parque meses antes, el 24 de septiembre de 2013. Los días 17 de junio y 22 de agosto de aquel mismo año 2014 el 'pederasta de Ciudad Lineal' volvió a actuar contra otras dos niñas de 6 y 7 años.
Extremadamente meticuloso, Ortiz, un culturista de segunda de perfil engreído y narcisista que se ganaba la vida como vendedor de vehículos y cobrador de deudas de pequeñas mafias, fue durante un largo tiempo un individuo completamente invisible para los investigadores, que, en palabras del entonces ministro del Interior, Jorge Fernández, «jamás se habían enfrentado a un hecho de esta complejidad». Pero, como era de esperar, cometió un error.
Fue durante su último asalto, aquel del 22 de agosto de 2014, cuando secuestró a una niña de siete años y origen dominicano en su radio predilecto de acción. Esa vez no drogó a su víctima, que pudo aportar sobre el pederasta datos físicos que resultaron claves para su identificación. Aquel ataque fue su perdición, porque, además, camino del descampado donde violó a la niña se detuvo a comprar un bote de crema Nivea y un refresco en un comercio chino donde dejó sus huellas dactilares y, en la acción, aparcó su coche frente a una sucursal de Bankia cuyas cámaras registraron no la matrícula pero sí la marca y el modelo.
Con pistas de las que poder tirar, y la colaboración de los especialistas de la Escuela de Quantico (Virginia) del FBI, la Policía consiguió desatascar una complicada investigación y encarrilar la denominada 'operación Candy', que pronto se concentró ya en la figura de Ortiz Martínez como el principal sospechoso.
Sabedor de esto, y en un intento por escapar al cerco policial, que cada vez se estrechaba más, el pederasta se marchó de Madrid y se trasladó a Santander, donde procuró pasar inadvertido haciendo vida casi monacal en el piso que sus tíos tenían en la Bajada de San Juan y que en los días sucesivos permaneció vigilado por decenas de agentes de paisano sin que nadie advirtiera su presencia allí.
El 24 de septiembre de 2014, a las 07.37 horas, y ya con suficientes pruebas incriminatorias, los 'geo' asaltaron la vivienda y, en una acción rápida y limpia de la que se celebra una década, neutralizaron a Ortiz.
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