Cronología de un incendio político

Así se pasaron la semana. Porque nadie se movió de su sitio. El «no» de Mazón en el Congreso siguió siendo «no» pese a la amenaza de Zuloaga, los socialistas insistieron antes de las votaciones en la necesidad de rectificación y unos y otros trataron de colocar la pelota en el tejado de enfrente. Para el PSOE es el PRC el que rompe el pacto al incumplir un supuesto compromiso de apoyar a Sánchez. Para el PRC no se rompe nada y es el PSOE el que debe dejar de ser «desleal» y marear la perdiz. O se quedan o se van.

Ese resumen se ha ido cociendo -siguiendo con el ejemplo del calor- a fuego lento. Cada día, más temperatura. El enfrentamiento en tono local del inicio de la refriega política se trasladó el sábado al hemiciclo en Madrid. En pleno debate. Sánchez advirtió que el «no» colocaría las cosas en Cantabria en una situación «insostenible» y Casado salió al quite en la tribuna para decir que, si los socialistas se marchan, ellos (el PP) darían su apoyo a Revilla para garantizar la «estabilidad» en Cantabria. Para darle más salsa, Revilla y Zuloaga cruzaron mensajes a través de Twitter.

Por las redes, sí. Pero cara a cara, nada. Por eso, tal vez el mejor momento de la semana se vivió en la Vijanera, la mascarada cántabra. El domingo coincidieron, pero de hablar, como si no se hubiesen visto. Paula Fernández sí intercambió «impresiones» con Zuloaga, pero no sirvió de mucho porque cada partido continuó a lo suyo hasta el martes -con los Reyes de por medio, que debieron dejar carbón porque la cosa siguió ardiendo-. Fue la jornada de la investidura y de las prisas. Revilla pidió a los socialistas que se aclarasen y Zuloaga dijo que convocaba de «urgencia» a la Ejecutiva del PSOE. Urgencia relativa porque les convocó para la tarde noche del día siguiente. O sea, anoche.