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El Evrima, el megacrucero de lujo que se construye en Astander desde hace justo un año tras su traslado desde Galicia, ya tiene fecha de partida, aunque quienes trabajan en él sostienen que aún queda tarea para rato en el gigante -en las últimas fechas ... se ha acelerado la actividad con turnos que cubren las 24 horas-. Tanto el armador (Ritz-Carlton) como el propio astillero guardan con celo la información sobre la evolución y los plazos del buque, el barco civil más caro construido en España, y eso que el primer contrato adjudicado, que ascendía a 250 millones, se quedó corto enseguida (el sobrecoste se calculaba ya en marzo de 2021 en otros 80). Pero, según ha podido saber El Diario Montañés, su salida está programada para junio, con un año de retraso sobre los planes iniciales.
Cuando llegó a Cantabria, tras la crisis del astillero vigués Hijos de Barreras y las deudas generadas en la industria auxiliar local, el objetivo era que en julio de 2021 estuviera surcando los mares. Entonces se apuntó Venecia como primer destino de un itinerario de siete días que llegaba hasta Atenas. Aunque estaba lejos de estar listo, el brote de covid sufrido a bordo entre sus operarios en el marco de la quinta ola alimentó la demora. Hubo al menos medio centenar de positivos y otras tantas personas cuarentenadas como contacto estrecho, repartidos la mayoría en los hoteles en los que se alojan durante la construcción del crucero. Después se anunció que el viaje inaugural partiría de Lisboa en mayo de 2022 y ahora, que la finalización de los trabajos parece más real, se proyecta de nuevo que sea Atenas el viaje del estreno, en principio para el próximo agosto.
Si esta vez se cumple, el tiempo lo dirá, porque cierto es que la incertidumbre ha acompañado al Evrima en su recorrido hasta los muelles de Astander. Y se cuenta que aún se marchará con remates pendientes. En este tiempo, se ha completado la instalación eléctrica de la embarcación, así como los trabajos de fontanería, carpintería y el pintado del casco de 190 metros de eslora en dique seco, empleándose en estos doce meses a más de 800 operarios de hasta 44 compañías, un volumen importante de ellos extranjeros, procedentes de Europa del Este y Portugal, entre otras zonas. También se ha trasladado incluso personal de los astilleros gallegos y se han subcontratado empresas cántabras. Desde Galicia se sigue muy de cerca los pasos del megacrucero, cuya estancia en Astander, según la información que maneja la prensa local, cuesta un millón de euros al mes.
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